IMACEC DE SEPTIEMBRE EN DOCE MESES NEGATIVO

El indicador mensual de actividad económica del Banco Central (Imacec) de septiembre anualizado descendió un 0,4, después de experimentar una variación nula en agosto y aumentar un 1% en julio. Por lo tanto, el incremento del tercer trimestre fue de 0,2%, dando comienzo a cifras negativas que comenzaron a manifestarse lentamente. En septiembre nuevamente el sector servicios, al crecer 2,9%, fue el que frenó el curso descendente, variación positiva que se explica ante todo por el sector educación. El comercio se contrajo 10,2%, principalmente en supermercados y grandes tiendas, y la industria disminuyó en 4,4%. 

La anterior contracción en 12 meses se había producido en febrero de 2021, al reducirse 2,1%, luego el curso descendente fue reemplazado por el proceso de recuperación de la contracción provocada por las medidas de contención de la pandemia, que llegó a un incremento de 21,1% en junio y pasó a registrar aumentos de un dígito desde diciembre de 2021. En el primer trimestre creció un 7,86%, más de lo esperado, y en el segundo un 5,7%, pero ya con un aumento en junio de solo 3,7%. 

El indicador desestacionalizado de septiembre, por su parte, que se mide en relación al mismo lapso anterior, fue influido también por los servicios, que aumentaron 0,4%, en este caso por la reanudación de actividades artísticas y culturales, registrando un aumento de 0,3%, luego de hacerlo en 0,5% en agosto y caer en julio 1,1%. El indicador trimestral descendió con relación al segundo trimestre en 1%. Dado que resulta indiscutible que este descenso se vuelva a dar en el cuarto trimestre, es que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, constató que se produciría la llamada “recesión técnica”, concepto que se emplea cuando la actividad desciende dos trimestres consecutivos, pero atenuando su significado. 

Este impacto de los servicios es lo que lleva a Marcel a concluir que la estimación efectuada de actividad en 2022 será algo mejor que la proyectada. Considerando 2023 Marcel sostuvo que “en la medida que se sostenga esta composición probablemente tengamos un ajuste menos dañino”. Afirmación que inmediatamente provocó polémica. “Las expectativas empresariales para octubre volvieron a descender -recordó el informe del Banco Santander-, ubicándose en el nivel más bajo desde la pandemia. Esto sumado a un contexto internacional aún complejo y a factores estructurales llevarían a la producción de bienes a la baja”. 

El Informe de Percepciones de Negocios, dado a conocer en los primeros días de noviembre por el Banco Central constató recogiendo la opinión de administradores de empresas a través de entrevistas o de encuestas efectuadas entre los días 3 y 26 de octubre, que la mayoría de las empresas en sus antecedentes sobre perspectivas considera un deterioro en su situación futura y la reducción de las inversiones, incorporando en sus proyecciones la recesión en 2023. La evolución actual de los negocios estableció también un deterioro, aunque en un nivel inferior al trimestre anterior. La mayoría de las respuestas explica la reducción en las inversiones como consecuencial de la incertidumbre económica y de la baja en la demanda. Al mismo tiempo establecen una reducción en la incertidumbre política. 

Tradicionalmente, la construcción es un sector que se mueve de los primeros en la dirección de una fase del ciclo económico, bien sea positivo o negativo. La quiebra de la constructora Claro, Vicuña, Valenzuela, con una elevada paralización de obras y con 2.500 trabajadores que quedaron sin ocupación, es un punto alto de un proceso en desarrollo. Algunas semanas antes había caído Sencorp, de Abraham Senerman, con un pasivo de $277.000 millones. “Esta es una industria cíclica -manifestó Mauricio Varela, presidente de la Asociación de Desarrolladoras Inmobiliarios-, estamos acostumbrados a pasar por ciclos. Lo que ha sido especial de esto es que esta baja de las ventas ya lleva doce meses y eso es algo inusual, es poco común que la caída de las ventas sea tan pronunciada y por tanto tiempo. La última fuerte fue en 2008 cuando las ventas cayeron por nueve meses”. 

En junio, los materiales de construcción se incrementaron en cifras anualizadas entre un 25% y un 30%, porcentajes muy superiores al IPC. De acuerdo a cifras de la Cámara Chilena de la Construcción existen unas 370 obras vinculadas al Ministerio de Obras Públicas en riesgo de ser concluidas. 50.000 viviendas sociales se encontraron en una situación similar antes que el ministerio de la Vivienda reajustase sus precios. Las perspectivas para 2023 no son positivas. Según la CChC la inversión se reduciría en otro 5%. “Con la importante caída de las ventas – estima la Asociación de Desarrollo Inmobiliario-, han bajado en todas las empresas el inicio de proyectos, no queda otra solución, hasta que se alinee la oferta con la demanda”. 

El Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del Banco Central del segundo semestre manifestó una especial preocupación por las dificultades que enfrentan la construcción y el sector inmobiliario, debido a que el incremento de los costos, junto a la menor actividad, han deteriorado sus márgenes y reducido su capacidad de pago. El sector inmobiliario residencial, añade, “enfrenta una significativa reducción del dinamismo de sus ventas, coherente con condiciones de financiamiento más restrictivas y debilidad de la demanda”. Las ventas de viviendas nuevas al tercer trimestre se contrajeron en un 52%, con precios que recientemente también descendieron. Señala que un eventual mayor deterioro “constituye un riesgo relevante en esta coyuntura debido a sus múltiples interconexiones y canales de propagación”. El sector inmobiliario y de la construcción explica un 14% del PIB y el 10% del empleo nacional. 

Siempre las primeras estadísticas macroeconómicas que se conocen son las de la balanza comercial. En octubre, las importaciones de acuerdo a las cifras del Banco Central descendieron en doce meses 14% por primera vez desde enero de 2021, reflejando la contracción de la demanda interna, Su monto fue de US$7.835 millones. Los bienes de consumo cayeron en cifras anualizadas un 24%, los intermedios se contrajeron un 10%, y los de capital, que constituyen una señal de lo acontece en las Inversiones, un 7,7%. 

Por su parte, las exportaciones se redujeron por tercer mes consecutivo un 2,2%, consecuencia del deterioro de la evolución global. Un descenso particularmente elevado se produjo en las colocaciones mineras, que se contrajeron un 10,1%, impulsadas por la caída en las ventas de cobre, el primer rubro de ventas en el exterior del país, que lo hicieron en 22%. En la reducción de la cotización del cobre incide lo que acontezca en China, donde en octubre las importaciones del metal rojo descendieron por primera vez desde mayo. Las del sector agropecuario, pesquero y silvícola en 22,6%, aumentando solamente las industriales en 15,9%. Las exportaciones totales del mes alcanzaron a US$7.598 millones, registrándose por tanto en el mes una balanza comercial negativa. 

Codelco por su parte comunicó que en los primeros nueve meses de 2022 sus excedentes, cifrados en US$2.606 millones, se redujeron a la mitad, en relación a los obtenidos en 2021, cuando alcanzaron a US$5.249 millones. “Los resultados muestran un momento complejo – señaló André Sougarret, su presidente ejecutivo- en términos de mercado, de operación y puesta en marcha de los primeros megaproyectos. Nuestro negocio no es ajeno a las contingencias globales, (…) además de lastimar dificultades propias de la puesta en marcha de proyectos, en particular los de minería subterránea”. Los costos directos llegaron a 157,4 centavos de dólar la libra, con un alza del 21,2% en comparación con 2021, debido a la menor producción de cobre y de subproductos y al mayor precio de los insumos. Además, hubo una caída del 12% en los precios de realización en las ventas de cobre En el mismo lapso, el volumen exportado de molibdeno se contrajo en 12% con relación al año anterior. La Dirección de Presupuesto proyectó que en el año 2023 las ganancias de la minera estatal disminuirán en un 29,5%, a US$1.175,7 millones, de los US$1.688 millones de 2022 y muy lejos de los US$7.000 de 2021. 

Codelco también informó que su producción de cobre en 2022 estará entre 1.435 millón y 1.465 millón de toneladas. Esta cifra se utilizó para plantear la posibilidad que la empresa estatal estaría próxima a dejar de ser la mayor productora mundial del metal rojo, considerando que Freeport Mc Moran comunicó que espera producir 1,6 millón de toneladas este año. Y mientras Codelco considera que su producción descenderá en los próximos ejercicios, Freeport tiene en desarrollo proyectos en EEUU e Indonesia. Es una comparación de producciones que en un caso son exclusivas y en el otro, como acontece en El Abra en que Codelco participa con un 49% del total, no todo el resultado pertenece a Freeport. 

La estadounidense Freeport tiene su sede en Phoenix, Arizona y cotiza en la Bolsa de Nueva York, opera activos en diferentes países. Incluye el distrito de minerales Grasberg en Indonesia, uno de los depósitos de cobre y oro más grande del mundo y operaciones en gran escala en el distrito minero Morenci en Arizona, la operación Cerró Verde en Perú y El Abra en Chile. 

La cotización del cobre anotó en el año hasta noviembre un sostenido curso descendente. En octubre se redujo en 1,6%, por séptimo mes consecutivo. La disminución durante el año se elevó a 23,6%, con un precio promedio hasta ese momento de US$4,04 la libra. La cotización al cerrar octubre fue de US$3,41 la libra. El descenso coincidió con la disminución en China de la producción manufacturera y la elevación de los casos de Covid durante el año, causando paralización de actividades. 

En noviembre el proceso de caída de la cotización del metal rojo varió luego que China anunciase medidas de flexibilización en relación a cómo enfrentar la propagación de la pandemia y los datos de octubre en EEUU mostraron una reducción de la inflación, lo que llevó a suponer que la política de tasas de interés de la Reserva Federal sería menos drástica. Ante estas expectativas la cotización del metal rojo en los diez primeros días de noviembre subió, llegando el día 11 en la Bolsa de Metales de Londres a US$3,82 la libra, su nivel más alto en cuatro meses. En la semana, su precio aumentó en 6,78%. En el mes ese porcentaje se elevó a 12,17%, reduciéndose su pérdida en el año a 12,9%. 

En cuanto a la producción nacional de cobre, ella descendió en septiembre por decimocuarta vez consecutiva mensual, bajando a 428.000 toneladas de cobre fino, inferior a las 447.000 toneladas del mismo mes en 2021. Se completan así 24 descensos en 26 meses. El volumen acumulado en el año es de 3,89 millones de toneladas, muy inferior a los 4,17 millones al tercer trimestre del año pasado. 2022 será un cuarto año consecutivo de contracción productiva. En el año, Minera Escondida, explotada por la BHP Billiton, es una de las pocas que en el año anota un resultado positivo comparado con el año anterior, de 3,8%. En cambio, Los Pelambres, explotado por el grupo Luksic, y Los Bronces por Anglo American, disminuyeron su producción respectivamente en 26% y 23%. Codelco y Collahuasi en cerca de 10% cada una. 

Las razones de la disminución de la producción cuprífera son variadas. Los Bronces sufrió la carencia de agua, Los Pelambres las protestas de la población por efectos negativos en sus vidas y también dificultades en la disponibilidad de agua. Codelco debido a caída en las leyes de los minerales y dificultades en sus proyectos nuevos estructurales. La Sociedad Nacional de Minería estima que la producción en 2022 será de 5,5 millones de toneladas con una fuerte reducción de 5,3%. 

De otra parte, en el trimestre móvil julio-septiembre, de acuerdo a las cifras del INE, se perdieron por primera vez 18.975 puestos de trabajo, desde el inicio del proceso de recuperación de los niveles de empleo, es una consecuencia de la contracción producida en los niveles de actividad económica. Igualmente, las cifras del INE muestran que los salarios reales en el noveno mes del año volvieron a descender, como acontece desde hace doce meses. Su aumento nominal interanual fue de 11,2%, pero descontada la inflación la reducción es de 2,3%. Durante lo transcurrido del año el deterioro promedio general es de 2,2%, con las mayores caídas en los trabajadores de la administración pública de 5,6%, que están iniciando su proceso de negociación colectiva anual, los de la construcción y servicios inmobiliarios, ambos con un deterioro de 9% y los de suministros de agua y gestión de deshechos con 9,3%. 

El INE también proporcionó las cifras de inflación del mes de octubre, con un registro en doce meses de 12,8%, acentuando la disminución en relación con el peak de agosto, cuando llegó a 14,1%, la más elevada en tres décadas. Dos divisiones, de las doce que tiene el indicador, experimentaron incrementos anualizados aún muy elevados, teniendo ambas repercusiones muy negativas en el nivel de vida de la población de ingresos bajos y medio. Ellas son: alimentos y bebidas no alcohólicas, con un aumento en doce meses de 22%, y transportes de 20,5%. La única división con cifras negativas de inflación anualizadas fue comunicaciones, con – 3,7% 

La misión del Fondo Monetario Internacional que elaboró el informe anual sobre la economía chilena, en cumplimiento del Artículo IV del Convenio Consultivo del FMI, aumentó nuevamente la estimación de reducción de caída del PIB en 2023, llevándola de 1% a 1,3%, hasta ahora el organismo internacional considera que la economía chilena será la única de la región con cifras negativas el próximo año, mientras que para 2022 la aumenta de 2,0% a 2,1%. 

El informe anual es de opinión que “las autoridades han endurecido debidamente las políticas macroeconómicas”. Por tanto, valoran la política de “consolidación fiscal” seguida que condujo en un año de caída de la actividad económica que en el resultado fiscal general de “arroje un superávit de 1,6% del PIB, el primer superávit en una década”. En cuanto a la política monetaria implementada que como ha subrayado la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, ha buscado un curso recesivo con el objetivo de detener la inflación, el documento sostiene que “el BC ha hecho bien al adoptar una política monetaria más restrictiva”. 

Valora el proyecto de reforma tributaria presentado, alertando que “el umbral de exención continuaría siendo elevado para las tasas de impuestos a los tramos bajos e intermedios de la escala impositiva se mantendrían modestas, en relación con las normas internacionales”. Propiciando, por lo tanto, su aumento, como han sostenido parlamentarios de derecha durante la discusión de la reforma en la Cámara de Diputados. 

En relación a la reforma previsional sostiene que “los fondos de pensiones han tenido un papel preponderante en la profundización del mercado financiero, al atender a segmentos del mercado no cubiertos por otros inversionistas institucionales, favoreciendo la renta variable local y bonos corporativos mostrando un mayor apetito para vencimientos de más largo plazo (…)”. Por lo tanto, expresan su respaldo a que las cotizaciones previsionales de los trabajadores se utilicen para destinarlos al mercado de capitales y no emplearlos en mejorar las pensiones, que es con el objetivo que se implementaron. Inconsecuencia que se pretende mantener vigente en la reforma previsional del Ejecutivo y que conlleva un regresivo aumento adicional de 6% en las cotizaciones. 

Pocos días después, el FMI dio a conocer su informe titulado “Perspectivas Económicas Regionales Las Américas”, en que alerta sobre el bajo crecimiento en general en el corto plazo de América Latina y el Caribe, en medio de una elevada inflación y de secuelas de la pandemia. Su estimación es que en 2022 la región crecerá un 3,5% y un 1,7% en 2023, teniendo Chile un aumento menor al promedio en 2022 y recesión en 2023. Nigel Chalk, director en funciones del Hemisferio Occidental del FMI, habló de una pérdida duradera en la region de la calidad de vida por la pandemia que se manifiesta en las relaciones laborales, en la productividad y en la profundidad de los mercados de capitales. Detalló tres riesgos principales que pueden afectar a la region: una persistencia de la inflación superior a lo previsto; un endurecimiento aún mayor de las condiciones financieras, que de acentuarse podrían llevar a una contracción económica regional; y de tensiones sociales debido a que con la pandemia creció la pobreza y la inequidad. 

En relación a Chile, el informe profundiza en los riesgos a la declinación de las perspectivas económicas, y la posibilidad de que su estimación de una caída en 2023 de 1,3% se quede corta. Concretamente advierte que para el país “la balanza de riesgo está inclinada a la baja, como consecuencia de una complicada coyuntura externa”. Añadiendo que los riesgos “se derivan del posible descontento social al que darían lugar los elevados precios de los alimentos y la energía, las demandas sociales insatisfechas o el desenlace incierto del proceso de reforma constitucional”. 

En conferencia de prensa posterior a la lectura del informe, la jefa de la misión para Chile y directora adjunta para el hemisferio occidental del FMI, Ana Corbacho, reiteró la formulación del informe anual sobre el país valorando las políticas de ajuste monetarias y fiscales aplicadas. A lo cual se sumó la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, reiterando en la reunión con la prensa su planteamiento de que “el nivel actual de contractividad de la política monetaria es necesario para que la economía corrija los fuertes desequilibrios que acumuló durante 2021, entre ellos el déficit en cuenta corriente”. Déficit este último que el Banco Central, al igual que el tipo de cambio, deja entregado al mercado. 

La caída en las inversiones, en este caso las privadas, se manifiestan con especial fuerza en las cifras entregadas por la Corporación de Bienes de Capital. La inversión privada en 2023 llegaría solo a US$8.486 millones, con una reducción de 36%, con relación a las que proyecta se alcanzarían en 2022, calculadas en US$13.654 millones. Este indicador considera solo la inversión privada vinculada a nuevos proyectos, por tanto, no incorpora la reposición de maquinarias y equipos que cumplen su vida útil. 

“La inversión privada tuvo un peak en el año 2014 -analizó Orlando Castillo, gerente general de la CBC- que está asociado al efecto del cierre de inversión del boom minero de la época, de ahí en adelante el nivel de reposición de nuevos proyectos no ha alcanzado un volumen superior a los que han ido terminando en el mismo período. En el caso de la energía, este sector tuvo un desempeño muy alto en los últimos años asociado al cambio en nuestra matriz de generación de proyectos con Energía Renovables no Convencionales. (…) se requerirá un mayor crecimiento de nuestro país para incrementar la demanda eléctrica y/o nuevas metas de carbonización para volver a los niveles de inversión privada. En el caso del sector inmobiliario la coyuntura actual económica juega un papel muy importante en el menor dinamismo esperado para el próximo año, dado los altos niveles de inflación, mayores tasas de interés hipotecario, costos de los insumos, dificultades de las empresas del sector y mayor cautela de las personas para tomar compromisos de compra en este escenario”. 

A su turno, el Índice de Percepción de la Economía (IPEC) de GfK Adimark, que mide la confianza de los consumidores, volvió a caer en octubre a 22,3 puntos, manteniéndose bajo los cincuenta puntos desde mediados de 2018, y no llegando ni siquiera a los treinta puntos, que indica, una percepción marcadamente negativa, por siete meses consecutivos. Todos los subindicadores del IPEC descienden en el décimo mes del año, siendo el más reducido el de “estabilidad país a cinco años” con apenas 17,7 puntos. ” Esto lo entendemos -reflexionó la gerente comercial de GfK, Carolina Cuneo- desde las incertidumbres económicas, políticas y sociales que vivimos como país”. 

Por su parte, el ministro de Hacienda, Mario Marcel constató en sus intervenciones divulgando la reforma previsional que ella persigue “recuperar el mercado de capitales, fortalecer a los inversionistas institucionales, aumentar la competencia en la inversión de fondos de pensiones”. Explicó que ello se logra por la mantención de la capitalización individual, que pasará del 10 al 10,5% y que seguirá invertida en el mercado de capitales. Hablando en la Bolsa de Santiago explicó que “ello nos permitiría recuperar los activos de fondos previsionales que teníamos antes de los retiros (de las AFP) entre siete y diez años. A contar de ahora parece largo – añadió-, pero si no tuviéramos eso nos demoraríamos muchísimo más, podríamos demorarnos entre 20 y 25 años en recuperar lo que se retiró en estos dos años”

Hugo Fazio

Noviembre del 2022.