¿SOBRE QUÉ BASES SE SOSTIENE TRUMP?

Por Carlos Romeo

Socialmente no creo que, pese a su alto cargo, la “high society” estadounidense lo invite a sus clubs y a sus reuniones sociales porque ese personaje no tiene la condición básica necesaria para ello que es tener “clase”, vale decir la distinción y la categoría requeridas. La riqueza, si bien es una condición necesaria para ello, no es suficiente. Tampoco creo que hayan admitido a su antecesor en el cargo, el Presidente Obama, toda vez que es bien sabido que sus integrantes son muy alérgicos a los colores oscuros del espectro humano. Y a pesar del color rubio teñido de su pelo, eso tampoco es suficiente en este caso. Es cierto que les rebajó sustancialmente los impuestos a sus ganancias, pero ya lo hizo y para ello lo apoyo el Partido Republicano que los representa políticamente. Y una cosa no conlleva la otra. Por consiguiente, la explicación debe buscarse en otros campos.

Uno de ellos, y muy importante, es que Trump si profesa la creencia de que en el Medio Oriente radica la fuente del líquido espeso y negro que constituye virtualmente la sangre de la economía norteamericana y que explica la obsesión de los gobiernos del país norteamericano por intervenir en esa región del mundo. Y como esa política se ha llevado a cabo mediante las acciones de las fuerzas armadas, gran consumidor de todo tipo de pertrechos militares, una consecuencia de la obsesión estadounidense por el control del “oro negro”, es el siempre creciente gasto del gobierno que va a parar a los dueños de lo que Eisenhower denominó el complejo militar industrial de los EE.UU.

Petróleo y armas, dos de las “locomotoras” que arrastran tras de sí al resto de la economía norteamericana y como consecuencia de ello les proporciona trabajo al 99% de los norteamericanos que directa e indirectamente lo hacen para el otro 1 % que los emplea. Y un Presidente de los EE.UU. debe dedicarse a lo importante. En efecto, Siria es importante y la Cumbre de las Américas no es importante. Es de esperar que así lo comprendan Piñera, Temer, Macri, Santos y compañía

No es que se quiera desconsiderar a los millones de ciudadanos estadounidenses que votaron por Trump, que bien pueden ser considerados de “naive” como dicen en ese país, pero es sabido, en particular por los chilenos, que la política “real” se cocina en recintos cerrados. No obstante, tratando de cumplir con lo prometido a sus electores, frustrados y sin buenos trabajos, llevar a la práctica su lema de “Hagamos América grande” otra vez, quiere encarecer los productos de consumo chinos con la ingenua expectativa que con ello resucitara industrias que ya desaparecieron en los EE.UU.

Pan y circo era la manera de contentar a la plebe por parte de los emperadores romanos. Lo del pan queda por ver y en materia de circo hay una nueva temporada de la serie política sobre el Medio Oriente, con una incursión en el Lejano Oriente en donde se presentara el mismo Trump, en vivo y en directo, nada menos que en Corea del Norte o cualquier otro país,

Un simple recordatorio para situar el tema en su debido contexto. Siria está muy lejos de los EE.UU. y muy cerca de Rusia, que como es sabido tiene tropas en ese país y Corea del Norte está bajo el ala protectora de la República Popular China, como quedo muy en claro después del muy reciente viaje de Kim Jong un a Pekín.

Todo problema tiene inevitablemente restricciones para su solución, inclusive el de Trump tratando de hacer nuevamente grande a “su” América, la parte norte del continente. Y entre ellas está, además, en este caso el adecuarse a un profesionalismo mínimo como Presidente de los EE.UU., lo cual está aún por verse si se considera lo que James Comey, el ex director del FBI, cuenta en su reciente libro sobre el Presidente Trump.

La Habana, 14 de abril del 2018