El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) del Banco Central del mes de junio registró un crecimiento anualizado de 3,7%. Aumentando en el primer semestre un 6,4%, con un incremento en el primer trimestre de 7,2% y en el segundo de 5,85%, monto superior a las proyecciones existentes al iniciarse el año, lo cual llevó al Banco Central y al Ministerio de Hacienda a subir sus estimaciones para el año en una décima en ambos casos, asignándole promedios anules de 1,7% y 1,8%. Al mismo tiempo, aumentaron los ingresos fiscales que son proporcionales a los niveles de actividad económica.
La Dirección de Presupuestos informó que en el primer semestre el gasto fiscal se redujo en 15,5% con relación a la ejecución efectuada en 2021, disminuyendo el gasto corriente en 16,3% y el de capital en 4,9%. Los nuevos recursos obtenidos han sido utilizados por Hacienda para incrementos de gastos destinados a paliar los efectos negativos generales de la inflación y particularmente en sectores de bajos ingresos. La política de ajuste fiscal en aplicación es limitar el incremento del gasto público, cumpliendo con la disminución de 24,1% establecida en el presupuesto 2022. El ministro de Hacienda, Mario Marcel sostiene que se está llevando adelante en el país “la mayor consolidación fiscal que se tenga memoria”.
El nivel alcanzado en junio por el Imacec no fue menor, debido al incremento en los servicios, que siguen creciendo al compararse con un momento en que las actividades fueron restringidas para enfrentar la pandemia. Su aumento anualizado en junio fue de 9%, explicado en lo fundamental por servicios personales, ante todo en la educación. En cambio, el comercio, que mantuvo en 2021 altos niveles de expansión, se contrajo 5,4%, destacando el informe del Banco Central que ello se manifestó sobre todo en supermercados y grandes tiendas. Se redujo también la producción de bienes en 0,2%, con bajas en la minería de 2,8% y de 2,6% en la industria.
En términos desestacionalizados, que se comparan con el mes anterior, la actividad volvió a descender en junio, lo cual se ha producido desde diciembre, con la sola excepción de marzo. El PIB no minero desestacionalizado descendió tanto en el primer trimestre 0,1%, como en el segundo en 0,2, situación que no se daba desde el período de la irrupción social en 2019, cuando se expresó en cifras de reducción más elevadas. El ministro de Hacienda manifestó que los datos muestran que la actividad “continúa en una trayectoria de ajuste gradual”, siendo probable agregó que “ese ajuste se intensifique en los meses siguientes”.
Si se tienen presente las proyecciones señaladas para el año por el Banco Central y el Ministerio de Hacienda, en el segundo semestre se darán cifras negativas del Imacec, que algunos analistas las prevén desde agosto. Como simultáneamente la inflación continuará con cifras elevadas se materializará una estanflación. Las cifras negativas se proyectan hasta 2023.
Posteriormente, el Informe de Percepciones de Negocios del Banco Central, confeccionado en base a 55 entrevistas a ejecutivos de empresas y una encuesta online efectuadas en julio con 804 respuestas válidas, confirmó las tendencias centrales del Imacec al constatar disminuciones de las ventas en los últimos meses y de perspectivas a futuro de menor actividad e incrementos de precios. Estimando que la construcción y el rubro inmobiliario son los más afectados. Las respuestas, en un 73%, consideran que las condiciones financieras son menos favorables que hace seis meses, debido a reducciones en los montos ofrecidos y demoras en aprobarse. Los reajustes salariales son iguales o inferiores al IPC, disminuyendo si son menores las remuneraciones reales. El 46% reconoce que están concediendo reajustes más lentamente que lo habitual, junto a otros que no los han otorgado.
La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, durante una exposición efectuada a principios de agosto en la Cámara de Comercio Regional de Valparaíso, luego de sostener, por una parte, que “las fuerzas y riesgos de corto plazo para la inflación apuntan casi exclusivamente al alza”. Y reconociendo, de otra, que la TPM, actualmente en 9,75%, ha alcanzado niveles elevados que no son inocuos para la economía, puesto que las proyecciones del último IPoM de junio, prevé que las actividades se contraerán por varios trimestres Y afirmó: ”Yo no lo llamo estanflación porque este fenómeno lo que refleja es un proceso en el cual estamos eliminando un desequilibrio de producción en la economía” (04/08/22).
Por tanto, en opinión de Rosanna Costa, son las políticas implementadas las causantes de la recesión a producirse. Y, ante todo, el mérito residiría en haber subido tempranamente la tasa de interés. Pero sucede, que durante un lapso importante las tasas de interés al ser muy bajas y en términos reales negativas siguieron teniendo un carácter expansivo. Más aún, el Banco Central se equivocó reiteradamente en establecer su nivel neutral, cuando dejarían de ser expansivas. Los beneficiados con este nivel de tasas fue la banca comercial, a través de la cual llega al mercado la política del Banco Central, expresada en elevadas utilidades que continúan dándose. En el primer semestre de 2022, de acuerdo a cifras de la Comisión para el Mercado Financiero, las ganancias de los bancos comerciales crecieron un 68,9% con relación a los mismos meses de 2021, aprovechando además en su beneficio la inflación, llegando a US$3.271 millones y ello, en circunstancias que las colocaciones disminuyeron.
En su intervención, Rosanna Costa reseñó que la política de flotación cambiaria que aplica el Banco Central está vigente desde septiembre de 1999 y se expresa en que no persigue ningún nivel específico de tipo de cambio permitiendo que la oferta y demanda se determinen libremente. Es decir, su política es que el mercado y los grandes intereses presentes en este accionar resuelvan su nivel. Muchas veces con el claro predominio de mecanismos especulativos. Y su intervención se produce solo subrayó en “circunstancias excepcionales”, como las vividas últimamente. Seis veces en total desde 1999.
Un factor importante en la realidad del escenario socioeconómico del país lo constituye el elevado nivel de pesimismo existente. Según el Índice de Percepción de la Economía (IPEC) de GfK Adimark está muy cerca de alcanzar un rango similar al de julio de 2020 de 21,2 puntos, en el momento más profundo de la pandemia. En julio cayó a 21,5 puntos, solo tres décimas más, y se. “encamina -señaló- al registro más bajo de la serie”. Manteniéndose en zona de pesimismo, bajo los cincuenta puntos, desde mediados de 2018. “Nuestra expectativa -manifestó su director comercial, Felipe Armijo-, es que el Ipec dependerá en gran medida de las acciones que se tomen para contener el impacto de la inflación y desaceleración económica. (…) la tendencia -añadió- nos muestra un escenario que debería mantenerse en zonas pesimistas” (04/08/22). Las expectativas económicas inciden en la evolución real, dado que repercuten positiva o negativamente, como es en la situación actual, en el accionar de los actores económicos.
En el país en ese momento se informaba que, en el primer semestre, los excedentes de Codelco, la principal empresa nacional, se contrajeron en 15,3% con relación a los mismos meses del año anterior, en que registraron un gran incremento. En enero-junio de 2021 alcanzaron a US$3.675 millones y en los mismos meses de 2022 a US$2.377 millones, monto ligeramente inferior a los US$2.516 millones del primer semestre de 2011, después el resto de la década fueron muy inferiores y en algunos años, como 2015, 2018 y 2019, extraordinariamente bajos. Según dio a conocer la empresa, las principales causas de la disminución este año fueron consecuencia de la menor producción y en el alza en los costos. A lo que se sumó la baja en las leyes de los minerales. La disminución se tradujo en 60.000 toneladas menos en general. La mitad de ellos fue producto de menores aportes de Chuquicamata, con un descenso de 31.000 toneladas, ministro Hales lo redujo en 24.000 toneladas, El teniente en más de 22.000 toneladas y El Salvador en 12.600. Aumentaron Radomiro Tomic, Gabriela Mistral y muy escasamente Andina.
Los mayores costos en la producción de 11% se deben a incrementos en los precios de los insumos que afectó a la actividad, así como a una menor producción de subproductos cuyos ingresos reducen los gastos. En el costo neto a cátodo el alza fue de 7,6% y llegó a US$237,8 centavos por libra, compensado parcialmente por el incremento en la paridad cambiaria. La empresa destacó que por menor retención de impuestos que en el ejercicio anterior, ello no se tradujo en menores ingresos fiscales. Los aportes al fisco aumentaron en un 7%, a US$1.671 millones. En el segundo semestre, por la menor cotización del cobre, sin duda la rentabilidad de Codelco y de las mineras privadas deberían reducirse en la magnitud de sus excedentes.
El Informe de Tendencia del Mercado del cobre al segundo trimestre de Cochilco estima que el promedio anual de la cotización del metal rojo descenderá de US$4,40 la libra estimada anteriormente a US$4,0. En 2023 se registraría un nivel promedio de US$3,95. La modificación se proyecta como consecuencia de un aumento de la oferta debido a incrementos en la producción de Indonesia y el Congo, mientras la demanda descenderá por el menor crecimiento del consumo de China y el debilitamiento de la economía global. Al comenzar agosto, la libra de cobre se cotizó en US$3,53, experimentado hasta ese momento un descenso en el año de 18,1%. La agencia Reuters constató que la menor producción manufacturera en Asía y Europa está afectando la cotización del metal.
“El riesgo de recesión mundial no se ha disipado por completo, la velocidad de la recuperación del crecimiento económico de China es incierto, y aún más difícil de predecir – señaló el subdirector de estudios de Cochilco, Jorge Cantallopts- y aún más difícil de predecir las consecuencias económicas para Europa de la guerra entre Rusia y Ucrania y de un potencial corte de suministro de gas de Rusia”. Cochilco prevé que la producción en el año llegue a 5,43 millones de toneladas de cobre, lo cual significa una baja de 3,4% con relación a 2021. Por su parte, el INE informó que en la minería descenderá durante 2022 la extracción y procesamiento de cobre.
El petróleo tiene también un curso descendente de su cotización. Desde febrero cuando alcanzó su punto máximo en el año, al iniciarse el conflicto bélico en Ucrania y desplegarse las medidas económicas encabezadas desde EEUU para golpear a la economía rusa. Llegando a US$120 el crudo Brent, habiendo disminuido a US$99 al iniciarse agosto cuando la OPEP Plus, de la cual forma parte Rusia, anunció que en septiembre aumentaría su oferta en solo 100.000 barriles diarios. Este aumento equivale escasamente al 0,1% de la demanda global y es una de las variaciones más reducidas acordada por la OPEP desde su constitución.
Se desoyó la petición efectuada expresamente por el presidente de EEUU, Joe Biden, quien viajó a Arabia Saudí para efectuarla y concluir al mismo tiempo la venta de misiles por US$5.500 millones. El día del anuncio de la OPEP Plus varió el precio levemente al alza, para después seguir con su evolución a la baja muy influida por el deterioro de la economía global y la reevaluación del dólar que, como ya hemos señalado, es la moneda con el cual se cotizan la generalidad de las materias primas.
Al finalizar el primer semestre, en el mes de junio, el INE estableció que el Índice de Remuneraciones Reales cayó en doce meses un 2,2%, a 94,91 puntos, en una serie con base cien en 2016. Constituyó su novena reducción consecutiva y el menor indicador real desde octubre de 1989, cuando se inició el estallido social, mes en que alcanzó un poco menos, 94,89 puntos. El deterioro de junio se registra cuando el Índice Nominal de Remuneraciones en doce meses creció un 10%, pero la inflación, que se le debe descontar para calcular el real, fue aún mayor. Todos los sectores de trabajadores experimentaron disminuciones reales. La más elevada se registra en los trabajadores del sector público que percibieron un aumento nominal de 5,5%, con una disminución efectiva de 7%. Y la reducción menor los trabajadores del sector minero con una caída de 0,6%. En el primer semestre los salarios reales se redujeron en 1,6%. Desde agosto el salario mínimo subió a $400.000.
En el primer semestre se produjo también un crecimiento de la informalidad en el mercado laboral. De acuerdo a las cifras del Boletín de Informalidad Laboral del INE para el trimestre móvil abril-junio alcanzó a 27,1%, un 1,1% superior a los mismos meses del año anterior, afectando a 2.395.930 trabajadores, siendo mayor el porcentaje entre las mujeres, 28,2%. En doce meses se incrementó en 14,8%, mientras el formal lo hacía en 8,2%. Se vuelve así a los niveles prepandemia, cuando se produjo una disminución muy fuerte de la informalidad debido a las restricciones impuestas para enfrentar la pandemia. En julio de 2020 fue de 22,3%.
En siete regiones su promedio fue superior al 30%, encabezadas por La Araucanía con un 34,6% y Ñuble con el 33,3%. Los porcentajes más reducidos se dieron en Magallanes con el 19,77%. Y Antofagasta 23,65%. Por actividad la mayor informalidad se registra en los hogares con empleadores alcanzando a un 51,92%, y en “otras actividades de servicio” con 50,81%. En la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca fue de 38,35% y en la construcción de 35,9%.
Hugo Fazio
Agosto de 2022