ROJO

Comentario Aníbal Ricci

ROUGE, dirigida por Krzysztof Kieślowski, 1994

“Fraternidad”, color rojo de la bandera francesa, para Kieślowski sinónimo de solidaridad.

Valentine es modelo de pasarela, una chica ingenua de buen corazón. El amor a distancia parece no estar resultando, los celos de su pareja la hacen dudar. El tema de las relaciones será abordado desde lo aleatorio, las conversaciones telefónicas entre amantes darán luces al espectador.

La película entrelaza historias de manera casual: el nexo con un amor oculto será a través de escuchas telefónicas que realiza un juez retirado al que por azar conoce Valentine. Ella atropelló a su perro y por los datos del collar ha ingresado a la residencia y también casualmente se ha enterado de que el juez espía a sus vecinos.

Rita se llama la mascota y Valentine la lleva al veterinario. Volverá varias veces a casa del juez que la primera vez le habló con indiferencia. Joseph Kern confesará que las escuchas legales se transformaron en su vicio ilegal después de jubilar. Otra grabación será entre una mujer de más edad que el amante, un joven abogado que acaba de recibirse.

Kern intuye que el estudiante de leyes no ha encontrado al verdadero amor, sin percatarse de que así era él cuando joven y todavía desconociendo que este último sufrirá la misma decepción que experimentó en su juventud. Lo aleatorio de los espiados será central en esta cinta y gracias a la intervención de la intimidad, sin sospecharlo, el juez hará posible un vínculo otra vez casual entre el futuro juez y Valentine. Ella le ha pedido al hombre jubilado que deje el espionaje telefónico y éste procederá a confesar su crimen ante la justicia. Las pláticas con la chica irán ablandando el corazón de Kern y la música cada vez más esperanzadora va sugiriendo un sentimiento platónico entre ambos.

La solidaridad del filme se expresa en el cariño por los animales, en no darse por vencida ante el pesimismo del juez (de alguna manera lo rejuvenece con su manera de ser desinteresada): «en cualquier momento la vida puede sonreírte», como se lee en la gigantografía publicitaria donde aparece Valentine. El broche final y nexo con las otras dos cintas de la trilogía será expresado a través de la propia protagonista cuando ayuda a una anciana encorvada a depositar la botella en un contenedor.

La mala suerte en el amor se resolverá en el futuro, el sueño premonitorio del juez así lo anuncia. También hay una solidaridad compartida: él la ve con los ojos que la verá el futuro juez y ella le trajo esperanza a su vida: los cachorros, la invitación al desfile de moda, el sentimiento de preocupación al final de la cinta.

El tono sombrío del comienzo será mutado en esperanza, incluso luego de un terrible accidente de transbordador. Valentine ha resucitado, apareciendo entre los sobrevivientes de la tragedia junto a los protagonistas de Bleu y Blanc.

Los acordes y partituras de Zbigniew Preisner destacan sobre todo en las otras dos partes de la trilogía, quizás el compositor sea un mejor cómplice con la visión sombría de la vida que tan bien retrató Kieślowski en su Decálogo unos años antes. Rouge también se viste de melancolía, de vidas en proceso, aun cuando utilice como telón de fondo la esperanza en el ser humano.