NUEVA CONSTITUCIÓN Y PLEBISCITO

Los días que se avecinan serán tensos.

La Convención Constitucional ya entregó su propuesta de nueva Constitución y  se inicia la deliberación social de sus contenidos y la comparación de la alternativa rechazo o apruebo que se dedidirá el próximo 4 de septiembre.

La Constitución que emerge de la Convención, con todas sus limitaciones, es superior a la que se elaboró entre cuatro paredes y aprobó en un plebiscito fraudulento entre fusiles y tanques en 1980. La Constitución que se propone al país es la primera en dos siglos redactada por representantes elegidos por el pueblo y abre un camino para hacer posibles, mediante la lucha social y popular organizada, los derechos sociales, economicos, culturales y de la naturaleza.  Alcanzar esos derechos en la realidad, y no solo en el papel,  requiere de la movilización social y popular organizada que forma parte de la lucha por construir una sociedad justa y sin privilegios de clase. 

La casta política y el poder económico se ha alineado en la defensa de los privilegios que le otorga la constitución pinochetista con sus enmiendas. En la disyuntiva,  tienen claro lo que defienden y por ello conforman las fuerzas del rechazo, amenazan con el infierno  o con reformas que nunca fueron capaces de hacer. Reaparecen personajes que el mundo popular dejó de valorar al mismo tiempo que mostraron en los hechos su inclinación y convivencia con los grandes capitales, postergando los derechos sociales largamente demandados. La casta política y el  poder economico oscila entre el engaño, la mentira, la promesa  y la sedición  si es necesario. 

De allí que los días venideros serán cruciales. Obliga a definiciones. Asistimos a un proceso de deliberación que hace posible un camino de protagonismo a diversos sectores sociales. Lo importante es enfrentar todas las batallas y lo decisivo es acrecentar la organización, la conciencia y no dejarse engañar por los poderosos de siempre.