LAS CUENTAS NACIONALES CUANTIFICAN CAÍDA DEL 2020

Las Cuentas Nacionales, publicadas durante marzo, permiten dimensionar la magnitud de la caída experimentada por la economía el año 2020. El producto interno bruto se contrajo en 5,8%, descendiendo a US$253.693 millones, con una reducción de US$26.084 millones en relación al 2019, regresando a un nivel ligeramente superior al que se tenía el año 2016. El 2019 ya había retrocedido en US$18.395 millones comparado con 2018, año en que alcanzó su nivel históricamente más alto medido en dólares. El Banco Central informó que redujo el nivel de aumento alcanzado por el producto en 2019 de 1,1% a 0,9% y el de 2018 de 3,9% a 3,7%. La disminución del 2020 es una consecuencia de la crisis global, cuyo origen está en el coronavirus y las medidas de políticas públicas acordadas para enfrentarlo, las cuales repercutieron fuertemente en los niveles de actividad.


Con el descenso experimentado en 2020 y las correcciones de 2019 y 2018 los tres primeros años del segundo gobierno de Sebastián Piñera registraron una contracción de 0,4%. La economía desde mediados del 2018, antes del estallido social y de la pandemia, vivió un lapso de bajo crecimiento, luego de una pequeña recuperación de una larga fase, que se prolongó desde el segundo trimestre de 2013 hasta mediados de 2017, de recesión con crecimiento, es decir un período donde crece la actividad económica, pero lo hace por debajo del aumento de los factores productivos.

Los descensos en el año 2020 se produjeron fundamentalmente en el segundo trimestre, cuando en doce meses el producto se contrajo un 14,2%, y en el tercer trimestre al caer en 9%. En el cuarto trimestre su nivel fue similar al del mismo periodo del año anterior, influido por la disminución producida en las restricciones de actividades y sobre todo en un porcentaje muy elevado por los retiros desde el fondo de pensiones, lo cual actuó como un poderoso factor anticíclico. El comercio disminuyó en el segundo trimestre un 19,9%, teniendo una variación nula en el tercero y aumentando 13,9% en el cuarto, luego de varios trimestres seguidos de reducciones. Bernardita Silva, gerente de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, lo explicó por el desconfinamiento producido en ese periodo y la consiguiente menor actividad, además del fuerte impulso proveniente en el consumo privado del retiro desde el fondo de pensiones. El consumo de durables aumentó en el último trimestre del año un 38,6%. En octubre-diciembre, el consumo de los hogares por única vez en el año creció, aumentando en cifras anualizadas un 4%. Al mismo tiempo, también tuvo un incremento el consumo del gobierno en un 3,5%.

En el cuadro anual, la demanda interna descendió un 9,1%, con una reducción en el consumo de los hogares de 7,5% y del gasto efectuado por el gobierno de un 3,9%. Por su parte, la formación bruta de capital fijo se derrumbó en un 11,5%, haciéndolo tanto la construcción en un 11,3%, como las maquinarias y equipos un 11,8%, sus dos subíndices. Con la excepción del primer trimestre cuando la inversión productiva tuvo un saldo nulo, en los trimestres restantes experimentó una caída: 9,8% en el segundo, 17% en el tercero y 8,9% en el cuarto. La inversión tiene un efecto multiplicador en la demanda interna, al igual que el gasto público, con lo cual al ser negativa acentuó la caída general. En cambio, la demanda externa neta tuvo un saldo positivo, causado en lo fundamental por la disminución en las importaciones. El saldo positivo de la balanza comercial condujo a que la cuenta corriente en la balanza de pagos, que para Chile en general es negativa, fuese el 2020 positiva en US$3.370 millones, equivalente al 1,4% del PIB.

En los diferentes sectores económicos la reducción fue generalizada. Las disminuciones más fuertes se dieron en aquellas actividades restringidas dirigidas a detener la expansión de la pandemia. La actividad en los restaurantes y hoteles descendió en un 31,2%, mientras el transporte lo hizo en un 17,5%. Luego destacó la caída de la construcción en -14,1% y la pesca en -8,4%. La industria manufacturera lo hizo en -3 %. Entre las actividades productivas la excepción lo constituyó la minería que aumentó en un 1,3%, “impulsado principalmente – señaló el gerente de Estudio de la Sociedad Nacional de Minería, Álvaro Merino- con el importante incremento en la producción de hierro, a lo que se agregó mayores volúmenes producidos de plata, molibdeno y no metálicos, donde se destaca el litio”.

La inflación no presentó variaciones bruscas durante el año, sin superar los límites de los objetivos del Banco Central de que se mueve en una banda entre 2% y 4%, El nivel más alto del IPC mensual se produjo en febrero cuando alcanzó a 3,9%, estando el resto del año más cerca del 3%. Una división que se disparó fue la de alimentos y bebidas no alcohólicas, que incide poderosamente en la canasta de la población de menores ingresos, que en agosto se elevó a 8,3%.

El tema de análisis, constatada la caída registrada en las cifras de las Cuentas Nacionales, pasó a ser la evolución en 2021. En el primer trimestre del año se registró un incremento de las medidas restrictivas para enfrentar la pandemia, de tal manera que la recuperación esperada para esos meses no se produjo y fue trasladada en muchas formulaciones al segundo trimestre. Nuevamente se afectaron actividades que ya se habían contraído el 2020, como los sectores de servicios, que constituyen un componente muy importante en el cálculo del Imacec. El ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, debió constatarlo señalando que “el sector servicios ha estado muy complicado sobre todo por las restricciones de confinamiento, esto es algo que estamos observando con especial atención(…)“. No se trata de un tema nuevo, ha sido una constante desde que se implementaran las medidas restrictivas, por tanto, era necesario tener claro que se debería hacer.

Frente a los nuevos retrocesos experimentados en el proceso denominado paso a paso, en el cual predominaron en el trimestre los efectuados hacia atrás, el presidente del Banco Central, Mario Marcel, luego de dejar constancia que las mayores restricciones tienen un efecto negativo, más aún en la fase de cuarentena total, sostuvo que las restricciones en el primer trimestre serán algo menor a las registradas en mayo-junio de 2020. Pero, no fue así. A partir del 25 de marzo el 70,4 de los habitantes del país entró en cuarentena y el 73% de la Región Metropolitana quedó confinada, suspendiéndose además los desplazamientos de personas los fines de semana. Dos días después el confinamiento en la Región Metropolitana pasó a ser por primera vez total, junto a otras 17 regiones, únicamente en dos se registraba mejoría, creciendo el número de personas en confinamiento a 16 millones, un 84% de la población. Además, el número de camas críticas no utilizadas se reducían peligrosamente, mientras avanzaba exitosamente el proceso de vacunación.

Marcel contabilizando la contracción de 5,8% el año pasado y el rango de crecimiento para 2021 en el IPoM de diciembre estimado entre 5,5% y 6,5%, concluyó que “en dos años la evolución del PIB de Chile va a ser muy cercana a cero”, es decir, el país se encontraría al finalizar el año en curso de darse lo proyectado con un producto similar al de diciembre de 2019. Poco después, en entrevista a El País, sostuvo que la crisis vivida en la economía chilena “ha sido muy brutal en lo inmediato, pero también relativamente corta en la comparación con recesiones pasadas, porque la recuperación se inició bastante pronto. Aun así, todavía nos va a tomar hasta comienzos de 2022 para cerrar la brecha de actividad. Evidentemente -concluyó- esto no nos debe llevar a minimizar la magnitud de los shocks que hemos enfrentado ni los riesgos aún presentes”.

La declaración la efectuó cuando la pandemia, causante desde su estallido que numerosas proyecciones efectuadas no se cumpliesen, golpeaba otra vez fuertemente y se aplicaban nuevas restricciones. Ello se ha dado repetidamente. Vittorio Corbo, que formó parte del grupo en el cual se elaboró la propuesta acordada en junio del fondo Covid de US$12.000 millones, relató que se pensaba en ese momento de una duración de la pandemia solo de dos o tres meses más. Han transcurrido ya desde ese acuerdo nueve meses. Según cálculos de Valentina Cortés de Clapes UC, para las restricciones al día 25, “en términos de producción esto se traduce en que un 64,3% del PIB estará en cuarentena (…) y un 31,9% en transición”. Durante los días finales de marzo, mes en que se daba una base de comparación favorable dado que corresponde al comienzo de la pandemia, el acentuamiento de los confinamientos hizo subir el porcentaje del PIB a un 83,1%, colocando a 198 comunas en la fase uno. Un sector particularmente afectado es el comercio, ya que el día 25 se afectó al 64% del que se realiza en la Región Metropolitana, de acuerdo a cifras de Equifax.

Las estimaciones se trasladaron inmediatamente al mes de abril, cuando la base de comparación en doce meses es una caída de 13,8%, lo cual condujo a que se empezaran a disminuir las proyecciones de aumentos en el producto a obtenerse. Las dos terceras partes del PIB se concentran en solo cuatro regiones: Metropolitana 42,1%, Antofagasta 9,2%, Valparaíso 8.0% y Biobio, incluyendo Ñuble, 7,5%, de acuerdo a cifras del ministerio de Economía. A finales de marzo, el día 25, la cotización del cobre se colocó por debajo de los US$4 la libra, obteniendo en lo transcurrido del año un incremento de 13,44% y una cotización promedio de US$3,84 la libra, muy superior a los US$2,59 la libra a la misma fecha en 2020. La razón fundamental de la reducción en la cotización del metal rojo se debió a la revalorización del dólar en los mercados globales, alcanzado ese día su nivel más alto desde noviembre de 2020. También al finalizar marzo, la calificadora de riesgos soberanos Standard & Poor’s rebajó los de Chile de “A” a “A-“, colocándolo en un nivel de grado alto- medio de inversión.

El incremento de las cuarentenas a un alto porcentaje del país tendrá repercusiones negativas en el mercado del trabajo, especialmente entre los ocupados informales. Un estudio efectuado por Clapes UC, con cifras del lapso entre julio de 2020 y enero de 2021, muestra que si en la fase uno del plan paso a paso aumenta en un 10% la población en cuarentena disminuye en un 0,7% el número de personas ocupadas, fundamentalmente en el sector informal, ya que en el formal se permite el trabajo presencial y los desplazamientos para actividades esenciales. Los sectores más afectados en el lapso estudiado fueron el comercio y la construcción, seguidos por transporte y hoteles y restaurantes.

Hugo Fazio

28 marzo 2021