La mentira es una técnica utilizada por la derecha política para que el ciudadano desvíe la atención de lo principal y al mismo tiempo que promueve la frustración, la desesperanza y la confusión. Todo con la finalidad de mantener intactos sus intereses y privilegios.
El Mercurio y todos los medios empresariales de comunicación no descansan en caricaturizar los debates y desvirtuar los hechos para confundir y distraer. Los sectores dominantes fijan con ello la agenda y los temas acerca de los cuales se debe informar. Mienten y mienten. La derecha tiene como objetivo impedir que la nueva constitución se abra paso.
Cierto es que la lucha por una sociedad justa y verdaderamente democrática no se detiene con alcanzar una nueva constitución. La que se plebiscitará es una constitución que pese a sus limitaciones es infinitamente mejor que la pinochetista con todos sus remedos.
El devenir de las luchas sociales se despliega en diversos espacios. La calle, la organización territorial y la movilización organizada es el espacio que favorece el avance popular. Ello hizo posible que la derecha y las elites dominantes abrieran la puerta al proceso constitucional para así sostener al gobierno de Piñera que transitaba por la cornisa. La dispersión y fragmentación del mundo popular impidió profundizar la lucha. Se inició una fase nueva y en el último tiempo, es evidente que la derecha pretende recuperar terreno y golpear el estado de ánimo de los sectores populares más conscientes arrastrando a sectores sociales y populares al rechazo.
Los sectores más conservadores estrechamente vinculados al poder del gran empresariado no descansan. Desvirtúan, mienten y confunden. Generan polémicas irrelevantes y secundarias. Se proponen forzar a la ciudadanía con tergiversaciones y presionan al gobierno para aplastar cualquiera iniciativa por moderada que sea y acaparar su escucha exclusiva objetivo que, hasta ahora, logran reiteradamente.
La derecha y el gran empresariado sabe lo que quiere. Es tiempo de definiciones y el plebiscito del 4 de septiembre próximo se transforma en un momento relevante para continuar las luchas sociales.
Lo reiteramos. La derecha, la ultraderecha y sectores del centro político pretenden reconstituirse para mantener la constitución pinochetista y sus reformas. Para ello mienten y ofrecen cambios que nunca estuvieron dispuestos a realizar.
Pese a sus limitaciones la nueva constitución es mejor que la del 80 gestada entre cuatro paredes. Es un paso que genera mejores condiciones para exigir derechos sociales y luchar por ellos. Desenmascarar a la derecha y sus mentiras es un desafío social y popular.