Comentario Aníbal Ricci
Julieta, 2016,dirigida por Pedro Almodóvar
El director manchego vuelve a retratar mujeres fuertes y al melodrama, esta vez contenido, tanto en la tonalidad de las imágenes, encuadres pulcros, como en el uso de vacíos devastadores que obran sobre la protagonista.
Utiliza flashbacks sucesivos para dar origen a esta tragedia del silencio, aquella de las palabras no dichas, conversaciones que no tuvieron lugar, cuyo vacío destructor fue absorbido íntegro por Julieta. Le oculta la verdad a Antía, su hija con Xoan, pescador que muere destrozado por el mar producto de una tormenta.
Julieta vivirá el duelo (adolescencia de Antía) como un fantasma consumido por la pérdida. Antía nunca le reprochará nada a su madre hasta que un día acude a un retiro espiritual donde las emociones ya no pueden seguir escondidas. Culpa a la madre, a la amante y a ella misma por haber disfrutado de unas vacaciones mientras su padre perdía la vida. Antía dejará atrás su vida y no volverá a ver a su madre.
Pasarán más de diez años para Julieta y un encuentro casual rebrota sus recuerdos e interrumpe su vida para escribir en un diario todo aquello que no le dijo a su hija en su momento.
El recuerdo del romance en el tren contenía algo premonitorio con la muerte, alguien arrojado a las vías por no haber compartido unas simples palabras, ahí nace la culpa que al morir Xoan crecerá junto con el silencio.
Este melodrama tiene todos los tintes del cine de Almodóvar: madres sufrientes, hijas perdidas, vidas transferidas a otros, los fantasmas del pasado, pero Pedro mantiene a raya esos elementos y nos ofrece un descarnado retrato de la culpa. Es tan devastador ese sentimiento que implica un traspaso a su hija, que será incapaz de sostener ese peso sobre sus hombros. Decidirá abandonar a la madre y rehacer su vida dejando a Julieta sumida en la desolación.
Sólo el futuro aciago logrará el milagro, luego de tantos años, transitando por una carretera imposible de adivinar, breve conversación en el auto, seguida de un plano general perfectamente logrado antes de los créditos.