¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE LA POLÍTICA?

Por Max Oñate Brandstetter*

“En las futuras elecciones (…)
vendrán llenos de cinismo a llamar al pueblo
y a ofrecerle lo que están ofreciendo hace ya cien años
sin cumplir una sola vez esas promesas”
Luis Emilio Recabarren, 1923.

Esta ha sido una agitada semana en el acontecer nacional. Además de la realidad organizada de los estudiantes secundarios –y algunas universidades en toma- se realizaron tres marchas simultáneas.

Por una parte, se encontraban los taxistas contra los UBER, dado que los primeros deben cumplir con una licencia profesional específica, pintar el auto con colores oficiales, el tag, etc. Versus lo que ellos mismos consideran piratería del transporte, que son realizados mediante aplicaciones de internet y libres de cargos e impuestos.

En segundo lugar –y totalmente invisibilizada- se encontraba la movilización de los pescadores artesanales, quienes entran en disputa de soberanía sobre los recursos marítimos, contra el espacio consagrado como soberano, de las grandes empresas y pesqueras, que producirían escases y problemas distributivos en la escala productiva de esta realidad local.

En tercer lugar –e híper publicitado- se encontraba la exhibición de “EL BUS DE LA LIBERTAD”, de un bloque cristiano-católico conservador, que propagaba la visión hetero normativa de la sexualidad, con exclusión (o negación sistemática) de la homosexualidad, bisexualidad, etc.

Como producto de esta acción mediática, hubo enfrentamientos callejeros entre el MOVILH y los conservadores, a nivel de piedrazos, debates –algunos con argumentos tan absurdos como: Dios hizo al hombre, hombre y a la mujer, mujer y eso está comprobado científicamente- y la intervención del cuerpo de carabineros. No obstante, los enfrentamientos entre estas “dos facciones” se han extendido en diversas instancias por todos estos días de la semana.
Ocurre que aparentemente, tenemos dos políticas; una de los dirigentes (o representantes) que discuten la dimensión arquitectónica del país, y otra política de la sociedad civil, que pugna a veces por razones estéticas de sus grupos, dado que en lo legal al menos, el MOVILH ha superado la exclusión estatal y legal.

¿Por qué ocurre esta clase de transformaciones y enfrentamientos? Desde hace algunas pocas décadas, desde Europa y “los países desarrollados”, el liberalismo democrático, ha señalado que la pauta de transformación en términos de reparar la exclusión social es reconocer la categoría de la exclusión cultural y/o social, e incorporarlos a un marco legal, eso sí, mientras no interfiera con los intereses económicos ni con el proyecto desarrollista capitalista “de la nación”.

Chile, en esta línea de desarrollo “democratizador” a la occidental, ha incorporado en su agenda, a los animalistas, las minorías sexuales, el acuerdo de unión civil, que pronto avanzará al matrimonio igualitario (sin discriminación de la identidad sexual) y la adopción por parte de familias modernas, que a su vez debe lidiar con el pensamiento ultra conservador que se resiste a aceptar a otro que sea distinto, tanto en lo sexual, como en lo moral (y esto es denominado “ideología de género” como si se tratase de un paradigma de alta significación política, que viene a reemplazar el hito histórico del comunismo contra el capitalismo en los años de guerra fría).

La sociedad chilena, desprendida del efecto electoral y de la credibilidad hacia los bloques políticos, la iglesia, los militares, los policías y los empresarios –pero ¡Oh! Sorpresa, sin violencia física como expresión política, al contrario de lo normal en cualquier otro país en exactamente la misma situación- está construyendo desde hace algún tiempo sus propias organizaciones (movimientos sociales), pero aquellos están dando un avance peligroso hacia la cosmovisión norteamericana de participación política.

En Estados Unidos, un mismo sujeto puede ser, de derecha, moralmente conservador, nacionalista incluso, pero al mismo tiempo, ecologista; donde participa políticamente con otro tipo de gente contraria quizás en todo lo demás, pero con un nivel de impacto igual a cero en la agenda nacional, dado que están construidos “para no provocar impactos en la bolsa de comercio y con ella, permiten una alta estabilidad política y social”(1) y prueba de que nos acercamos a aquel modelo político ciudadano es que las demandas en torno al dinero y los reacomodos del capital financiero (los taxistas y los pescadores) se ven eclipsados por la sensibilidad sexual entre la intolerancia y la inclusión.
¿Qué ocurre en la alta política, mientras ocurren estas expresiones callejeras? Hoy mismo 13 de junio del 2017 (aunque el 10 de enero del mismo año el proyecto pasó su tramitación a la cámara de diputados), en el parlamento se ha aprobado una ley que crea la décimo sexta región de Ñuble, que se independiza territorial, política y jurídicamente de la región de la Araucanía, que afectará a los pescadores artesanales porque éstos tendrán limitaciones en la extracción, dada la realización de operaciones dentro de los nuevos límites regionales.

Este nuevo espacio político-territorial estará constituido por 3 provincias y 21 comunas, con un poco menos de 500 mil habitantes. Esto significará que tendremos 21 sueldos de alcalde que pagar – ¿En qué medida afectará esta medida la distribución de ingreso, dado que se concentrará aún más dinero en la representación política que en la sociedad civil?- agregando los CORE (consejeros regionales) que son proporcionales, según la cantidad de habitantes.

¿Será redistritado el mapa electoral para estas elecciones? De ser así ¿Cuántos diputados y senadores tendrá esta región por menos de 500 mil habitantes? ¿Cuáles son los criterios de redistritación –por tanto, redistribución del poder electoral, político y económico- que nadie discute y bajo los cuales ningún bloque o candidato se pronuncia?

El problema principal de la actual situación política consiste en que no se cuestiona el principio de la democracia representativa (a falta de instalación de un paradigma de democracia participativa, directa u otro modelo de toma de decisiones) ni del cómo se reparten el poder, en el escenario de lo geográfico y que ningún referente electoral, en año de elecciones, es capaz de señalar.

La distribución del poder político y del poder económico se realiza sin la participación de la ciudadanía y luego pretenden convocarla, para validar –inconscientemente- su exclusión

(1)Fukuyama, Francis: “América en la encrucijada”.
*El autor es Cientista Político, licenciado de la Universidad Academia Humanismo Cristiano.

Julio 2017