FMI: RECUPERACIÓN GLOBAL EN VARIAS VELOCIDADES

En su asamblea semestral de primavera, el FMI entregó su Panorama Económico Mundial titulándolo “Gestionando divergencias en la recuperación”, llamando la atención que estas divergencias pueden dejar cicatrices profundas en los países con mayores dificultades. El crecimiento global lo estableció en 6,0%, después de haber descendido un 3,3% en 2020. “Gracias a una recuperación sin precedentes -señaló el informe-, es probable que la recesión de la Covid-19 deje cicatrices más pequeñas que la crisis financiera mundial en 2008. Sin embargo, las economías de mercados emergentes y los países de bajos ingresos se han visto más afectados y se espera que sufran pérdidas más importantes a mediano plazo”.

“Es probable -manifestó su economista jefa, Gita Gopinath- que estas vías de recuperación divergentes crean brechas más amplias en los niveles de vida de todos los países en comparación con las perspectivas prepandémicas”. Señalando que la evolución de la pandemia continúa constituyendo un factor de incertidumbre. “Un avance más rápido de la vacunación – señaló – podría mejorar los pronósticos, en tanto que una mayor prolongación de la pandemia con variantes del virus que no puedan prevenirse mediante las vacunas podrían provocar una drástica corrección a la baja de los pronósticos”.

La recuperación global se producirá en diferentes velocidades. “(…) las perspectivas presentan enormes desafíos -puntualizó el FMI- relacionados con las divergencias en la velocidad de la recuperación tanto entre los países como dentro de ellos y el potencial de daños económicos persistentes a causa de la crisis”. Estas recuperaciones a distintas velocidades conducen a efectos negativos. Se podrían generar “riesgos financieros -expresó Gita Gopinath- si las tasas de interés siguen subiendo en Estados Unidos de formas imprevistas, lo cual podría provocar una corrección desordenada de los activos sobrevalorados, un abrupto endurecimiento de las condiciones financieras y un deterioro de las perspectivas de recuperación, especialmente para algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo muy apalancadas”.

Para EE. UU. se espera que recupere este año su nivel de actividad previo a la crisis, se proyecta un crecimiento de 6,4%, habiendo retrocedido el 2020 un 3,5%, situación que no se repite con un incremento mayor en 2021 en la zona euro con un aumento de 4,4% luego de contraerse el 2020 un 6,6%, en Japón que lo hará en un 3,3% después de caer un 4,8%, en el Reino Unido con una recuperación de 5,3% y una reducción el año anterior de 9,9% y Canadá con un aumento de 5,0% luego de retroceder 5,5%.

Diferente es la situación de las dos grandes economías de la denominada por el FMI Asia Emergente. China ya cerró con un crecimiento positivo de 2,0% en 2020 y para 2021 prevé “una recuperación muy sólida”, creciendo un 8,4%, gracias a “efectivas medidas de contención del virus, una respuesta de inversión pública poderosa y un Banco Central inyectando liquidez”. En el primer trimestre de 2022 ya China creció un 18,3% comparado con los mismos. meses de 2019 cuando descendió un 5,8%, anotando su oficina estadística el regreso a “una base consolidada y un impulso al crecimiento”. Su ciclo se desarrolló en V, India estima que tendrá este año un crecimiento superior a la fuerte caída experimentada en 2020 de un 8,0%, proyectando para 2021 un incremento de 12,5%.

Para América Latina y el Caribe, la región del mundo de mayores descensos en los últimos años, que cayó en 2020 en un 7,0% la proyección es que crecería el 2021 un 4,6%. De los países de la región, Chile, que retrocedió 5,8 y aumentaría 6,2 y Paraguay con -0,9 para crecer 4,0 serían los países sudamericanos que aumentarían más el 2021 que la caída del año anterior. El FMI entregó proyecciones de la evolución de los productos per cápita de los países de la región de darse las estimaciones de variación del producto estimado. El de Chile cerraría a US$24.928,2, quedando a solo US$41 por debajo del nivel alcanzado en 2019, Sería el más elevado de América del Sur seguido por Uruguay con US$23.474,3, inferior eso sí al de Panamá. Alcanzando los US$30.000 el año 2026, cuando antes de la pandemia sus estimaciones eran que lo lograría el 2022, momento en que el de Panamá se aproximaría a los US$40.000.

En cambio, Brasil que descendió menos, 4,1%, crecerá 3,0%. Perú experimentará un incremento muy elevado, de 8,5%, pero luego de descender 11% el 2020. Argentina aumentaría un 5,8%, después de tener una recesión el 2020 de 10%, y de caídas que ya venían dándose desde el año 2018. México lo hará un 5,0% habiendo retrocedido el año anterior 8,2% y Colombia en 5,1% luego de contraerse un 6,8%. Un caso extremo lo presentan “las economías caribeñas dependientes del turismo”, a las cuales le redujo el crecimiento esperado en su previsión de crecimiento en 2021 en 1,5 puntos porcentuales.

Los efectos sociales negativos de la pandemia significarán retrocesos muy marcados. La pobreza extrema en 2020 creció en 95 millones de personas y la desnutrición afectará a 80 millones. “(…) teníamos casi dos décadas -reflexionó Malhar Nabar, jefe del Departamento de Estudio del Fondo- de tendencia a la baja de la pobreza extrema. Este es un cambio enorme en términos de tendencia que veíamos y está concentrado en algunas partes del mundo, en particular de India, de África subsahariana y también en alguna medida de América Latina”. Las diferentes velocidades discriminarán entre segmentos de la población. Los más afectados son los más jóvenes y los trabajadores menos calificados, así como las mujeres y los trabajadores informales. “Mientras la pandemia continúa -subrayó el informe- las políticas (nacionales) deben priorizar el gasto en salud (en producción y distribución de la vacuna. tratamientos e infraestructura sanitaria), así como apoyo bien definido a los hogares y empresas más afectadas, los que se irán retirando progresivamente para evitar caídas bruscas”.

El director del departamento de Políticas Públicas del FMI, Vítor Gaspar, en su intervención efectuó una propuesta fiscal teniendo presente que “las desigualdades persistentes han amplificado el impacto adverso de la pandemia y, a la vez, la Covid-19 ha agravado las dificultades. (…) un círculo vicioso de desigualdad que podría dar lugar a un quiebre social y político. Para ayudar a hacer frente a las necesidades de financiación relacionada con la pandemia -propuso- las autoridades podrían considerar una contribución temporal para la recuperación poscovid aplicadas sobre las rentas altas y la riqueza (…)”. En la formulación del Fondo considera que estos recursos deberían provenir de los beneficios extras, aquellos que superan el mínimo requerido por los inversores, de empresas que hayan prosperado durante la crisis y de algunas personas sin afectar a otras con ganancias mínimas o pérdidas.

La propuesta tuvo presente, como se expresó en el informe fiscal que “muchos Gobiernos en economías avanzadas han implementado un gasto considerable, (pero) el apoyo en los mercados emergentes y especialmente en los países de bajos ingresos ha sido más pequeña, con una gran porción de las medidas (implementadas) expirando ahora”. “Para escapar de la recesión entre el estallido de la crisis y 2022 -cifró el FMI- los países ricos habrán desplegado medidas de gasto fiscal equivalentes al 16% del PIB, los emergentes 4% y 2% los países de rentas bajas”.

Vivimos tiempos excepcionales -editorializo El País- que exigen respuestas especiales. Entre ellas destaca la necesidad de una más fuerte acción del Estado -como proveedor de servicios públicos más esenciales y garantes de un digno nivel de más cohesión social. – que inevitablemente debe ser sostenida por mayores recursos (…). La idea se afianza tanto -añadió- que incluso el Fondo Monetario Internacional, que en otros tiempos solía ser el guardián de la ortodoxia liberal, ha propuesto esta semana la creación de un impuesto temporal de solidaridad para que las rentas altas y las empresas que más se han beneficiado con la pandemia contribuyan a pagar la factura de la crisis. La tasa, defiende el Fondo, contribuirá a equilibrar las desigualdades sociales, exacerbadas por la crisis sanitaria.”.

Otro tema central presente en la asamblea fue el de la producción y distribución de las vacunas. “Hay que aumentar la producción y distribución de las vacunas -subrayó Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo- y dejar de lado los controles a las exportaciones. También significa financiar completamente las herramientas Covax (para la distribución equitativa de las vacunas) y asegurar que las vacunas sobrantes sean transferidas a los países pobres”. Recalcando la urgencia “para que las vacunas lleguen a todos en todos los sitios. El principal canal que tenemos para revitalizar el crecimiento son las vacunas”. Y subrayando que “la política de vacunas es política económica”.

El ranking. Forbes 2021 reveló que la pandemia no constituyó un obstáculo para que creciese la fortuna de los multimillonarios y su número. Registrándose destacó una “explosión” de personas con un patrimonio superior a los US$1.000 millones, llegando su número a 2.756, la gran mayoría estadounidenses y chinos. El listado global sigue encabezado por el fundador de Amazon, Jeff Bezos con una fortuna de US$177.000 millones, seguido por Elon Musk con US$151.000 millones multiplicando por seis veces su monto, debido al vertiginoso incremento bursátil de su empresa de autos eléctricos. Completando los cinco primeros lugares el francés Bernard Arnault (LVMH). el fundador de Microsoft Bill Gates, y el presidente ejecutivo de Facebook Mark Zuckerberg.

El listado de multimillonarios chilenos de acuerdo a Forbes incrementó sus fortunas en comparación con el ranking de 2020 en más de 70%, siendo encabezado como es habitual por los Luksic. Iris Fontbona, la viuda de Andrónico Luksic Abaroa, y familia la duplicó, llegando a US$23.300 millones. El grupo tiene presencia relevante en los sectores minero, bancario, bebidas y transporte. La renta obtenida en el cobre la transformó en el mayor grupo económico del país y a sus empresas en transnacionales en expansión. Su empresa cuprífera, Antofagasta Minerals, acordó distribuir la totalidad de las utilidades obtenidas en 2020. No siendo la única de sus empresas de proyección global. Lo es también SAAM, su empresa portuaria y de remolcadores, transformada en la mayor operadora de América, excluido EE. UU., y la cuarta a nivel mundial, teniendo solo el 28% de su Ebitda origen nacional. Un 42% proviene de América del Sur, un 18% del Norteamérica y un 12% de Centroamérica.

Quiñenco, la matriz del grupo en el sector no minero obtuvo en 2020 utilidades un 17,7% superiores a 2019, atribuidas fundamentalmente a los resultados de la naviera alemana Hapag-Lloyd, de la cual es uno de los mayores accionistas, al igual como acontece con la transnacional metalúrgica francesa Nexans. De otra parte, continúa aumentando la participación en la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), la cual controla, al adquirir su matriz Quiñenco un 4,5% de las acciones en US$141millones. En total quedó con el 66,26% de los títulos. CSAV es uno de los principales accionistas de Hapag-Lloyd y el año pasado, por primera vez desde que en 2011 Quiñenco tomó su control entregó dividendos a los accionistas.

En segundo lugar, figuró Julio Ponce Lerou, que controla la minera no metálica SQM en conjunto con la china Tianqi, con US$4.100 millones, monto que creció en relación al listado del año anterior en US$2.400 millones. El control lo ejerce con un mecanismo en cascada que arranca desde Inversiones SQ, sociedad manejada desde el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes. SQM en enero aprobó un aumento de capital por US$1.100 millones, recursos a destinarse al plan de inversiones ascendente a US$1.900 millones a efectuarse durante 2021 a 2025 con énfasis en el sector del litio. En febrero aprobó la inversión en el proyecto de litio Mt Holland a concretarse en Australia Occidental, que efectuará en partes iguales con la empresa de dicho país Westfarmers Limited. El aumento de capital es el primer que efectúa desde 1998 y se ofertará a los accionistas serie B.

Tercero se ubicó Horst Paulmann y familia, controladores de Cencosud, con US$3.300 millones, la cual aumentó en 10%. Desde febrero que las empresas del grupo familiar son dirigidas por hijos de su fundador, que se acogió a una licencia médica. A mediados de abril efectuaron una compra de acciones de Cencosud por US$112 millones, equivalentes al 1,67% de la empresa, a través de sus empresas Inversiones Quinchamali e Inversiones Tano. Al 31 de diciembre del 2020, la participación accionaria en Cencosud del grupo familiar era de 53,253%, recibiendo dividendos por unos US$60 millones.

Y luego Sebastián Piñera con US$2.900 millones, la que igualmente creció en algo más de 10%. Después sigue Roberto Angelini con US$2.000 millones, su hermana Patricia a la vez figura con US$1.600 millones, que forman parte de un grupo familiar, que controla Empresas Copec. Este conglomerado proyecta invertir US$1.880 millones en 2021.Un 64,7% del total se destinará a culminar las obras de la planta de celulosa MAPA, en la región de Biobío, otro 30% está orientado al sector energía, 0,7% al pesquero y 4,6% a varios. El monto anual es inferior al de 2019 cuando la inversión total acordada fue de US$2.160 millones. La lista la completan Álvaro Saieh con US$1.800 millones, que tiene una de sus empresas, Corp Group Banking desde octubre de 2020 en default; y Luis Enrique Yarur Rey, con US$1.300 millones, que encabeza el banco BCI, que vive un fuerte proceso de expansión en Florida. No figuró en el listado ningún miembro del grupo Matte, sin duda uno de los mayores del país y que también se proyecta internacionalmente.

Abril 2021

Hugo Fazio