Por Cristian Cottet
Aunque todavía no se define la cartilla de candidatos a Presidente, creo necesario confesarle que la duda me ha gobernado. ¿Qué se busca con estas candidaturas que más semejan un tiro al vacío? Lo que en un comienzo era un gesto de confianza, hoy se ha transformado en un convencimiento de triunfo. Quiero ser claro, lo que me ha atraído de su candidatura es ese desprendimiento al definirse como “izquierdista” y falto de realismo, que muestra la señora Beatriz Sánchez.
Su candidatura fue de la nada a la pantalla, pero esto no asegura nada y fue tomando energía así como el Presidente Allende fue reuniendo entusiasmos.
Primero, su candidatura cumplía el objetivo de instalar un programa y un candidato para, desde allí, animar los próximos cuatro años. Así lo entendí y no al estilo Sánchez que ya se ve en la ventana de La Moneda.
Segundo, su “puesta en escena” no ha dado el paso de presentarse como candidato a la presidencia y no al Consejo de Curso. Usted encarno ese destino, pero de manera zigzaguante, hoy guarda silencio mañana levanta la voz. Lo cierto es que los autonomistas le pasaron la aplanadora y se las jugaron por la candidata. Todo el esfuerzo callejero lo capitalizó un discurso antifidelista.
Tercero, sus propuestas de cambio se han desvanecido en el éter, en tanto el resto de candidatos las hacen suyas. El tren ya lo incorporó como propio el candidato Ossandón. Los mediocres de Tolerancia Cero ya le arrebataron la velocidad con las cifras.
Cuarto, la definición de izquierda de la candidatura, no se defendió con tanta energía como la hizo pebre la “candidata”. No hubo fuerza, a usted se le vio vacilante, sin energía. De igual forma se presentó débilmente el concepto “expropiación”, se enredó con la “nacionalización” y esta con la “chilenización”. ¡Pésima defensa!
Quinto, por un tiempo le propongo que se vista con el traje de la candidatura y que ella sea ¡de izquierda! No espere la venia de Sánchez… Ella está corriendo sola y usted no está en los planes de los autonomistas. Además, por estos meses usted no es catedrático. Cuídese de eso, también lo soy, y es triste que un gran profesor muera en manos de un tropel de mediocres que, con suerte, reconocen la diferencia entre la sociología y la antropología… pero no se ocupe de ello, llevo tiempo tratando de encontrar esa diferencia.
Ya sabe usted que el periodismo es un flotador donde se protege la mediocridad. Usted no es catedrático, observe a Ossandón, termina el foro con todos mirándole. Ahora observe su puesta en escena, silencio y la señora Sánchez quitándole la cámara.
Sexto, usted es de izquierda, un estudiante de izquierda, un catedrático de izquierda y un candidato de izquierda. ¿Qué más quiere? No se desgaste tratando de acotar lo que es una expropiación. No se canse buscando las palabras que usará en explicar los robos de nuestras riquezas. Sépalo, el Presidente Allende no lo hizo y llegó más lejos. Usted le quitará a los ricos para darle a los pobres… si, igual que Robin Hood, igual que el Ché, igual que Lenin, igual que todos los Detenidos Desaparecidos, igual que todos los torturados… igual que el Presidente Allende.
Usted no tiene que estar explicando a un tropel de lameculos lo que es una expropiación. Usted debe hablarle a los pobres no a la pequeña burguesía que nunca ha sido leal a nadie. Así habló el cura Camilo Torres, con el barro hasta las rodillas. Si alguien es tan imbécil como para interrumpirle mientras explica cuántos directores debe tener el directorio de una empresa expropiada, mándelo a buena parte. Expropiar es un derecho, es una obligación y no tenemos que dar explicaciones. El que entendió… bien por él. El que no entendió… tranquilamente puede emigrar a Miami.
La izquierda debe llevar grabado a fuego en su frente lo que no debe hacer.
Junio 2017