EL VIRUS DELTA IMPACTA EN CICLO ECONÓMICO

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su Panorama Económico Interino, dado a conocer el 21 de septiembre, constató que el producto interno bruto global superará en 2021 su nivel prepandémico. Proyectando un crecimiento anual de 5,7%, disminuyéndolo en una décima con relación a la estimación efectuada en mayo. Pero anotando que las brechas de actividad y empleo en muchos países, especialmente emergentes y en desarrollo, persistirán, demostración del curso desigual de la evolución cíclica.

“Los países -manifestó su economista jefa, Laurence Boone, de nacionalidad francesa- no se han visto afectados de la misma manera por el virus y no tienen la misma capacidad para hacerle frente a la vacunación. (….) Europa, Estados Unidos, Reino Unido y Australia tienen mucho más margen presupuestario y de políticas macroeconómicas que los países emergentes -añadió- ese margen es menos generoso con lo que el apoyo es menos generoso. Se puede decir que en la mayoría de los países avanzados pronto vamos a recuperar los niveles previos a la crisis. Pero seguimos condicionados por la situación sanitaria y mientras no se arregle es difícil decir que (la crisis) ha terminado. La mayor incertidumbre -concluyó- es que se desarrolle una variante (del virus) que sea resistente a las vacunas y llegado el caso tenga potencial para cerrar sectores de la economía. Eso sería verdaderamente terrible”. Otros factores de riesgos, consideró el documento podrían darse si se diese una demanda reprimida de los consumidores o que la escasez de oferta demorase en recuperarse.

Incluso en EE. UU., la pandemia sigue presente con fuerza. En la tercera semana de septiembre el promedio de muertes por Covid superó por primera vez desde marzo la barrera de los dos mil, de acuerdo a cifras de la Universidad Johns Hopkins. La tercera parte de los fallecidos se registraron en Florida y Texas. Joe Biden enfatizó que existen más de setenta millones de estadounidenses que no han recibido la vacuna. “y para empeorar las cosas – subrayó- hay autoridades electas que trabajan activamente para socavar la lucha contra el Covid con información falsa”.

La OCDE planteó, al mismo tiempo, la necesidad de mantener el apoyo de las políticas macroeconómicas. “Debe evitarse -recalcó- una retirada prematura y abrupta del apoyo político, mientras las perspectivas a corto plazo aún sean necesarias”. “No se puede volver a cometer el mismo error de la Gran Recesión -subrayó por su parte Lurence Boone- cuando se retiró las ayudas demasiado rápido. Hemos aprendido de las lecciones de la crisis financiera y los responsables políticos han sido mejores a la hora de implementar políticas que protejan a la gente y la capacidad colectiva de la economía. (…) la política fiscal en Estados Unidos y Europa fue ajustada (a la baja) demasiado rápida. Aunque la economía está ganando impulso y el desempleo está bajando, necesitamos los apoyos. Podrán ser ajustados, pero hay que mantenerlos”. Destacando el ejemplo “interesante” de Australia, cuyo gobierno no ajustará la política fiscal hasta que la desocupación vuelva al 6%. “El gasto -enfatizó- debería realizarse en forma inteligente, focalizado, en algunos sectores y empresas viables”, con decisiones consensuadas más allá de decisiones gubernamentales. Colocando el ejemplo germano, donde cada Estado posee un comité que analiza el balance anual de las empresas para ver si son sostenibles”. Lo que más me preocupa -añadió- es la desigualdad que estamos creando. Sobre todo, para los jóvenes que acceden al mercado del trabajo”.

El documento de la OCDE entregó en particular proyecciones para los países miembros del G20, los cuales experimentarían en el año un incremento promedio de 6,1%. Considerando que la economía china, la segunda del mundo por su producto, se expandirá en 8,5%, la misma tasa estimada en mayo. En Asía, India tendría la recuperación más elevada de todos los países del G20 al hacerlo en 8,7%. En cambio, Japón, que ha vivido desde la década de los noventa un largo período de estancamiento, con varias recesiones, aumentará en 2021 solo 2,5% y 2,2% en 2022. Corea del Sur lo haría en 4%.

Para EE. UU., la mayor economía mundial, el informe estimó un crecimiento en 2021 de 6%, nueve décimas inferiores a la efectuada en mayo. A la Eurozona le cifró su aumento en 5,3%. Haciéndolo Alemania, la mayor de la región y la cuarta a nivel mundial, en únicamente 2,9%. El Reino Unido lo haría en 6,7%. En cuanto a los países latinoamericanos miembros del G20 estimó un incremento en Argentina de 7,6%, después de haber estado en recesión desde 2018, Brasil de 5,2% y México en 6,3%.

El documento también efectuó proyecciones sobre la evolución de la inflación, tema que ha estado muy presente en la toma de decisiones por la Reserva Federal de EE. UU. y el Banco Central Europeo. Constatando que durante 2021 creció considerablemente en EEUU, Canadá y el Reino Unido, además de varios países emergentes. Para el conjunto de los miembros del G20 la cifró a fines de 2021 en 4,5%, bajándola al cerrar el año siguiente a 3,5%, porcentaje que es superior al registrado antes de estallar la pandemia. Las cotizaciones de las materias primas y los costos de los envíos globales destacó suman más de 1,5 puntos porcentuales de la inflación anual., En su análisis se sumó a las formulaciones de que el proceso de alzas es transitorio, siendo influida por variaciones producidas en la relación entre oferta y demanda provocadas a partir de decisiones adoptadas para enfrentar la pandemia, cadenas de producción atascadas, puertos colapsados, contenedores a precios más elevados, materias primas disparadas, mayores recursos en poder de las personas. “Creemos -manifestó Laurence Boone- que va a empezar a ralentizare el año próximo. El riesgo no es cero, pero pensamos que lo que vemos es solo temporal”.

Mientras se conocía el informe de la OCDE, se finalizó la reunión de dos días efectuada por el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal de EE. UU. La mitad de los integrantes del organismo, nueve, se pronunciaron porque modificaciones en la tasa de interés vigente desde marzo de 2020, se produzcan a fines de 2022. En la cita de junio siete habían estado en esta posición. En cuanto, a la reducción de la adquisición de US$126.000 millones mensuales, el comunicado dado a conocer señaló que “si el progreso continúa en general como se esperaba, el Comité considera que pronto se justificará una moderación en el ritmo de compra de activos”.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, en conferencia de prensa, agregó que esta decisión podría darse en la próxima reunión del Comité programada para los primeros días de noviembre, siempre que la recuperación económica se mantenga “en el buen camino”. Y que la finalización de las compras podría darse a mediados de 2022, “Mi propia opinión es la prueba – subrayó – de que se ha cumplido un progreso sustancial adicional en el empleo” (23/09/21). La política monetaria de la Fed establece que los logros en materia de empleo constituyen una condición fundamental para adoptar las decisiones.

De otra parte, la Reserva Federal procedió a actualizar las proyecciones macroeconómicas para el año. Se redujo fuertemente la estimación de crecimiento de 7% fijado en junio a 5,9%, desacelerándose a 3,8% en 2022 y a 2,5% al ejercicio siguiente. “Los sectores más afectados por la pandemia -constató el Comité- han mejorado en los últimos meses, pero el aumento de los casos de Covid-19 ha ralentizado su recuperación”. La progresión de la inflación la aumentaron a 4,2% en el año, desde los 3,4% cifrados en junio, para descender en 2022 a 2,2%. El comunicado reiteró que el aumento de los precios refleja en un alto porcentaje factores transitorios, Powell detalló que probablemente permanecería alta antes de descender, constatando que los cuellos de botella han durado más de lo previsto. Finalmente, las perspectivas de desempleo también se elevaron. La tasa promedio del año será de 4,8% en vez del 4,5% proyectado anteriormente.

En Chile, el crecimiento económico, la apertura de actividades y los avances en el proceso de vacunación fueron factores que condujeron a la elevada recuperación experimentada en julio y agosto de la tasa de ocupación, la cual mide el porcentaje de personas que están trabajando en relación a quienes se encuentran en condiciones de hacerlo. De acuerdo al Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica la tasa de empleo alcanzó en agosto un 53,6%, su nivel más alto desde abril de 2020 en que comenzó a proporcionar estas estadísticas. Entre abril y julio de 2020 siguió un curso descendente, cayendo a 42,3%, su punto más bajo durante la pandemia. En ese momento la pérdida de empleos alcanzó a 2,4 millones de personas. En el tiempo transcurrido desde entonces se han recuperado 1.871.420 empleos, quedando aún sin lograrse por algo más de medio millón de personas.

Entre abril y junio de 2021, se vivió un breve pero nuevo curso descendente. La tasa de empleo de junio fue de 47,8%, reiniciándose el proceso de recuperación en julio cuando se crearon 462.000 plazas y luego en agosto otras 475.000. Alcanzándose a 8.535.000 personas ocupadas, siendo trabajadores asalariados 5.960.000. Con la particularidad positiva que en agosto el incremento del trabajo asalariado fue de 519.000 plazas, reduciéndose el número de quienes son independientes o trabajadores por cuenta propia. La recuperación se produjo principalmente en los sectores de la construcción, comercio, transporte y comunicaciones, influyendo en ello que se redujeron o eliminaron restricciones a sectores económicos. “Las cifras que mostramos son las mejores que hemos reportado desde que entregamos esta encuesta -señaló David Bravo, director del Centro- son la señal de que ya no estamos a mitad de camino, estamos con un 78% de recuperación del empleo”.

El estudio de la Universidad Católica divide geográficamente al país en las macrozonas norte, sur y centro, además de la Región Metropolitana, En esta última, en agosto la tasa de empleo llegó a 58,5%, 1,6 puntos porcentuales por debajo de los registros del INE para el trimestre móvil diciembre 2019-febrero 2020, previo a la pandemia. Las otras macrozonas se encuentran por debajo entre cinco y seis puntos porcentuales de lo registrado en ese momento, siempre en comparación con las estadísticas del INE. Si la división se efectúa por quintil de ingresos, el quinto, el de mayores ingresos, la tasa de empleo llegó a 69,1%, en el cuarto al 55,4%, en el tercero al 54,1%. Alcanzado en el segundo un 47,7%, y en el primero, el de menores ingresos, a 38,9%. Por tanto, estos datos muestran que en las capas de la población de menores ingresos el ritmo de recuperación es marcadamente inferior.

La evolución positiva del empleo, particularmente del trabajo asalariado, se manifiesta en las cotizaciones previsionales. Este proceso comenzó a darse desde marzo de 2021 cuando el número de cotizantes creció en 0,1%, porcentaje que fue incrementándose en los meses siguientes, alcanzando en julio a un 8,1% en doce meses, nivel prácticamente similar al de agosto (8%). En julio alcanzó una cantidad superior al registro del mismo mes en 2019, al llegar a 5.583.339 personas, mayor a los 5.537.767 cotizantes de dos años antes. A ello contribuyó -desde luego- la ley de Protección del Empleo. Como solo un porcentaje de las cotizaciones se utilizan para la entrega de beneficios previsionales, un monto apreciable del total se incorpora al fondo de pensiones, realidad que seguirá presente mientras no se logren producir transformaciones de fondo en el sistema previsional, terminando con el ahorro forzoso y poniendo fin al DL 3500 que dio vida al sistema de AFP. Los retiros de fondos de pensiones constituyen un traspaso de recursos desde quienes lo controlan y lo utilizan para el financiamiento de sus inversiones a los trabajadores, pero no conduce al término de un sistema que cada vez es más evidente debe ser reemplazado.

Hugo Fazio

Septiembre 2021