LOS DIOSES OSCUROS

Comentario de Aníbal Ricci

Mario Torres Dujisin es un viajero incansable; jamás un turista. Ha pasado años en Croacia, Roma, Mozambique, India, e incluso en Chile, para muchos un rincón apartado, que quizás para un gringo ni siquiera exista. Sin embargo, el autor no se ha conformado con vivir en esos lugares; ha navegado por ellos. No solamente ha conocido a los habitantes de esas tierras, sino que ha sido testigo de cambios históricos, el período llamado de la guerra fría, observando atentamente lo que ocultan los vencedores y lo que se niega a los vencidos.

Lo anterior explica su gusto por la narrativa histórica, aunque bajo ese barniz objetivo, se oculta la humanidad de seres en constante pugna con los hechos que les ha tocado vivir, adaptando sus necesidades más primitivas, sus recuerdos más execrables, al ejercicio de la naturaleza humana, una voluble, algunas veces amoral, cargada de convicción, aunque en muchas ocasiones deba ocultar sus propios deseos.

No es casualidad que estos catorce relatos comiencen y terminen con historias acerca de crímenes brutales, donde el poder de los personajes radica en su sadismo, una crueldad muy entroncada con la sexualidad que recorren muchos de estos cuentos.

Vislumbraremos rigurosidad imparcial, candidez, ejes familiares disfuncionales, abandono; un narrador muchas veces ocultándose en una capa de cinismo, otras veces gozando de la impunidad que ofrece la libertad, pero siempre privilegiando ese mecanismo fantástico que constituye la memoria, para de alguna manera dar continuas reinterpretaciones al pasado de personajes atrapados en su propio tiempo.

Es un lujo ser testigo de las oquedades que nos propone Mario Torres Dujisin, esos espacios vacíos e incluso sin sentido que muchas veces nos definen, un lugar alejado de los dioses o de la idea restrictiva que nos impone la religión.

Los invito a navegar por estas aguas turbias, llenas de goce y brutalidad, de claroscuros que nos identificarán con una narrativa profundamente humana.