Gabriel Boric reiteró que cursará el TPP-11, dada su aprobación por el Senado, que la posibilitó al permitir que se votase y no lo retirase como se le planteó insistentemente, después que durante la administración Piñera no se lograse porque en la Cámara Alta nunca se le puso en votación a pesar de las reiteradas peticiones de ponerle urgencia o suma urgencia, dejando de lado el papel especial que tiene el presidente como responsable de la política exterior del país en los trámites legislativos. En la asamblea anual de la Sofofa, a fines de octubre, en medio del aplauso del empresariado, Boric anunció que procederá a “ratificarlo prontamente”, a pesar de que tiene reparos al Tratado y que “hay algunos elementos que no nos hacen bien”. Sin detenerse en explicar en qué consisten sus reparos y cuales son aquellos “elementos que no nos hacen bien”.
Ello conduce a que queden planteados diversos temas de fondo El primero sobre quién recae la responsabilidad principal en la conducción de las relaciones internacionales del país, dado que el presidente no la ejerce, apoyando su decisión de cursar el TPP en la resolución adoptada por el Senado, en donde existe una gran influencia de la derecha, en una iniciativa que cuenta con muy fuertes cuestionamientos, incluso dejando de lado la formulación que no la cursaría hasta que se negociasen las side letters con los otros países integrantes del tratado, buscando proyectar la imagen de que no se le cursaría mientras mantuviese un lesivo mecanismo de defensa de los intereses de inversionistas transnacionales externos o internos. Es una práctica por lo demás que se está descartando a nivel internacional. Si se considera ese mecanismo negativo, ¿por qué no inician negociaciones para que se elimine en los muchos tratados internacionales del país que contienen cláusulas similares y que conducen incluso a que existan compañías de seguros que han iniciado acciones que pueden conducir a que lleguen a tribunales en el exterior ad hoc?
El segundo es que resulta absolutamente inaceptable que el presidente curse un tratado, del cual señala que tiene reparos y que contiene “algunos elementos que no nos hacen bien”. Resulta prácticamente imposible encontrar alguien que curse un convenio internacional expresando observaciones negativas del mismo. De otra parte, por este camino no se avanza en la dirección de los compromisos asumidos en la campaña electoral ni en el cumplimiento del programa de gobierno. Al contrario, en esa dirección se actúa impulsando rápidamente todas aquellas iniciativas que dependen fundamentalmente del Ejecutivo y levantando transformaciones estructurales que logren un gran respaldo, lo cual crea condiciones más favorables para lograr acuerdos en el Congreso.
Ante la insistencia presidencial en la pronta aprobación del TPP, la única posibilidad que queda de detenerlo es redoblar los esfuerzos para exigir su rechazo. Al hacerlo se está privilegiando crear condiciones más favorables para posibilitar acuerdo en un poder legislativo en que hay mayoría opositora y lograr que el programa de gobierno continúe vigente. Pero para hacerlo factible exige levantar políticas nacionales que persigan transformaciones estructurales y generen respaldo detrás de ellas. Sin embargo, las transformaciones de fondo se han postergado, cuando ya han transcurrido varios meses de gobierno, y eso fue creando condiciones más desfavorables para su materialización.
Después de la aprobación por el Senado del TPP-11, lo cual era seguro dado el fuerte peso que posee la derecha, el Ejecutivo señaló que se procedería a cursarlo después que se acordasen las side letters propuestas a los integrantes del pacto. Pero ello ha transcurrido lentamente. Ante ello, la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, expresó que se había acordado esperar hasta fin de año para su aprobación. “Yo no creo -declaró- que logremos mucho y lo digo por cómo ha sido la práctica de otros países. Nueva Zelanda logró cinco side letters. Nos hemos puesto un plazo, yo conversé con el Presidente esta semana y la idea es que hagamos los esfuerzos y le hemos dado toda la urgencia que corresponde para poder obtener el mayor número posible de side letters, pero nos hemos dado un plazo de aquí hasta fin de año”, para promulgarlo. Marcel ya había adelantado esta posibilidad.
El Centro de Comercio Internacional dio a conocer los indicadores globales de exportaciones de 2021, que fue un año de recuperación del comercio internacional, después del contractivo 2020 donde se vio afectado por las consecuencias de la pandemia, constatándose que los envíos efectuados desde Chile obtuvieron el primer lugar en 26 bienes y 58 se ubicaron en los tres primeros lugares. “Es una buena noticia que cerca de sesenta de nuestros productos – comentó el subsecretario de Relaciones Internacionales, Miguel Ahumada- estén en el primer, segundo y tercer lugar del ranking de exportaciones mundiales. Al alero de estas industrias exportadoras -añadió- se han desarrollado redes locales de proveedores por lo que debemos seguir trabajando en la diversificación de nuestra oferta de productos y servicios para el mundo”.
Entre los productos que se ubicaron en el primer lugar figuraron los minerales y cátodos de cobre, generando ventas al exterior por más de US$46.800 millones. El cobre constituye el mayor rubro de exportaciones del país, siendo más del 50% del total. Se alcanzó también el liderazgo en concentrados de molibdeno tostado, yodo, nitratos de potasio, óxidos e hidróxidos de molibdeno y abonos minerales nitrogenados. En la minería no metálica fue el mayor exportador de carbonato de litio, por un monto de US$882,8 millones, representando el 72,8% del total, de acuerdo a cifras de ProChile.
En el sector forestal, se ubicó en primer lugar la pasta química de madera de coníferas crudas, con cerca de US$320, lo que constituyó el 17,8% del total. Del sector agrícola, las exportaciones de cerezas, prioritariamente por los envíos a China, que encabezó también el listado. El ministerio de Relaciones Exteriores destacó el hecho que se haya mantenido el liderazgo en todos estos rubros en un año en que existió un “desfavorable escenario internacional”
Hugo Fazio