Por Carlos Romeo, desde Cuba
Anoche la inmensa multitud de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución de La Habana para despedir a Fidel Castro, me aclaró un fenómeno percibido desde hace mucho tiempo, pero para mí aun no explicado, que es ¿Por qué la Revolución Cubana ha llegado a tener casi 58 años de vigencia, pese a todo lo que se ha hecho para derrotarla y pese a sus problemas y limitaciones internas?
Daniel Ortega inicio su intervención en el acto de despedida a Fidel con una pregunta “¿Dónde está Fidel?” ¡Y recibió una multitudinaria y espontánea respuesta de todos los participantes “! ¡Yo soy Fidel!”
Esta expresión pareciera un slogan o una afortunada frase. Pero bien miradas las cosas, reveló algo que a pesar de ser evidente, no habíamos acertado a comprender.
Fidel en su vida hizo muchas cosas, en Cuba y fuera de Cuba, pero quienes realmente las ejecutaron fueron los cubanos. En realidad, todas las transformaciones revolucionarias en Cuba fueron realizadas por los propios cubanos, así como las acciones políticas, militares y de asistencia de todo tipo que llevaron a cabo en Cuba y en países del Tercer Mundo. Fidel las concibió, Fidel las explicó y Fidel le pidió a su pueblo que las hicieran… y se hicieron! Por consiguiente, esos cubanos, de hecho, se convirtieron en Fidel.
La prensa internacional y politólogos de distintas layas están preguntándose ¿Qué pasara ahora en Cuba al desaparecer su máximo líder indiscutido, cuya capacidad de convencimiento rayaba en lo místico? Y anoche los cubanos respondieron ¡Nada! El “castrismo” ya forma parte de su conciencia.
Enfocado este problema desde otro punto de vista, la respuesta a esa pregunta es también muy simple: los cubanos van a conservar todas las realizaciones revolucionarias inspiradas y diseñadas por Fidel, por que han devenido para ellos su concepción de lo que es humano en Cuba, o sea los derechos humanos que rigen en su país, y eso deberá ser respetado por cualquier modificación de cómo está organizada hasta ahora su economía, su sociedad y su sistema político, para establecer el socialismo “a la cubana” del siglo XXI sobre la base de ese pensamiento de Fidel que dice que hay que “cambiar todo lo que debe ser cambiado”.
La Habana, 30 de noviembre del 2016