EL VIOLENTO SALTO DEL IPC DE MARZO

El Índice de Precios al Consumidor de marzo se pegó un fuerte salto. En el mes aumentó 1,9%, alcanzando un nivel anualizado de 9,4%, porcentaje no visto desde octubre de 2008. Fue el mayor incremento mensual en tres décadas, desde octubre de 1993, cuando se registró un incremento de 2,4%. En el primer trimestre, los precios subieron 3,4%, superando ya la meta promedio buscada por el instituto emisor para todo el año y poniendo en duda su proyección de un 5,6% promedio anual.

Los impactos de una inflación tan elevada son múltiples. Uno de ellos es profundamente regresivo, dado su efecto porcentualmente mayor en las capas de la población que deben destinar todos o la mayor parte de sus ingresos a consumo. Los primeros deciles de la población tienen un IPC aún más negativo, que el general. La división establecida por el INE para su IPC con el aumento más elevado fue la de “alimentos y bebidas no alcohólicas” que lo hizo en 3,9% en el tercer mes del año y en 13,1% en doce meses. Por la dimensión del incremento, la tasa de interés de política monetaria del Banco Central, que se fijó a fines de marzo en 7% nominal anual, en términos reales sigue siendo marcadamente negativa.

La unidad de fomento aumenta desde el 9 de abril en $603,40, llegando a $31.755,34 creciendo hasta $32.458 al 9 de mayo. Ello produce automáticamente el incremento de todos los precios y contratos fijados en UF, arriendos, seguros, establecimientos educacionales, etc. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, comentó que “no existen varitas mágicas para resolver los temas de la inflación”. Agregando que “la única manera de bajar la inflación es a través de la política monetaria”, de la cual estuvo al frente hasta ser nominado como ministro. Siendo las causas originarias de la inflación múltiples, existen más formas de actuar que las monetarias, obviamente de gran importancia, incluso algunas en los campos de acción del propio Banco Central es el caso de las cambiarias.

Por lo demás, el último informe de política monetaria, entregado bajo la presidencia de Mario Marcel, como debió constatar la propia institución, no percibió acertadamente la evolución de la economía, incluyendo, desde luego, la inflación. Lo mismo volvió a darse en el IPoM reciente donde no sé dimensionó la magnitud del alza. “El registró inflacionario de marzo – expresó el integrante del Consejo, Luis Felipe Céspedes- eleva la trayectoria de inflación esperada para los próximos meses respecto de la trayectoria delineada en el IPoM. Su impacto en la persistencia inflacionaria -añadió- será el factor clave para la política monetaria. Nuestro marco de política -reiteró- es uno en que la respuesta a una sorpresa inflacionaria depende del impacto que ésta tenga en nuestra percepción de inflación a dos años”. 

El alza de los precios constituye un problema de magnitud global. En EEUU, la gobernadora y lo más probable futura vicepresidenta de la Reserva Federal, Lael Brainard, proyectó una fuerte política restrictiva a efectuarse por parte del organismo monetario debido a que la inflación, la mayor en cuarenta años, es una tarea “primordial” y el Banco Central por ello, subrayó, aumentará las tasas de interés de manera “constante”. Además, anunció que se comenzaría el próximo mes la reducción del balance de activos financieros acumulados por las compras en el mercado a través de operaciones abiertas, apuntando a que los cerca de US$9 billones en bonos que el organismo ha comprado para mantener bajos los costos de financiamiento en el país deben comenzar a disminuirse, lo cual es una tarea de una magnitud colosal. La idea es vender activos por US$95 millones mensuales, monto superior al anterior esfuerzo por reducirlos que llegó a los US$50 millones y que se vio cortado debido a la nueva crisis económica al desatarse la pandemia. 

Las formulaciones de Lael Brainard estuvieron presentes en las minutas de la reunión de la Fed de mediados de marzo. En ellas se constató que “muchos participantes destacaron que una o varias veces podría ser apropiadas en futuras sesiones, en particular si las presiones inflacionarias siguen altas o se intensifican”, aumentar la tasa en 0,50 puntos base. En marzo se acordó sucesivos incrementos de 0,25 puntos base. Paralelamente, las minutas informan que “acordaron en general” proceder a comenzar la venta de las elevadas adquisiciones de activos financieros en su poder. Se pasa así́ a la etapa de retirar dinero de la economía. Ello se produciría desde la próxima reunión de política monetaria en mayo 

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) constató que, entre febrero de 2021 y febrero de 2022, el precio de los alimentos a nivel mundial se incrementó en un 20,1%, alcanzando su máximo nivel histórico. Alzas muy elevadas se producen en cereales, incrementada por las repercusiones de la guerra en el este europeo, aceites vegetales, lácteos y carnes. Se registra, además, un creciente aumento de los fertilizantes requeridos por el sector agropecuario, de los cuales también Rusia era un gran país exportador. El fertilizante más usado en el mundo y en Chile es la urea, que ha experimentado un gran incremento. 

En el país, la Cámara Chilena de la Construcción, al actualizar en su informe MACH las proyecciones para el año 2022, elevó la caída de actividad sectorial previstas en el documento de enero, de 1,9%, a al menos 3%, debido a los incrementos muy fuertes de los costos sectoriales. El gerente de Estudios del organismo empresarial, Javier Hurtado, manifestó que “en este periodo, y en el mejor de los casos, el precio de los materiales de construcción ha subido al menos cuatro veces más que el IPC, lo que se tradujo, por ejemplo, en que el costo de la construcción de edificios departamentos aumentó 12% en un año y 16% el de casas”. 

El impacto negativo se produce también en el Índice de Precios de Productor (IPP) de las edificaciones de altura, la cual pasó de un 19,5% en 2021 a un 32% en febrero de este año. En el caso de la construcción de edificios este índice se elevó de un 16,8% en el año pasado a un 28% en 2022. Y en las obras de ingeniería civil el IPP experimentó un alza de 19,8% el 2021 a un 32,5% en el segundo mes de este año. Entre los datos más relevantes que destaca el informe MACH es que actualmente existen 23 contratos de edificación publica mandatados por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) avaluados en US$413 millones que sufren problema para su continuidad. 

Paralelamente, agregó Hurtado, se ha producido una fuerte caída en la demanda por compra de viviendas, destacando que las tasas de interés en los créditos con este propósito se elevaron considerablemente. “Esto significa -detalló Hurtado-, por ejemplo, que, en un año, de febrero de 2021 a febrero de 2022 el aumento mensual por un crédito de 1.600 UF para comprar una vivienda aumentó en casi $138.000 por el efecto combinado de mayor tasa de interés y menor plazo. En el mismo periodo -consignó- el ingreso familiar mínimo exigido para este crédito aumentó un poco más de $500.000”. El número de colocaciones de créditos en el lapso mencionado disminuyó en casi 60%. Para el año se proyecta una caída en el sector inmobiliario de 23% en Santiago y de 24% en el resto del país. Es necesario recalcar que se trata de un sector particularmente expansivo en las fases económicas ascendentes, que se expresan de igual forma, pero en sentido inverso cuando se retraen.

Hugo Fazio

Abril de 2022