Venezolanos, esperen lo mejor y prepárense para los peor. Tal como están las cosas es lo único que me atrevo a recomendarle al pueblo venezolano por haber ya vivido hace muchos años una situación muy parecida.
Hace ya unos sesenta años viví en Cuba una situación similar debido a que en ese caso la mayoría de los cubanos habían decidido llevar a cabo una Revolución social, económica y política en su propio país en contra de la minoría restante que no estaba dispuesta a que cambiaran las cosas en esa medida.
Pronto en esas circunstancias se revelaron dos alianzas políticas paralelas pero total mente contradictorias. Una entre los revolucionarios cubanos y todas las organizaciones existentes en el mundo que compartían el propósito de esos cubanos en aquella época, mas algo que hoy falta en el mundo, un campo formado por países que en aquel entonces eran socialistas y los apoyaban en su proyecto revolucionario. La otra, entre la oposición contrarrevolucionaria interna en Cuba y los gobiernos del mundo decididamente antisocialistas y antirrevolucionarios.
En aquella época la intensidad de la confrontación llego hasta un momento en que las dos superpotencias de la época estuvieron al borde de iniciar una guerra termonuclear, que no fue, por la cordura que demostraron sus dirigentes políticos. No creo que este sea un caso posible esta vez: la coyuntura política internacional es sustancialmente diferente. Pero desgraciadamente nada impide que la superpotencia dominante hoy en día actúe de manera tal que precipite un conflicto armado en un país como Venezuela para acabar con un proceso revolucionario en un difícil momento de su existencia a los 20 años de haberse iniciado y en donde aún no se ha dirimido la cuestión esencial de un proceso revolucionario, el dominio por los revolucionarios no solamente en la político sino que necesariamente en lo económico y en lo social, lo que no es el caso desgraciadamente hoy en día en Venezuela: los revolucionarios venezolanos ganan todas las elecciones (menos dos en 20 años), pero ni controlan la economía nacional, ni los medios de comunicación.
Los EE.UU. potencia dominante y cabeza de la alianza internacional contrarrevolucionaria está siendo dirigida por un Presidente sin experiencia política pero dominado por su egolatría que lo hace actuar como un “showman” u hombre espectáculo, que desgraciadamente encuentra una amplia recepción en ese pueblo que a pesar de su influencia en el mundo, tiene una concepción provinciana de él. Y de eso se trata, de montar un espectáculo político sin peligro para su país aunque para ello utilice su fuerza militar y en particular las de los países lacayos del área sudamericana.
Venezuela primero, por estar en una situación de relativa debilidad, para seguir después -piensan ellos-con Nicaragua, Bolivia y sobre todo, con la que inicio el “desbarajuste” en la América Latina, la Revolución Cubana, a pesar de llevar ya 60 años tratando de acabar con ella.
Un oportunista hombres de negocio inglés, artistas sin militancia política salvo la que más les conviene para su carrera y debidamente remunerados, concentración de contrarrevolucionarios y revolucionarios venezolanos, unas donaciones de alimentos, tres Presidentes sudamericanos, el chileno (¿qué se le ha perdido en Cúcuta?), el colombiano que presta su país para la agresión, y el brasileño desesperado por demostrar en la práctica su ideología fascista y darse aires de grandeza política, mas eventuales fuerzas armadas estadounidenses y colombianas de una parte y las formaciones de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana con sus milicianos por la otra parte, conforman las condiciones ideales para que se de lo que una vez dijo Mao Tse Tung, que una chispa puede encender toda una pradera.
Carlos Romeo
La Habana, 22 de febrero del 2019
Foto: Milicia Nacional Bolivariana. (Prensa Miraflores)