Chile se encuentra a las puertas de iniciar la Convención Constitucional. Sabido es que las elites dominantes negaron la denominación de Asamblea Constituyente gestada en las masivas movilizaciones sociales que dieron vida a la verdadera rebelión social que tuvo lugar a partir del 18 de octubre del 2019.
Pese a las limitaciones e intentos de controlar desde arriba la dinámica del proceso constituyente se ha ido abriendo paso un proceso que concita la atención de la sociedad en su conjunto. Entre los hitos de este proceso, junto al levantamiento popular, se encuentran el plebiscito que le otorgó un 80 porciento al apruebo una nueva constitución y las elecciones recientes de los constituyentes en que la derecha sufrió una derrota profunda al igual que los sectores conservadores y hegemónicos en la alianza concertacionista.
El proceso constituyente abre expectativas de transformaciones. De ello no cabe duda. Ojalá las transformaciones incorporen las relacionadas con el modelo económico que le ha dado sustento a la constitución del 80 y las instituciones hoy moribundas. En lo inmediato la Convención debatirá la elección de quienes la presidan para luego discutir sus atribuciones, derechos y reglamento. Concluido los pasos previos se iniciarán los debates de los temas que darán forma a la nueva constitución. Todo con miras a producir las transformaciones que Chile, y sus pueblos necesitan.
La profundidad de las transformaciones estará determinada por la capacidad que tengan los sectores sociales populares de desplegar sus demandas y movilizaciones. Y en este sentido hay que reconocer que los instrumentos sociales y políticos capaces de unificar y articular unitariamente las luchas sociales populares no están constituidas plenamente con relación a las potencialidades del momento político.
Es evidente que asistimos a una situación llena de potencialidades. Es posible generar una nueva constitución que garantice derechos sociales. Pero dependerá de la capacidad de los actores sociales, políticos y del mundo popular en general, realizar plenamente las potencialidades que el momento permite. Y todo en medio de otra dinámica que cursa al mismo tiempo: las elecciones presidenciales de fin de año.