Aníbal Ricci
Mejor Película: Drive my car (Japón)
El guion obtuvo su merecido reconocimiento en el festival de Cannes, un viaje doloroso a ratos, pero que conforme pasan los minutos, va destapando los secretos que se esconden por los caminos que van recorriendo en un viejo auto rojo. La primera hora es sensual, Yusuke Kafuku hace el amor con su esposa mientras ella relata una historia inconclusa. Nos enteramos que Oto necesita del impulso sexual para escribir historias, que ella olvida inconscientemente, mientras él se las recuerda por la mañana. En la segunda parte, Yusuke viaja a Hiroshima y le asignan a Misaki como chofer para que conduzca su automóvil. El título de la película alude a que esa chica se pondrá en el lugar del director de Tío Vania. En gran parte de la cinta hay una intertextualidad con los diálogos de Chéjov. Los actores de la obra declaman cada uno en su idioma las palabras que han repetido una y otra vez en los ensayos. Al final son internalizadas y en el abrazo final entre el Tío Vania y su sobrina ya no serán necesarias esas palabras, éstas anidan en el corazón de los actores e incluso dentro de los espectadores. El viejo auto rojo fue testigo de cómo los protagonistas recobraron el sentido de sus vidas. Misaki es de la misma edad que tendría la hija de Yusuke, la conexión entre esos personajes desborda la pantalla y algunas escenas conmueven, saltan a nuestros corazones para anidar una melancolía amable que al final nos hará más plenos.
Película internacional: Drive my car (Japón)
Misaki conduce ese corazón mecánico mientras Yusuke escucha a uno de sus actores. Lo insta a sentirse orgulloso de haber compartido veinte años con una mujer maravillosa. Termina de contarle una historia inconclusa y la chofer está segura de que el joven habló con verdad. Las grabaciones de Tío Vania también han permeado su alma y comienza a comprender el dolor del director. Los personajes de Chéjov navegan mediocridades, diálogos que hieren a Yusuke y reviven el dolor ante la muerte de su amada. El auto rojo es la metáfora perfecta. Un corazón que bombea sangre, al principio se trata de Tokio con sus túneles y autopistas, luego el protagonista se trasladará a Hiroshima para hacerse cargo de la obra de teatro escrita por su difunta esposa. Misaki conduce tan suave que atenúa la fuerza de gravedad. Son palabras amables y hay un aire de fraternidad en muchas escenas. Director y chofer aceptan el amor que les brindaron los que partieron, se perdonan mutuamente y todo termina en un abrazo dulce, como el final de la obra de teatro.
Director: Paul Thomas Anderson (Licorice Pizza)
El título de la cinta corresponde a la manera popular con que se denomina a los discos de vinilo, parecería un fetiche de la época de adolescencia, pero las escenas están tan bien urdidas, que fluyen naturales entre esas canciones y un montaje que no deja rastros de su hilván. La reconstrucción de época irradia la nostalgia del valle de Los Ángeles en la década del 70. Son imágenes de un color antiguo que flotan ante nuestros ojos y reflejan fielmente los inseguros pasos de los protagonistas. La química entre los dos jóvenes puede que sea el epicentro de la película; el director maneja los hilos de los actores secundarios con pulso firme y los vemos salir por unos fuera de campo inconclusos, donde el director privilegia el destino de la pareja de adolescentes. Quizás el mérito mayor es rememorar nuestra época de juventud y entender los pequeños conflictos de los personajes. Esas anécdotas parecen llegar a su fin y al espectador le queda una sensación de que se le escapa el agua entre los dedos.
Guion original: Licorice Pizza (Paul Thomas Anderson)
Los personajes secundarios aparecen los minutos precisos en secuencias que develan las obsesiones de unos adultos que no congenian con el tono mágico que fluye entre Alana y Gary. La cinta no incurre en los cinismos típicos de las comedias románticas, hay una estética luminosa que nos impone el punto de vista de estos chicos y sentimos sus vidas como propias. El joven se involucra en variados negocios, arma su vida a cada instante, mientras ella siente que va tomando decisiones equivocadas. Gary es encantador y leal, mientras Alana apuesta por una sensualidad que no siempre es tan genuina. La película semeja una sola escena continua donde escasean grandes acontecimientos, sólo fluye el sentimiento de una época que parece extenderse de manera placentera en la retina del espectador.
Guion adaptado: Duna (Denis Villeneuve)
Paul Atreides, el protagonista del libro homónimo (Dune, 1965) de Frank Herbert, representa al arquetipo del héroe homérico que debe sortear obstáculos a través de un rito de iniciación para dar cauce a su destino mientras va profundizando en su aprendizaje. Sus enseñanzas provienen de la orden místico-religiosa de las Bene Gesserit, hermandad de adiestramiento mental y físico, integrada por mujeres, que opera en las sombras y controla el poder político entre el Imperio y las distintas Casas. Quizás en 1965 (publicación del libro) el tema del cambio climático estaba en pañales, por lo que hubieron de transcurrir varias décadas para que el calentamiento global y la contaminación por combustibles fósiles fuera evidente. Esta primera parte filmada por el canadiense constituye una muy buena adaptación de un libro que muchos críticos pensaban sería irrealizable. Aporta una visión distinta, de mayor contenido estético y temático que otras películas de ciencia ficción. Muestra el recorrido del héroe a través de un mundo fantástico que hace replantear al ser humano el camino hacia su preservación. La visión del director enfatiza el ideario ecológico y en cierta forma relega el mundo del comercio hacia un enfoque más sustentable.
Montaje: Duna
Un diálogo entre el hijo y la madre da cuenta de la disciplina mental, intercalando unos sueños premonitorios del joven, verdaderos flash-forwards que van hilvanando la historia durante el visionado. Una mujer del planeta Arrakis se le aparece en sueños y comparten una visión del futuro hipotético. Aunque el personaje femenino omnipresente será la Reverenda Madre, no sólo cuando aparece en escena, sino también cuando su voz en off va explicando las potencialidades de los sueños. Otra vertiente es aportada por Jamis, el hombre del futuro que guía a Paul y su madre a través del desierto, que rescata el pensamiento existencialista del danés Soren Kierkegaard. Las imágenes de todos estos personajes están magníficamente alternadas, tanto la duración de estos segmentos como la voz narrativa, y contribuyen a darle densidad a la historia.
Efectos visuales: Duna
Actualizar técnicamente la visión de Frank Herbert, mediante efectos especiales a la altura, cobra mucho sentido en la recreación de Arrakis, planeta donde el agua es escasa y está en juego la supervivencia de sus habitantes. La cinta entremezcla diálogos surgidos al interior de las puertas de las distintas fortalezas con otras acciones de exteriores donde se multiplican las máquinas y naves espaciales. Por un lado, la fuerza de la intimidad y la intuición, y por otro, una megalomanía de imágenes donde se ejecutan los distintos planes de las fuerzas antagónicas. El contrapunto les da mayor realce a las escenas de exteriores donde los efectos especiales en ningún momento resultan ajenos al universo imaginado por Frank Herbert.
Actor: Benedict Cumberbatch (El poder del perro)
El comienzo responde cabalmente a un western de los de John Ford, pareciera que el personaje de Phil fuera una especie de John Wayne, bajo el dintel de una puerta, esperando ingresar a ese inmenso escenario al aire libre. La acción se sitúa en la segunda década del siglo pasado, en un rancho a cargo de los hermanos Burbank. Phil es el hermano salvaje, mientras George busca ser conciliador y sería el hermano burgués. Phil ha controlado a su hermano por 25 años y siempre está hablando de su mentor ya fallecido, Bronco Henry. La película ofrece juegos de poder tácito entre Bronco Henry y Phil, entre Phil y George, y también entre Phil y Rose, la esposa de George. Phil aprendió de Bronco Henry a marcar su territorio, sobre todo con Rose a quien no la dejará respirar, debido a que la considera responsable de destruir su paraíso. Cumberbatch personifica a un depredador que esconde misoginia, machismo y homosexualidad, interpretación que maneja a la perfección esos matices y representa a un lobo que al final será una oveja que va directo al matadero.
Actor de reparto: Kodi Smit-McPhee (El poder del perro)
Peter es afeminado y no lo oculta, en cierto modo tiene mayor libertad que los otros. Phil desprecia a este personaje, hijo de Rose, pero los papeles se invertirán y un Peter calculador y rencoroso encontrará los medios para vengarse de Phil y su jauría de vaqueros. Al comienzo de la cinta, la voz en off del muchacho nos avisa que haría cualquier cosa por salvar a su madre. Hay mucho de Hitchcock en ese inicio y el thriller se completa con la escena final de Peter enguantado, escondiendo la soga envenenada bajo la cama. La cuerda, ese cordón umbilical que esconde la traición es un símbolo siniestro. El chico encubre sus acciones bajo su disfraz de homosexual, pero es un psicópata de tomo y lomo y ese guiño a Psicosis (1960) permite a la directora una hábil mezcla de géneros cinematográficos.
Fotografía: El poder del perro (Ari Wegner)
La naturaleza es un personaje importantísimo y las imágenes del paisaje se complementan con la banda sonora. Naturaleza dotada de su propia música, a veces tranquilizadora, pero a menudo representada por violines amenazantes. Los paisajes son omnipresentes y en cierta medida observan la moralidad de los personajes. Ese claroscuro plenamente logrado gracias al virtuosismo de la fotografía. El filme posee las claves de un western crepuscular, donde panorámicas de paisajes luminosos son alternadas con interiores oscuros. El personaje de Peter es central. Alterna una supuesta debilidad con unos contrapicados de un ser que disecciona animales y planta trampas. El personaje esconde rencores profundos y en algunos pasajes las escenas parecen provenir de una cinta de terror.
Cinematografía: El callejón de las almas perdidas
Inicia con la llegada de un buscavidas a una feria de seres anómalos, que asombran a su público al representar rarezas de la naturaleza, y que tras ese espíritu de aura extraordinaria esconde a personajes que buscan el anonimato. Stanton Carlisle proviene de un ámbito miserable, razón por la que entiende el mundillo pueblerino del circo, se adapta a su precariedad, aunque sus ojos están puestos en la gran ciudad. Anhela que su número de espiritismo alcance ribetes de notoriedad, pero no le interesa tanto el nivel de su acto, sino acceder al dinero de los magnates. Es un personaje herido durante su infancia y el director insinúa algunos abusos abominables. El tema matriz que Guillermo del Toro desarrolla a través de oscuras y hermosas imágenes será que los daños profundos prodigados por familiares cercanos realmente fracturan el alma del ser humano y lo convierten en un monstruo. El director utiliza el arcaico recurso del fundido semejando un iris, dotando de cierta antigüedad a escenas de gran fluidez. El descenso de Carlisle será en caída libre, ha perdido su alma en la ciudad y finalmente su humanidad en ese pueblo de espíritus derrotados.
Dirección de arte: El callejón de las almas perdidas
Cine negro de tomo y lomo, retratando a perdedores que se hunden en un entorno brumoso, con una femme fatale que le hace el peso al protagonista. La reconstitución de época da una idea de que el mal ha estado presente desde siempre, contrastando con la universalidad del guion que se encarga de romper las barreras del tiempo. En un logrado juego de espejos, ambos antagonistas cargan con cicatrices imborrables y se manipulan el uno al otro en una empresa inescrupulosa contra los poderosos de la ciudad. La consulta de la psiquiatra Lilith Ritter refleja la frialdad del personaje y las secuencias que transcurren en la feria de freaks distinguen la precariedad de Stanton Carlisle versus la impostura elegante al frente de su espectáculo de espiritismo. El filme posee decorados y ambientaciones cuidadas a la perfección y en concordancia con lo anterior, no sería de extrañar que se adjudicara el premio al Diseño de Vestuario. En resumen, la estética de la película resulta sorprendente, con encuadres pictóricos y una paleta de colores bien escogida, escenas de factura exquisita que le dan un vigor inusitado a una historia muy oscura.
Actriz: Nicole Kidman (Being the Ricardos)
La película mantiene el interés gracias a las actuaciones meticulosas de Nicole Kidman y Javier Bardem interpretando al matrimonio de los Ricardo, una sitcom pionera desarrollada en la década de los cincuenta, que pese a los prejuicios de la época logró hacer reír a toda una generación y en cierto modo esconder las falencias de la vida estadounidense. Lucille Ball fue una destacada comediante, que marcó la pauta de lo que se denominó comedia física. La cinta se sitúa en la última representación de los Ricardo, protagonizada por Ball y Desi Arnaz, quienes eran pareja en la vida real. El director nos muestra a una mujer profesional y muy leal, no sólo con su marido, sino también con los miembros del elenco. Barden está muy bien en el papel de Arnaz, pero la conversión de Kidman es extraordinaria, no sólo por efectos del maquillaje (el parecido es notable) sino incluso en el tono de la voz con que interpreta a la famosa comediante. La idea del filme era interesante. Una comedia que bajo sus ropajes hilarantes escondía los conflictos de la época. La tragedia macartista explicada por personajes humorísticos, quizás la pérdida del encanto que se vivía en el set, no sólo ante la infidelidad de Arnaz, sino una especie de neurotismo perfeccionista que tensionó los preparativos del episodio final.
Actriz de reparto: Ariana DeBose (West Side Story)
Steven Spielberg revisitó el clásico West Side Story, una apuesta lograda, pero que no aporta mayores luces a la película de Robert Wise estrenada hace 60 años, protagonizada por Natalie Wood y George Chakiris, a la postre irremplazables. Una revisión de la historia de Romeo y Julieta, primero actualizada por Wise y ahora aportando un telón de fondo, el de una ciudad cambiante, que pone de manifiesto que las antiguas rivalidades entre pandillas seguirán existiendo en el futuro. Rita Moreno era otro punto alto en la versión antigua y ahora se reserva un papel no del todo logrado. Por su parte, Ariana DeBose propone otra variante para el rol de Anita, mucho más latina, cumpliendo bien con el papel de amiga de María. No supera la actuación de Rita Moreno en la cinta de 1961, pero su personaje luce más interesante que la María de Rachel Zegler, lo que hace que sobresalga dentro de un casting menos estelar. DeBose aporta fuerza interpretativa, haciendo palidecer a las otras candidatas a Actriz de Reparto.
Mejor cortometraje animado: Bestia (Hugo Covarrubias)
Técnica de stop-motion, con rostros inexpresivos, sin diálogos y donde la secuencia de escenas son las que conjugan las emociones. La música de terror es complementada con fotografías agregadas en los créditos. Al ver este corto animado todo queda suspendido en un silencio incómodo. El espectador observa una animación, pero la historia es tan cruda que de pronto nuestra cabeza se trasporta a la ficción. Pero no es ficción, es la historia de una torturadora en los primeros años tras el golpe militar. La brutalidad contenida en esa mente desquiciada se torna cada vez más surrealista y es que la violencia explícita del comienzo desborda al espectador y es necesario de la alegoría, del símbolo para contener ese universo perverso. El director despliega una historia muy oscura. Representa los deseos de venganza de los torturados y sus familias, aquello que las leyes no materializaron en justicia. Escenas estáticas, frías si se quiere, donde el personaje de la torturadora apenas refleja un rictus de maldad. Covarrubias hace un retrato bestial de la agente policial, no muestra su identidad como tampoco ella reconoce la identidad de los torturados. La idea del director no es que sintamos dolor por las víctimas, sino que seamos testigos de una venganza contra la victimaria. El cortometraje adquiere una profundidad que logra detener el tiempo y deja al espectador con una sensación de horror difícil de digerir. Precedida de premios en 12 festivales internacionales, incluyendo el Festivals Conexion Award, uno de los premios especiales en la versión 2021 del prestigioso Annecy International Animated Film Festival.