Carlos Romeo
Hace ya muchos años cuando era alumno del segundo año de la carrera de economía en la Universidad de Chile, supongo que bajo un regimen político que hoy se consideraría al menos “progresista” porque la educación era gratuita, incluyendo la universitaria, aunque el Presidente era el General (r) Ibáñez del Campo y el partido Comunista era ilegal, mi amigo Eduardo García, brillante alumno ya en el tercer año de la carrera, me dijo un día “Habla cuando estés convencido de que tienes algo que decir” refiriéndose a mi mala costumbre de querer ”meter baza” en todo, en aras de querer demostrar mi inteligencia en todo momento. Recuerdo su consejo hasta el día de hoy y muchas veces se lo he agradecido, aunque no estoy seguro de haberlo seguido cada vez que hizo falta.
Me dijeron que Eduardo ya falleció, demasiado temprano dada su calidad humana y profesional. Hizo su vida en Chile mientras que yo, con mi espíritu aventurero, me marche a Cuba en 1959 en donde me cogió el huracán revolucionario en el cual sigo metido, aunque este ya ha perdido al menos esa fuerza de choque que una vez tuvo, une reducción de su categoría de violencia, aunque todavía latente, porque se mantiene muy bien organizado.
El recuerdo del consejo de Eduardo me viene a la mente en estos días en que para mí el tema del momento es la definición por parte de los comunistas cubanos durante su VII Congreso, de que entienden por el socialismo próspero y sustentable que quieren en su país. Y, tomando en cuenta el consejo de Eduardo, creo tener una opinión al respecto. El problema que confronto es que, a pesar de que más de 300 delegados de los 1000 al referido congreso estuvieron debatiendo el tema durante dos días, pienso que mi opinión, que se aparta de la de ellos, es válida. Esta situación, para mi íntimamente preocupante, me obliga a pensar críticamente, ¿no estaré equivocado? Lo cual me trae a la memoria una frase que un amigo brasileño tenía en su escritorio y que decía “Una vez pensé que estaba equivocado, pero fue un error”.
¡Que prepotente este chileno, como todo chileno bien nacido! Porque el día que perdamos nuestra prepotencia quedaremos reducidos simplemente a un pueblo limitado a nuestra propia realidad y la prepotencia trata precisamente de como valoramos esa realidad. En otras palabras, el mundo desde el punto de vista de los chilenos y no los chilenos según el mundo.
Pero volvamos al socialismo del siglo XXI que quieren establecer los cubanos y a la opinión de un chileno sobre ello. Hasta ahora, se está dando el socialismo según los cubanos y no el socialismo cubano según un chileno. ¿Es este un problema importante o simplemente la constatación de que ya hoy en día los cubanos acaso se pregunten, lo que sería solamente una hipótesis de lo difícilmente posible y casi seguramente improbable, ¿de qué chileno me hablan?
Pero todavía me queda un recurso, copiar a un periodista norteamericano que en los años sesenta del pasado siglo saco un periódico titulado “The minority of one” o sea “La minoría de uno”.
La Habana, abril del 2016