OBAMA VISITARÁ CUBA

Hay una misiva de Fidel Castro a la guerrillera Celia Sánchez redactada en 1957 a raíz de un bombardeo a campesinos de la Sierra Maestra con bombas norteamericanas, cedidas a la aviación de Batista para combatir a los rebeldes, en la cual Fidel le dice que al parecer su destino en la vida será luchar contra el poder neocolonial de ese país. Y así sucedió porque así lo quisieron los 10 Gobiernos norteamericanos que se sucedieron a partir del de Eisenhower.

Han pasado casi 60 años desde entonces y Fidel podrá vivir el próximo mes de marzo la satisfacción de contemplar como el Presidente Obama será huésped del Gobierno Revolucionario que él logro establecer en Cuba en 1959. No recuerdo otro ejemplo en la historia de una victoria política semejante.

No sé si Obama tendrá el coraje y el sentido de lo histórico necesarios para aprovechar su estadía en Cuba y visitar a Fidel en su retiro y brindarle al mundo un ejemplo de que hasta las contradicciones políticas más intensas pueden finalmente resolverse pacíficamente, además de ser un gesto de que, reconocer honor a quien honor merece, es también honor para quien lo realiza, gesto raro en la historia, particularmente en la contemporánea de un materialismo aberrante.

El cerco político, económico, financiero, comercial y conspirativo, más una invasión militar e innumerables atentados terroristas, impuesto a Cuba por los sucesivos gobiernos norteamericanos durante 56 años, no lograron el propósito de acabar con el proceso revolucionario cubano. Esto es evidentemente un hecho irrebatible. Entre sus enemigos, hay quienes creen que este fenómeno es solamente explicable por la capacidad del Gobierno Cubano de someter a su población a un regimen de terror político que impide la disidencia masiva, toda vez que los que la practican abiertamente no pasan de ser grupúsculos sin la menor significación política interna. Son conocidos únicamente en los medios publicitarios existentes fuera de Cuba y han demostrado ser totalmente ineficaces en su interior. Otros han sostenido que la manera de enfrentar a la Revolución Cubana debió ser mediante el uso de la fuerza, como los que recomendaban ese método cuando se enfrentaron a los vietnamitas y fracasaron en su empeño por desconsiderar la capacidad de resistencia y de lucha de un pueblo pobre, pero con un enorme sentido de su identidad nacional y de su independencia.

Quienes hemos tenido la oportunidad de compartir el proceso revolucionario con los cubanos durante más de medio siglo hemos también presenciado como la confrontación ha provocado nuevamente el desarrollo del sentido de autoestima de los integrantes de un pueblo que ya lo había demostrado durante los 30 años que duro la lucha por su independencia de España en el siglo XIX , pero que cayó en la trampa de una independencia formal que ocultaba nuevas formas de dependencia que el desarrollo humano estaba creando, lo que se ha llamado neocolonialismo. Una coyuntura política interna particular, la lucha contra una dictadura establecida a raíz de un golpe de estado, que desemboco en una nueva coyuntura, esta vez externa, provoco este proceso de confrontación con el imperio más poderoso en la historia humana y de la cual los cubanos han emergido victoriosos por no haber sido derrotados.

Carlos Romeo
La Habana, 19 de febrero del 2016