La rebelión social que se inició hace más de tres semanas confía en sus propias fuerzas. El empuje de la movilización social presiona al gobierno y al Congreso obligándolos a ceder en parte, solo en parte, respecto de la necesidad de nueva Constitución… siempre y cuando la hagan los mismos de siempre. Tal es así que la vocera de gobierno señaló que la Asamblea Constituyente no es el camino.
El estallido social iniciado en octubre hace Historia. De eso no cabe la menor duda. Y lo hace por su fuerza transformadora en curso. No se detiene ante los intentos de fragmentación que se alientan desde el poder y los medios de comunicación afines a él. Tampoco amilana ante la fuerte represión desatada como lo acreditan las denuncias de organismos defensores de los derechos humanos. Y con fuerza reclama en la calle la renuncia de Sebastián Piñera, una Asamblea Constituyente y el fin del sistema que genera desigualdad y propicia los abusos y las injusticias. Los diversos movimientos sociales en lucha solo confían en su propia capacidad movilizadora y desconfían de las propuestas de las elites dominantes. Enhorabuena.
Pero el clamor de la calle no se escucha en Palacio. Sebastián Piñera reacciona con tardanza y sus propuestas son vistas como insuficientes y poco creíbles, incluso por sectores de su propia alianza y de otras fuerzas políticas que se alternaron en el gobierno en los últimos años. El ejecutivo se reúne con los suyos en su residencia y no logra encontrar los caminos que le permitan retomar la iniciativa. En el Congreso se discuten acuerdos parciales sobre reformas tributarias o medidas que limiten los abusos, pero nada logra aplacar el descontento. La realidad es que el cuestionamiento a quienes han administrado el sistema de injusticias y abusos no tiene vuelta. A tal punto, que el que fuera candidato presidencial perdedor en la última elección y actual senador señaló que deberían renunciar todos y llamarse a nuevas elecciones.
En los próximos días se vienen mayores movilizaciones, convocatorias a marchas y huelgas generales. Importante es que los diversos movimientos sociales en lucha construyan mayores niveles de unidad y fortalezcan la alcanzada hasta hoy. En ello radica la fuerza y la esperanza. La exigencia de Asamblea Constituyente es el eje principal de las demandas sociales y los derechos por conquistar. Son días decisivos. La historia la hacen los pueblos.