LA ECONOMÍA AVANZA HACIA LA ESTANFLACIÓN

En pocos días se produjeron en la semana iniciada el 6 de junio un conjunto de acontecimientos que permiten tener una visión del curso de los acontecimientos económicos. Primero, el Banco Central entregó el indicador de actividad económica del mes de abril. Luego el Consejo efectuó la reunión de política monetaria cuyo comunicado a la opinión pública dio a conocer una nueva alza de su tasa de interés de política monetaria (TPM). Al día siguiente, la institución entregó al Senado su informe de política económica (IPoM) de junio, el segundo del año, mientras el INE proporcionó el índice de precios de mayo. Paralelamente, dos organismos internacionales, el Banco Mundial y la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) actualizaban sus proyecciones económicas, incluyendo ellos proyecciones de la economía nacional. 

El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de abril experimentó un crecimiento en doce meses de 6,9%, alcanzado ante todo por la expansión de los servicios en un 13,2%, a compararse con un mes de 2021 en que existía todavía una fuerte restricción de actividades, con motivo de la pandemia. Un aporte adicional, algo menor en puntos porcentuales entregó el comercio al crecer un 9,9%, porcentaje que da a entender que aún permanece en manos de hogares recursos producto del alto aumento de liquidez registrado durante el año 2021. En cambio, el Índice de Producción Industrial se redujo en 1%, con un descenso particularmente elevado de la minería de 9,2%. 

El curso descendente de la economía se visualiza más claramente en el Imacec desestacionalizado, el cual se compara con el mes anterior. En abril descendió 0,3%, retomando a un curso descendente iniciado en diciembre que transitoriamente se cortó durante marzo. La producción de bienes se redujo en 1,3% mientras el comercio aumentaba solo en 1,8%, a causa fundamentalmente de los incrementos producidos en el sector automotriz. Desde diciembre hasta abril todos los sectores anotan una evolución negativa. 

Para el ministro de Hacienda, Mario Marcel, la economía chilena está en una fase de aterrizaje que calificó como “suave» después dijo del “sobrecalentamiento que tuvo lugar el año pasado. Ello facilita -agregó- un curso positivo, dado que produce una presión adicional contra el aumento de los precios”. Los antecedentes entregados por el Banco Central y el INE posteriormente en la semana mostraron que el país va hacia una recesión y existe una fuerte inflación ascendente hasta ahora y de una evolución prolongada, que configuran un escenario nada de “suave”, sino más bien de estanflación, estancamiento (o recesión, ya que el Banco Central estimó un descenso de la economía en 2023) y una inflación que seguiría aumentando en los meses próximos y con un nivel que finalizaría el año cerca del 10%. 

La evolución trimestre a trimestre desciende desde abril-junio de 2021, cuando la economía creció en un elevadísimo 18,9% en doce meses. Los trimestres posteriores fueron reduciéndose constantemente a un ritmo a veces de cinco puntos porcentuales, pero en el primer trimestre de 2022 fue solo de 1,9%, influido por el consumo privado que se mantuvo elevado. 

En la actividad económica influye de manera significativa las expectativas que tengan los actores económicos, las cuales en el país se encuentran desde hace tiempo muy bajas. El Índice de Perspectivas Económicas (IPEC) que elabora mensualmente GfK Adimark, estableció que en mayo descendió en 1,2 puntos, reduciéndose hasta 24,3 puntos, en una evolución en que permaneciendo bajo a los 50 puntos se está en zona de pesimismo. Con la disminución producida en mayo se completaron 46 meses seguidos en zona de pesimismo, cerca de 4 años. Se redujo a su nivel más bajo en 23 meses y es además el menor promedio de crecimiento para los meses iniciales de un nuevo gobierno. 

Al día siguiente al Imacec, el Consejo del instituto emisor dio a conocer su resolución, adoptada por unanimidad, de aumentar la TPM de 75 puntos base llevándola a 9%, manteniéndose siempre en términos reales negativa dado el crecimiento de la inflación, dejando claro que requeriría en su opinión de otros ajustes adicionales. Pasó a ser el mayor nivel alcanzado por la TPM en más de dos décadas. 

En el comunicado informando del incremento de la TPM, constató que la velocidad del retroceso de la actividad económica era menor a la esperada, en una afirmación que se ha transformado en una constante en relación a las proyecciones efectuadas. “Los datos parciales del segundo trimestre -constató- confirman la fortaleza del consumo, mientras que la inversión sigue deteriorándose”. Al mismo tiempo constataba que la creación de empleos había pasado a ser más lenta y se producía un deterioro de las expectativas empresariales y de los consumidores, como lo consignaba el IPEC de Adimark. Y colocaba como un factor de riesgo muy importante el curso de dos dígitos de la inflación. “Los riesgos siguen siendo elevados, en particular -señaló en su comunicado- por el nivel que ha alcanzado la inflación y su mayor persistencia. 

Escenario inflacionario confirmado por IPC de mayo entregado por el INE, que dio a conocer una nueva alza en el mes, llevándola en doce meses a 11,5%. Ello produjo incremento de  la Unidad de Fomento y, por tanto, de todos los precios fijados en este indicador, como los arriendos y los créditos hipotecarios y de seguros. El alza se produjo en diez de sus doce divisiones entre ellos alimentos y bebidas no alcohólicas y transporte. A nivel global se producía particularmente después del inicio de la guerra en Ucrania un fuerte incremento en los precios de alimentos y energía. 

El aumento de mayo implicó que la inflación del cuatrimestre iniciado en febrero fue de 4,82%, motivo por el cual la Superintendencia de Pensiones instruyó al Instituto de Previsión Social para que pusiera en práctica el primer reajuste en la Pensión Garantizada Universal. La pensión aumentó de sus $185.000 iniciales a $193.217. 

Simultáneamente el INE informaba del impacto que producía la inflación en los salarios reales. Los nominales crecieron en el cuarto mes de año un 0,7% y en doce meses 8%, pero descontada la inflación descendían un 0,5% nominal y un 2,3% real. “Una caída anual histórica – la dimensionó Juan Bravo, director del Observatorio de Contexto Económico de la UDP-, en la capacidad de compra de los salarios reales, no hay una disminución de esa magnitud desde que existen estos registros, hace treinta años”. En abril se enteraron siete meses consecutivos de caída en los salarios reales. En las disminuciones por sectores el listado era encabezados por los trabajadores del sector salud y asistencia social en 7%, los de servicios administrativos y apoyo en 6,7% y los de la administración pública en 5,3%, siendo los más afectados por la magnitud de la reducción de su capacidad adquisitiva. 

El IPoM de junio reiteró y profundizó lo informado por el instituto emisor luego de su reunión de política monetaria. Y entregó sus proyecciones para la economía de los años 2022 a 2025. El incremento para el año en curso lo elevó en relación a la estimación efectuada en marzo a 1,5% a 2,25%, promedio 1,875%, explicándolo en lo fundamental por la evolución del consumo privado. Para 2023 consideró como punto máximo un crecimiento nulo y como el más bajo una reducción de 1%, es decir una recesión. No es usual que un banco central anuncie una contracción económica a futuro, y lo haga sin considerar medidas para amortiguarla. En 2022 la demanda interna sería negativa con un consumo total de +1,4% y una caída en la formación bruta de capital fijo de 4,8%. En 2023 tanto el consumo como la inversión serían negativos en 2,4% y 2,2% respectivamente. 

En cuanto a cotizaciones en los mercados mundiales gravitantes en la economía chilena, considera que el promedio de la libra de cobre sería en 2022 de US$4,25, ligeramente inferior a la estimación de marzo, US$4,35: mientras que el barril de petróleo Brent promedio del presente año cotizaría en US$104, diez dólares superiores a la efectuada en el anterior IPoM. Ambas tienen incidencia en los términos de intercambio del país. 

Rosanna Costa, presidenta del Banco Central comenzó la exposición del IPoM presentado en el Senado, señalando: “La inflación en Chile ha alcanzado su máximo nivel en décadas”. Luego expresó que la evolución de los precios ha “sorprendido significativamente, reconocimiento que llama la atención por el gran impacto mundial que tenían los aumentos de precios especialmente en alimentos y energía. El informe estimó que la inflación se acercaría durante el tercer trimestre a un 13% y que la proyección que se había entregado anteriormente que al finalizar el año estaría en 5,6% se aumentaba a 10%, mostrando así que su nivel elevado sería durante todo el año, para posteriormente iniciar un descenso que la acercaría al 3% a fines de 2023. Su nivel permanecería todo este lapso, por encima del 3%, que es el objetivo del instituto emisor, superándolo en momentos en unas cuatro veces. 

En su intervención en el Senado Rosanna Costa, expresó que se daría “más que un proceso de estanflación, lo veo como un proceso de ajuste”. Poco después, en entrevista de prensa, planteó su opinión y la entregada en el IPoM con aún mayor claridad. “La inflación es nuestro objetivo, y en este momento es un desafío importante por la complejidad del escenario. El primer mensaje del IPoM de junio es que la inflación sigue siendo el gran desafío de este momento (…). Lo segunda es que ir a la convergencia con la meta necesitamos resolver desbalances macroeconómicos importantes que siguen pendientes y tomarán más tiempo. Tercero (…) lograr la convergencia de la inflación en el horizonte de política exige hoy hacer un esfuerzo adicional respecto a marzo”. La recesión termina considerándose necesaria en esta concepción para lograr el ajuste. 

El expresidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, actualmente investigador del empresarial Centro de Estudios Públicos, si bien expresa su opinión favorable al manejo de políticas por el Banco Central, sostiene que “llegó el momento de pausar y ver cómo sigue la situación antes de continuar apretando la política monetaria. Estamos ad-portas -argumentó- de empezar a ver un frenazo muy fuerte en la economía. Estamos ya viendo una desaceleración, pero lo más probable es que vamos a tener un frenazo significativo en la actividad económica en Chile. También estamos observando una desaceleración importante en el mundo “. 

Un momento simultáneo de recesión con inflación es un escenario muy negativo. No se le puede justificar por ser utilizada como un mecanismo útil o para el logro de un objetivo económico. 

Hugo Fazio

Junio de 2022