El Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), reunido de emergencia ante el conflicto bélico en Ucrania, constató en palabras de su presidente, el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, que “hay varios precios que pueden ser afectados entre ellos el petróleo, el gas y los alimentos. Todos ellos tienen impacto en la inflación, pero también tienen impacto en los términos de intercambio de la economía chilena, y por esa vía pueden afectar de alguna forma el crecimiento de nuestra economía durante este año. Nuestra principal materia de exportación -añadió- es el cobre, la cual no ha tenido demasiados movimientos. En cambio, el petróleo, que es la principal importación de Chile, ha aumentado y tiene riesgos de seguir aumentando. Eso significa que pueden deteriorarse nuestros términos de intercambio y lo que hay que monitorear es la magnitud de este deterioro”. Desde luego, que el impacto de ello será mayor o menor en función de su magnitud y duración. Ya transcurrió más de una semana.
Los precios más directamente afectados en el corto plazo fueron el petróleo y el gas, de los cuales Rusia es un productor y exportador importante, además de alimentos, como el trigo y el maíz, terreno donde ambos países, Rusia y Ucrania, son exportadores fundamentales. “Aunque las importaciones de trigo -agregó Cerda- son básicamente de Argentina, Canadá y EE. UU., eso no quita que el precio del trigo vaya a estar afectado por estos eventos. El año pasado importamos prácticamente el 42% del trigo”. Por su parte, la presidenta del Banco Central, Rossana Costa observó en la reunión del CEF, que “frente a lo sucedido hay que considerar los efectos en el conjunto, tanto en el corto como en el largo plazo”.
“(…) estamos -comentó Peter Tuchman, que lleva 37 años operando en la Bolsa de Nueva York y se le conoce como el ‘Einstein de Wall Street’- en una tormenta perfecta, por un lado, está Rusia, por otro lado, está la inflación y el retiro de estímulos de la Fed en marzo, que causa un enorme impacto en acciones, especialmente en las de alto crecimiento. Crep -agregó- que cada vez que tenemos lo que yo llamo “tormenta perfecta”, donde tenemos múltiples piezas de un rompecabezas moviéndose al mismo tiempo, lleva al mercado al límite. Si algo hemos aprendido durante las últimas seis semanas de 2022 – señaló a fines de febrero- es que la volatilidad es una locura, la ansiedad y el movimiento de las acciones es una locura. Hemos visto que un día el mercado cae 1.100 puntos, a la hora repunta 100 puntos, y finalmente se devuelve 1.800 puntos. Esos son billones de dólares saliendo y entrando al mercado en cosa de horas, algo que no habíamos visto. Así que, siempre seré un estudiante del mercado. Todos los días que vengo a trabajar tengo que tratar de comprender qué diablos está pasando”.
Una crisis en el mundo de hoy, como el conflicto bélico en desarrollo, tiene repercusiones globales inmediatas, afectando a todos los países. El conflicto bélico en Ucrania repercutió en dos esferas muy importantes del quehacer nacional: en la inflación y en los términos de intercambio. Antes del inicio del conflicto ya el país experimentaba un fuerte proceso inflacionario1. Por lo tanto, lo que se produjo fue un nuevo impulso de ella por otra causal, repercutiendo rápidamente en un conjunto de precios muy influidos directamente porque Rusia y Ucrania, como ya se señaló, son importantes exportadores de ellos. Rusia es el segundo mayor exportador de petróleo del mundo, detrás de Arabia Saudí, otro tanto ocurre con el gas natural, dado que es el segundo mayor productor, siendo fundamental en el abastecimiento de Europa. También es el segundo principal productor de aluminio, que el día 23 de febrero subió a niveles récord, recurso muy empleado en el área de la energía.
Chile es un país importador de petróleo, gas y cereales. Si sus precios en los mercados internacionales aumentan, y si el cobre no se mueve en sentido inverso en la misma magnitud, ello conduce a que se deterioren los términos de intercambio, que es la relación promedio de los precios de las exportaciones y las importaciones del país. Los primeros días de iniciado el conflicto bélico los precios del cobre no experimentaron una marcada fluctuación, pero posteriormente se vieron afectados por las consecuencias del conflicto y comenzaron a subir durante la semana recién finalizada.
El 3 de marzo, en la bolsa de metales de Londres, indicador utilizado por Cochilco como referencia, la libra de cobre llegó a US$4,749, inferior a poca distancia de los US$4,83 anotados en octubre de 2021, que es su más alto precio nominal alcanzado históricamente, después de cuatro días sucesivos de incrementos. El promedio en lo transcurrido del año alcanzó a US$4,48 la libra. “Rusia -analizó Marco Riveros, vicepresidente ejecutivo de Cochilco- representa del orden del 4% de la producción mundial de cobre. Las sanciones económicas impuestas por los países occidentales (Europa y EE. UU.) implican el cierre de mercados europeos y estadounidenses a sus productos, elevando las expectativas de escasez futura del suministro del metal. A ello se suma -añadió- que es probable que sus principales países consumidores de cobre comiencen a acumular inventarios”.
Después de la reunión del CEF, donde participó, el superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, señaló que “la exposición de los fondos previsionales a Rusia es baja, del orden de 0,6% de los fondos, mientras que la inversión en Ucrania es muy menor, insignificante”. ¿Dónde están colocados los fondos previsionales? Según cifras del 21 de febrero un 53,4% se encuentra en los países desarrollados, un 26,5% en Asia emergente, un 9,2% en Latinoamérica, un 0,7% en Medio Oriente, 2,1% en Europa Emergente, donde el mayor peso es de Rusia con un 0,6%. De dicho monto, Rusia participa con una inversión de US$1.101 millones, equivalente al 55,9% del total, con la mayor exposición en el fondo C, de Un S$572 millones. Ucrania representa el 5% de las inversiones de ese bloque con US$98 millones, el mayor porcentaje también está colocada en el fondo C.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, cuyas estructuras de dirección tienen la forma de una sociedad anónima en relación a los capitales aportados por cada país y en las cuales la presencia de EEUU es muy fuerte, en un comunicado conjunto suscrito por la directora ejecutiva del FMI, Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco David Malpass, declararon como era previsible, que “ambas instituciones están trabajando juntas para apoyar a Ucrania en los frentes financiero y político (…)”. El FMI respondió positivamente a la solicitud de un recurso de emergencia a través de sus líneas de financiamiento, mientras el Banco Mundial aprobó un paquete de apoyo por US$3.000 millones, de los cuales se puede disponer rápidamente de US$350 millones.
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de EE. UU., Jerome Powell, hablando ante la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes manifestó que los efectos del conflicto bélico hacen aún más “incierto” el escenario. Subrayando que se mantiene vigente el alza de las tasas de interés para enfrentar la inflación, que está alcanzando cifras que no se daban desde hace cuarenta años y triplican el objetivo de la Fed del 2%, y que va a proponer en la próxima reunión de la instancia que lo determina se incrementen en 25 puntos básicos.
El 28 de febrero, cuando tuvo lugar la reunión rusa-ucraniana en Bielorrusia para negociar una salida al conflicto, el petróleo Brent se encontraba nuevamente sobre los US$100 el barril, mientras que el aluminio alcanzaba un nivel récord de US$3.528 la tonelada. Mientras el cobre anotaba US$4,50 la libra, muy cerca del promedio alcanzado en lo transcurrido hasta ese momento en el año US$4,47, superior a los US$3,84 que promedió en febrero de 2021. Por su parte, el oro, utilizado como refugio, alcanzaba su cotización más elevada en un año y medio.
Al día siguiente, al intensificarse los despliegues bélicos rusos, aumentar las entregas de recursos financieros y armamentos a Ucrania por parte de EEUU y países de la Unión Europea e incrementarse las medidas dirigidas a golpear a Moscú, el barril del petróleo Brent, que ha pasado a ser el indicador más empleado para indicar las repercusiones en la inflación, llegó a US$106,70. Paralelamente el barril del crudo WTI aumentaba bruscamente en US$10,03, superando también los US$100, alcanzando a US$105,32,su mayor nivel desde julio de 2014, creciendo su precio en lo transcurrido del año un 40,01%, al tiempo que el Brent lo hacía en 37,1%%.
Estos fuertes incrementos en los precios tenían lugar cuando EE. UU. en conjunto con otras economías procedían a liberar reservas estratégicas buscando frenar el aumento de sus cotizaciones. La Agencia Internacional de Energía, de la cual forman parte EE. UU. y Japón, acordó liberar de las reservas sesenta millones de barriles. En discurso televisado, Joe Biden, anunció que la liberación de millones de barriles procedería a reducir los precios. “Esta noche puedo anunciar que Estados Unidos ha trabajado con otros treinta países para liberar millones de barriles de las reservas. (…) y estamos listos para hacer más si fuera necesario, unidos con nuestros aliados”. Sin embargo, se mueven factores muy fuertes en la dirección contraria. “Se están perdiendo -declaró a Bloomberg Bob Yawger, director de futuros de Mitzuho Securities USA- cinco millones de barriles de exportaciones rusas. Las reservas estratégicas coordinadas no compiten con eso”.
Mientras tanto, la OPEP ampliada, que incluye a Rusia, responsable aproximadamente del 40% de la producción global, mantuvo invariable su política de aumentar cada mes en 400.000 barriles su oferta, un 0,5% de la demanda existente. A este ritmo alcanzarían en septiembre su oferta previa a la pandemia
El día 2 de marzo, la cotización del barril de petróleo continuó un curso desenfrenado. El Brent llegó a US$114,17, el más alto desde junio de 2014, y el WTI a US$111,34, el mayor en varios años, aumentando en tres días 21,3% y 47,6% en lo transcurrido del año. El analista de Verisk Maplocroft, Kaho Yu, afirmó a Reuters que “cualquier interrupción de las exportaciones de Rusia resultará en otra crisis energética de Europa”.
El incremento de la cotización del gas natural fue incluso muy superior a la del petróleo Brent Su precio de referencia en Europa, el TTF holandés, alcanzó el 2 de marzo un récord histórico al llegar a US$193,19 por Mwh. En tres días subió 87,8%. El gas proveniente de Rusia pasando a través de oleoductos en territorio ucraniano siguió fluyendo a Europa, dado que EE. UU. y Europa excluyeron afectarla. Pero se temía que pudiese cortarse o reducirse ante la magnitud de las medidas adoptadas para golpear a Rusia. La tercera parte del consumo europeo proviene por esta vía.
El 3 de marzo, las cotizaciones de ambos indicadores del barril de petróleo en un momento se dispararon, el Brent llegó a US$120 y el WTI superó los US$115, pero posteriormente al cambiar las expectativas descendieron, cerrando el barril Brent en US$110,16 y el WTI en US$107,67. La volatilidad en la jornada fue muy grande. Eso cuando la Agencia Internacional de Energía advirtió que la seguridad energética mundial está amenazada y que la liberación de reservas por EE. UU. y otros países que acordó no tuvo mayor efecto. Es una decisión tomada con anterioridad solo tres veces: para la guerra del Golfo, la guerra en Libia y el huracán Katrina.
Finalmente, la semana cerró con el barril Brent en US$115,67 y el WTI en US$113,36; el gas de referencia del mercado europeo en 213,895 por megavatio-hora y la libra de cobre en US$4.747 en la bolsa de metales de Londres.
En este contexto de incertidumbre, la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular de China se propuso como objetivo central, se señaló en el informe entregado por el primer ministro, Li Keqiang, hacer de la “estabilidad económica nuestra gran prioridad y buscar el progreso al tiempo qué garantizamos la estabilidad”. El objetivo de crecimiento económico se estableció “en torno” al 5,5%, en 2021 fue de 6%, cuando finalmente se alcanzó el 8,1%. La inflación, en un cuadro de aceleración de los precios globalmente, se fijó en 3%.
Hugo Fazio
Marzo 2022