Si enero de 2020 es el punto de partida, hoy 12 de abril se cumplirían 14 semanas desde que la República de China inició las cuarentenas al interior de su territorio en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei.
A la fecha se habla de 1.900.000 contagiados de coronavirus y un total de 115.000 muertos. Dentro de las últimas semanas (a partir del 8 de marzo) el número de muertos en el mundo se ha duplicado aproximadamente cada 6 días. El recuento cada domingo ha pasado de 3.000 (8 de marzo), 6.000 (15 de marzo), 14.000 (22 de marzo), 33.000 (29 de marzo), 70.000 (5 de abril) y, por primera vez, este domingo 12 de abril (quinta semana desde el 8 de marzo) el número de fallecidos ha empezado a decrecer, alcanzando el total de 115.000 muertos (45.000 adicionales), lo que representa un aumento del 64% en la última semana. Ojalá sea un buen síntoma y la progresión de fallecidos comience a decrecer en el orbe.
Esta última semana, tanto Italia (20.000 muertos) como España (17.000 muertos) han empezado a estabilizar e incluso reducir el número de decesos diarios. En Europa pareciera que el relevo en el aumento de casos está ocurriendo principalmente en Inglaterra y Francia, ambos registrando aproximadamente 800 fallecidos diarios. Sus muertos totales son de 11.000 y 14.000 respectivamente. El confinamiento en Inglaterra fue tardío, por lo que se espera que sus cifras vayan empeorando a un ritmo mayor.
En Estados Unidos, la cifra de decesos ha alcanzado los 24.000, siendo el estado de Nueva York (9.000 muertos) su principal foco. Este último estado ha logrado estabilizar las cifras en torno a los 700 fallecimientos diarios, lo que permite abrigar esperanzas de que también vayan acotándose las muertes en el país (aprox. 2.000 diarias).
Sin embargo, en otros continentes empiezan a escalar los contagios, siendo algunos ejemplos: Brasil y Ecuador en Sudamérica (ambos con más de 1.000 muertos), India en Asia (300 muertos), y el continente africano (800 muertos). Estos países cuentan con precarios servicios sanitarios y por ende todavía no se sospecha de su evolución en el futuro.
La República de China por su parte alcanzó los 3.400 decesos, pero al contrario del resto del mundo los fallecimientos se han acercado a cero diarios.
La estrategia china para abordar la pandemia consistió en el cierre abrupto del país (aislando sus provincias), mediante el control de los movimientos de sus habitantes y privilegiando la vigilancia de las personas por sobre su vida privada. La revista científica Lancet ha estimado que un desconfinamiento abrupto de la ciudad de Wuhan en abril significará una probable segunda ola contagiosa en agosto, mientras si se hace gradualmente, ese segundo brote se trasladaría para octubre.
La segunda estrategia contra el coronavirus consiste en identificar y atacar focos, diagnosticar y aislar a los contagiados, para luego retirarse sin paralizar la economía.
La revista británica afirma que “el caso es que la táctica no sigue las fronteras de los modelos ideológicos. El método policiaco rígido se aplicó en China, pero también en sociedades liberales como Japón y Corea del Sur. La segunda táctica ha sido empleada en sistemas hiper-tolerantes, como Suiza o Australia, y también en populismos rabiosos como el de Bolsonaro.”, afirma la revista británica.
Estas dos estrategias valoran de forma diferente la vida humana.
El primer sistema podrá ser autoritario, pero pone el foco en el aspecto humanitario, pretende minimizar el número de muertos, aun en desmedro de la economía. China registra alrededor de 3.000 muertos, mientras Japón y Corea del Sur apenas rozan los 200 fallecidos. Los países que han adoptado esta estrategia no superan, en conjunto, los 5.000 decesos (4% del total de fallecidos en el mundo).
La segunda táctica, en cambio, pretende minimizar el daño en los mercados, con el objeto de impedir paralizar sus economías. Sólo Estados Unidos registra 24.000 muertes y a ellos se suman otros desastres como Italia, España, Francia e Inglaterra. Estos países bordean los 90.000 muertos, lo que representa casi el 80% del total de fallecidos a nivel mundial.
Resulta probable en las próximas semanas, que en el estado de Nueva York estemos hablando de 20.000 muertos y no sería de extrañar que la cifra en todo Estados Unidos supere los 80.000 fallecidos.
Las acusaciones de Donald Trump contra la Organización Mundial de la Salud (OMS) parecen un burdo intento de transferir a otros estados la responsabilidad que le cabe por la propagación del virus dentro de su territorio.
Desde el 11 de marzo, la OMS califica de “pandemia” la enfermedad COVID-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Dilemas
Bitácora 1, abril 12 de 2020