El 14 de julio, a las 21 horas, el Banco Central comunicó la decisión de intervenir en el mercado cambiario. Lo hizo después que en la jornada de ese día la paridad cambiaria se elevó en $37,8, alcanzando al cierre de las operaciones a $1.046 por dólar, un nuevo nivel récord. Un incremento diario de esta magnitud no se producía desde hace unas dos décadas. Además a ese momento, la depreciación del peso desde el 30 de junio era la más elevada a nivel mundial, con una caída de 12,44%, de acuerdo a las cifras de Bloomberg, superando a la del rublo ruso, el peso colombiano,, el zloty polaco y al forint húngaro. Experimentando en las operaciones diarias una fuerte volatilidad, que afecta el desarrollo de las actividades económicas.
“En los últimos días – señaló el comunicado del instituto emisor que informó de la intervención – (…), la depreciación del peso se ha dado con una intensidad y volatilidad inusualmente altas, lo cual ha tensionado la formación de precios del mercado cambiario. La persistencia de este escenario – añadió – eleva la posibilidad de que se generen distorsiones significativas en el funcionamiento del sistema financiero general”. Una visión marcadamente diferente a la informada de la reunión de política monetaria realizada el día anterior, cuando se afirmó que a pesar de la devaluación del peso y de la volatilidad en los mercados habían “sido capaces de absorber los shocks de manera adecuada y la volatilidad en el mercado cambiario no se ha trasladado a otros segmentos del mercado financiero, los que han operado con niveles de liquidez adecuados”
En la evolución de la paridad cambiaria incidió, desde luego, el curso inflacionario global del dólar, que se encuentra en su mayor cotización en veinte años según el indicador DXY. Pero también repercutió el “debilitamiento del peso chileno- como señaló Rodrigo Aravena, economista jefe del Banco de Chile – lo cual ha sido confirmado por diversas medidas de tipo de cambio multilateral (…), que confirma el menor valor de nuestra moneda desde que existe registro, veinte años. Esta situación ha sido reflejada en los mayores niveles de riesgo país, donde el CDS (Credit Default Swaps) ha sido el segundo en tener un mayor deterioro en la región este año, lo cual también ha sido considerado por el mayor spread entre papeles soberanos de Chile y EEUU”.
La intervención se inició el 18 de julio. Su monto asciende a US$25.000 millones, de los cuales hasta US$10.000 millones se destinarán a la venta de divisas, y una cantidad similar a la colocación de instrumentos de cobertura cambiaria. Y los restantes US$5.000 millones para un programa swap de divisas, complementado con un programa de liquidez para operaciones REPO.
Pero, ya antes, el 15 de julio la cotización de la paridad descendió en $76, la mayor reducción en la historia del dólar en Chile, descendiendo a $970 por la divisa de EEUU. Influyó en la caída que el Banco Central informó de la intervención durante su primera semana de ejecución colocaría US$3.500 millones, US$1.000 millones al contado y US$2.500 millones en coberturas, lo cual significa cerca de US$900 millones diarios, sumándole los US$200 millones del ministerio de Hacienda, en un mercado con operaciones diarias por US$1.000 millones. La reducción se produjo, comentó el banco estadounidense Citigroup, “principalmente en una dinámica de participantes en el mercado que apuestan en el mercado (…) por un sentimiento bajista generalizado y autoinducido y. una autoridad ausente que erosione ese sentimiento”.
Ese día la cotización del cobre se redujo en 2,99% a US$3,17 la libra en la Bolsa de Metales de Londres, su nivel más bajo desde el 13 de noviembre de 2020, lo cual disminuye la oferta de divisas en el país.” El contexto económico global -señaló Cochilco- puso la cotización del cobre en negativo” En la primera quincena de julio el precio del metal retrocedió en un 12,2% y en el año la caída era de 27,78%. El precio se ha visto afectado por el debilitamiento experimentado por la economía china, el principal consumidor de metales básicos. Pero también, añadió Cochilco, “la aceleración de la inflación de junio en Estados Unidos potenció las expectativas de recesión mundial, al presionar a la Reserva Federal para que adopte un alza de tasas agresiva de 75 o 100 puntos base”.
Influye también la presencia de fondos de inversión. “Las grandes fluctuaciones del precio -señaló Jorge Cantallopts, director de Estudios de Cochilco- son en gran medida a raíz de lo que podríamos llamar especuladores, pero que en realidad son actores financieros que exageran los movimientos de precios”. Tomando posiciones en las bolsas de valores. Por ello, en los últimos tiempos, desde marzo, las principales bolsas de commodities incrementaron las posiciones cortas que utilizan estos fondos. Por ejemplo, la Bolsa de Futuros de Shanghái tiene un predominio de estas operaciones.
La cotización promedio del metal rojo en lo transcurrido del año era de US$4,346 la libra, por encima del registrado durante 2021. Al ser Chile el mayor productor del cobre en el mundo con un 28% del total y al representar aproximadamente un 18% de su PIB, ello conlleva que la evolución del cobre reviste para el país una gran importancia. “Al parecer -señaló Financial Times-, el papel vital del metal rojo en la inminente transición energética parece haber perdido su urgencia. Un buen pronóstico a largo plazo no evita nuevas caídas a corto plazo”.
El 18 de julio, día de inicio de la intervención, el Banco Central colocó US$200 millones en operaciones spot (ventas al contado) y US$435 millones en operaciones forward a corto plazo. A ello debe añadirse los US$200 millones que coloca el ministerio de Hacienda. Una cantidad muy elevada, en un mercado que diariamente transa algo más de US$1.000 millones. La paridad solo bajó en el día $28,61, cerrando en US$941,89. El descenso se produjo cuando en el mercado global se dieron dos hechos que actúan en sentido contrario, ya que la cotización del cobre, después de seis jornadas descendiendo, se elevó en 4,57% a US$3,32 la libra y el dollar index se redujo en 0,64% a 107,37 puntos.
Al día siguiente volvió a descender, sumando $122 en los tres días de descenso, cerrando a $924,48. El precio del cobre se contrajo 0,53% a US$3,30 y el dollar index volvió a bajar 0,7 puntos a 106,6. Hasta ese momento se produjo el proceso descendente de la paridad. Y nuevamente aumentó en márgenes reducidos.
Pero, al finalizar la semana, la paridad cambiaria volvió a elevarse, llegando a $951 por dólar. La evolución al alza transcurría ese día, como en los anteriores, con alzas reducidas de la paridad, cuando el Banco Central informó de su plan de intervención para la semana siguiente, disminuyendo los montos a ofertar. Las ventas diarias al contado se reducen de US$200 millones a US$150 millones y desde US$500 millones a US$350 millones las operaciones vía forward. Disminuyendo su oferta total en US$200 millones. Produciéndose, de inmediato, una corriente compradora que impulsó el nivel de la paridad hacia arriba. Ello se dio, aunque en los mercados globales la cotización del cobre aumentaba en 1,94% y el dólar descendía 0,17%, que favorecían los propósitos de la intervención.
La economía china creció en el segundo trimestre solo 0,4%. “A nivel nacional -señaló el comunicado de la Oficina Nacional de Estadísticas- persiste el impacto de la pandemia”. Shanghai, que representa un 5% de su producto, experimentó una reducción de 13,7%, al permanecer con medidas de confinamiento por unos dos meses. El país mantiene, como mecanismo para enfrentar la pandemia, el sistema de Covid-19 cero. Beijing también se redujo, por igual motivo, pero en una dimensión muy inferior.
Además, China sufre aún, a pesar de las medidas de estímulo adoptadas, las consecuencias de la crisis inmobiliaria desatada en 2021, que constituyó un factor fundamental en los elevados incrementos anteriores de su producto, así como en la actualidad el impacto en sus exportaciones del debilitamiento de la economía global. En estas circunstancias resulta prácticamente imposible que cumpla en el año con la meta oficial de crecer un 5,5%, para lo cual debiera hacerlo en algo más de un 8% en el segundo semestre. Ello tiene repercusiones globales, particularmente en países como Chile altamente dependiente, ante todo en su comercio exterior, de la evolución de la economía en la potencia asiática.
En la reunión de política monetaria, efectuada por el Banco Central pocos días antes de decidir la intervención cambiaria, acordó aumentar su tasa de interés de política monetaria (TPM) de 9% a 9,75%, con el propósito de llevar la elevada inflación existente a 3% en dos años. Para lograrlo consideró que “serán necesarias nuevas alzas de la TPM para asegurar la convergencia de la inflación” a su objetivo. En el alza anterior, que fue de la misma magnitud, había indicado solo que “serían necesarios ajustes adicionales” para lograrlo. Esta diferencia de perspectivas alcistas la fundamentó en un deterioro de las condiciones financieras globales más rápidas e intensas que las previstas, además de una “elevada incertidumbre interna” que condujo al proceso devaluatorio del peso.
El Informe de Finanzas Públicas (IFP) del segundo trimestre, dado a conocer por el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuesto, a diferencia de los entregados anteriormente no solo describe el panorama fiscal, sino que entrega proyecciones de la actividad económica del país tanto del año en curso como en los siguientes. En líneas generales constata que la desaceleración de la actividad de los primeros meses del año fue menor a la considerada en su informe anterior, lo cual le lleva a aumentar ligeramente, tal como lo hizo el Banco Central con anterioridad, el crecimiento en el 2022, estimado anteriormente, de 1,6%. Dándose en el segundo semestre un Imacec con meses negativos y para el 2023 tener un promedio anual contractivo del 0,1%.
La proyección de actividad económica presenta entonces tres momentos “En el primer trimestre tuvimos la variación (del PIB) en doce meses positiva, cercana al 6% -señaló el ministro de Hacienda, Mario Marcel-, esta cifra recordemos que es algo mayor a la que se estimaba a comienzos de año, fundamentalmente porque los primeros meses de este año la actividad estuvo algo por sobre lo esperado, en buena medida porque el consumo estuvo algo sobre lo esperado”.
Las perspectivas de inflación, detalló el comunicado del Ministerio de Hacienda, “alcance su mayor nivel, en términos de variación anual, durante el curso del tercer trimestre, para finalizar este año en un 10,6% anual. Tras ello se estima que iniciará el camino de convergencia hacia la meta de 3% establecida por el Banco Central, la cual se alcanzaría hacia fines de 2023”. Esta proyección índica que la tasa de inflación permanecería en cifras de dos dígitos durante todo el segundo semestre, al tiempo que el crecimiento para este lapso considera que se tendrán incluso Imacec negativos. Por tanto, se registraría estanflación.
El Índice de Precios de Productor del INE de junio registró un incremento de 22% con relación al mismo mes de 2021, anotando su mayor alza desde que se tienen antecedentes, es decir desde el año 2012. Con un aumento de 7,6% en el primer semestre. El Índice de Minería del Productor lo hizo en un 22,3%, acumulando en el semestre un 6,2%. A la vez, el Índice de Precios de Industria Manufacturera creció interanual en 25,6%, sumando en lo transcurrido del año un 11,4%. El Índice de Precios de Distribución de Electricidad, Gas y Agua subió 7,5% en doce meses y 2,7% a junio.
El Instituto Nacional de Estadísticas igualmente dio a conocer la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2021, año caracterizado por un alto crecimiento económico, que desde 2010 se efectúa anualmente en el último trimestre. Entre antecedentes relevantes que proporciona se encuentra que el ingreso promedio neto de la población ocupada, descontado los montos destinados a previsión y salud fue de $681.039. Un 69,7% de las personas ocupadas recibió una suma igual o menor de ese monto. Una cantidad igual o superior al millón el 16,9% y mayor a los tres millones el 1,9%, Persistiendo una brecha muy amplia entre el promedio de los hombres y el de las mujeres, de $749.046 y $586.178, respectivamente. Las regiones de ingreso medio más elevado fueron Magallanes con $844,3 millones, la Metropolitana $780,5 millones y Antofagasta $765,3 millones. Y las de ingresos medios inferiores La Araucanía $533,8 millones, Maule $534,3 millones y Ñuble $543,8 millones. Finalmente, consignó que el ingreso medio de los trabajadores del sector público fue de $949.349, los del sector privado era de $722.211 y los que trabajaron por cuenta propia de $385.072. Siendo el de directores, gerentes y administradores de $2.849.789.
Hugo Fazio
Julio 2022