Comentario Aníbal Ricci
El cine de este autor chileno es demoledor. Utiliza la cámara fija para narrar desde el silencio las vidas de una familia al margen de la modernidad, fuera del mundo de los malls y de cualquier lógica que los integre a la vida que aparece en televisión. Tres generaciones (abuelos, madre e hijo) que viven de lo que provee el campo los abuelos, dependienta la madre, y el hijo es el compañero pobre del colegio. Representan la progresiva alienación del campo chileno, que desnaturaliza y empobrece a sus miembros, todo vivido en el margen de la cultura que, en el caso del hijo, amante de los videojuegos, alcanza un grado patético. Las historias transcurren durante un día a oscuras, debido a que les han cortado la luz y todo vínculo con el mundo. Es el instante en que el abuelo cuenta sus historias a la familia, pero ninguno de sus integrantes tiene interés en lo que tenga que decir. Se constata una nula transferencia de sabiduría a las generaciones más jóvenes. El director utiliza un lenguaje visual cercano al documental, donde tiene muy claro los elementos repartidos en los cuatro puntos de vista. Utiliza una contemplación naturalista que avanza a una velocidad exasperante, pero que en el conjunto ensambla un inteligente discurso. El cine del colombiano César Augusto Acevedo (La Tierra y la Sombra; 2015) se mueve con esta misma parsimonia, sin embargo, sus imágenes son más poéticas, aunque ambos, el chileno y el colombiano, retratan una visión pesimista y aniquiladora del mundo rural.
Ficha Técnica
Título original Huacho
Año 2009
Duración 89 min.
País Chile
Director Alejandro Fernández Almendras
Guión Alejandro Fernández Almendras
Música Los Jaivas
Fotografía Inti Briones
Reparto Manuel Hernández, Alejandra Yañez, Clemira Aguayo, Cornelio Villagrán
Productora Coproducción Chile-Francia