Por Carlos Romeo, desde La Habana
Se dice que Julio Cesar, al informar al Senado Romano sobre su victoria en la batalla de Zela, Anatolia, hoy Turquía, habría dicho esas palabras, que significan “Vine, vi y vencí”. En este caso, el Presidente Obama a su regreso a los Estados Unidos después de su visita a Cuba podrá únicamente decir “Vine y vi”, porque fue un paso más dado en el proceso de reconocer que ese país no ha podido derrotar a la Revolución Cubana.
El lunes 21 fue recibido por uno de los hermanos Castro en la Presidencia de Cuba -el segundo en el ranking histórico después de su hermano Fidel, el primero e iniciador del proceso en 1952- quien en su discurso de recepción, le habló francamente sobre lo que faltaba por resolver entre ambos países a pesar de lo que ya se había logrado y de que Cuba no haría ninguna concesión en materia de sus principios. Y como idea central para sus próximos encuentros, propuso conversar sobre los temas de posible acuerdo y no sobre aquellos en que las diferencias eran sustanciales, con el fin de lograr una coexistencia pacífica y civilizada a pesar de ello.
En la sesión de preguntas posteriores por parte de la prensa internacional, no falto uno de esos periodistas que quieren apuntarse una pregunta que deje fuera de combate a un político controvertido, en este caso al Presidente Raúl Castro, preguntándole sobre los presos políticos en Cuba, a lo cual este le contesto pidiéndole los nombres de esos eventuales presos políticos y como no lo pudo hacer, lo emplazó a que le remitiera posteriormente una lista con sus nombres, comprometiéndose a que por la noche, de haberlos, estarían en libertad. Hasta ahora, que sepamos, no ha aparecido la tal lista, toda vez que, si ese fuera el caso, ya estaría publicada en los principales periódicos del mundo. Y de estarla, seguramente estará conformada por individuos cogidos en intentos que se califican como desestabilizadores, financiados por fondos provenientes del exterior vía las ONG organizadas y difundidas por el mundo con ese propósito. Que diferencia con los presos políticos de la época batistiana, torturados y asesinados, cuando las fuerzas revolucionarias en aquel entonces eran financiadas por aportes del propio pueblo cubano. Pero en aquellos años nunca se acusó diplomáticamente ni en la prensa internacional al gobierno de Batista. Y más significativo aun, esos disidentes cubanos de la época triunfaron a pesar de la represión. Por lo tanto, o los cubanos han cambiado de naturaleza, o bien estos pseudo revolucionarios no motivan a nadie en Cuba por que no tienen nada valido que decir ni que motive a su pueblo
Por la tarde del lunes Obama tuvo un encuentro con hombres de negocio norteamericanos y cubanos y descubrió al actual joven empresariado cubano cuyos representantes le explicaron como el bloqueo económico, financiero y comercial de los EE.UU. los limita en su desarrollo. Hay que reconocer que esta situación es nueva para Cuba en donde hasta hace algunos años únicamente podían existir empresas estatales, pequeños campesinos individuales y cooperativas voluntariamente organizadas por ellos. Pero como ya hemos explicado en otros artículos, Cuba está modificando sustancialmente su sistema económico buscando establecer una nueva economía socialista más eficiente, para lo cual se está modificando una simplificación doctrinaria que ha dado resultados insatisfactorios y cuya posibilidad de éxito en buena medida depende del cese de la hostilidad norteamericana que justificó durante medio siglo una virtual economía centralizada de guerra.
El Gobierno Norteamericano no oculta que, en este proceso de reducción de sus restricciones económicas a Cuba, desea favorecer más al naciente sector privado de la economía cubana que al estatal. Pero, como con mucha razón explicó una joven periodista cubana, todos los servicios públicos gratuitos de que gozan los cubanos, servicios de salud, educación, infraestructura, comunicaciones, y demás, dependen para su financiamiento del sector estatal, por lo cual no es posible dejar de lado la cooperación con el sector estatal y sostener que se están eliminando las restricciones del bloqueo económico que los EE.UU. le ha impuestos a este país por más de medios siglo. Seria de hecho mantener una política de intervención norteamericana en Cuba al discriminar entre sus dos sectores de la economía.
Ya estamos a martes 22, último día de permanencia de Obama y familia en Cuba. Por la mañana pronunció su tan esperado discurso en el teatro Alicia Alonso abarrotado de público, el General Raúl Castro y varios miembros del Gobierno Cubano entre los asistentes. Transmitido por la televisión, era el momento en que Obama podía decirle lo que quisiera a todo el pueblo de Cuba. Y dijo lo que esperábamos que dijera, principalmente que era un mensaje de paz entre los Estados Unidos y Cuba, y desde luego, que el sistema político y económico que él representa era lo que les deseaba a los cubanos, pero, y esto es lo más importante, que eran los cubanos quienes debían decidir bajo qué sistema vivir, mensaje destinado principalmente a los jóvenes. Obviamente, no se refirió más que de pasada a momentos duros y trascendentes para el pueblo cubano como fue la invasión por Playa Girón y la crisis de los cohetes de octubre de 1962, y desde luego que ninguna mención ni referencia, acerca de los 3000 cubanos muertos por actos de terrorismo y otros tantos discapacitados por vida, a consecuencia de actos terroristas provenientes desde los EE.UU. y/o auspiciados por anteriores Gobiernos de ese país. Fue un discurso para los cubanos, pero ante todo redactado pensando en las repercusiones que tendría dentro de su propio país.
En resumen, reiteró que se inicia una etapa de convivencia pacífica entre Cuba y los Estados Unidos, pese a sus fundamentales contradicciones políticas.
Con posterioridad a su discurso, se espera que se reúna con disidentes cubanos en su Embajada. Si lo hace, “será para la galería” en los Estados Unidos, conformada por los disidentes cubanos virtuales en ese país que solo existen como figuras políticas en la prensa internacional y en el mundo virtual de Internet. Les concedería a los de aquí unos breves instantes de realización como políticos, pero por haber sido recibidos por el Presidente de los Estados Unidos, con lo cual una vez más estos demostrarían cuál es su verdadera base política.
Digresión. A eso de las 2 de la tarde empezó la actividad deportiva programada, un partido de baseball entre el equipo Tampa Ray y la selección cubana, con la asistencia de ambos Jefes de Estado. Simbólico, toda vez que es el deporte nacional en ambos países y siempre ha habido una competencia entre cubanos y norteamericanos en este deporte. Visión de un presente y de un futuro en que el enfrenamiento es un campo deportivo en el cual a veces se gana y otras se pierde.
Y después, despedida en el aeropuerto por el Presidente Raúl Castro y viaje en el Air Force One hasta Argentina a reunirse con el Presidente Macri, nuevo líder del neoliberalismo económico en América del Sur, con el cual seguramente el Presidente Obama tiene más puntos de coincidencia que con Raúl Castro, pero un encuentro a mi juicio sin mayor trascendencia. Y que me perdonen los argentinos por esta opinión, pero la historia, hay que hacerla.
He esperado hasta hoy miércoles 23 para concluir este articulo y por tanto he podido leer las repercusiones del viaje de Obama a Cuba según la prensa de Miami, tan predecible como que después de la noche viene el día siguiente. Y tal como me lo esperaba su noticia más relevante es que la entrevista con Obama de los disidentes cubanos es un “espaldarazo” a sus actividades en Cuba, o sea lo ya dicho, que su base política dentro de Cuba es su contacto con un Presidente extranjero, a lo cual solo agrego que, a confesión de parte, relevo de pruebas.
23 de marzo del 2016