La Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela es el órgano unicameral que ejerce el poder legislativo en dicho país. Está conformada por 167 diputados. Nace después de la aprobación de la Constitución de 1999, reemplazando al anterior Congreso de la República, que era un órgano bicameral y fue inicialmente presidida por Henry Ramos Allup. La actual Asamblea se instaló el 5 de enero de 2016 y ejercerá sus funciones hasta el 5 de enero de 2021. No obstante, hasta el presente únicamente ha demostrado una total incapacidad política para enfrentar al Poder Ejecutivo chavista y ya va por su tercer Presidente en una sucesión de renuncias por incapacidad de ejercer una función política seria. El actual Presidente, un tal Guaidó surgido de los cuadros que la CIA prepara para este tipo de menesteres en los países en los que actúa esa agencia, a diferencia de los anteriores ha sido “reconocido” como Presidente de Venezuela por numerosos países extranjeros, los EE.UU. a la cabeza, después de haberse autoproclamado invocando un artículo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Dialoga con otros Presidentes, amenaza a los militares venezolanos con un castigo ejemplar si no le obedecen, pide ayuda internacional hasta para una intervención militar en Venezuela de ser necesaria a su juicio, y pretende convocar a nuevas elecciones de Presidente a corto plazo para salvar a Venezuela del desorden económico y de la polarización política antagónica. Van pasando los días y pese a los pronunciamientos de Guaidó nada sucede salvo la llegada de unos camiones con abastecimientos a la frontera de Venezuela con Colombia en Cúcuta que no pueden cruzarla por impedírselo las autoridades venezolanas chavistas que son las que de verdad tienen el poder en el país. No obstante, la prensa “libre” se ha encargado de crear un estado de opinión según el cual habrá una intervención militar guiada obviamente por los EE.UU., especialista en la materia como lo han demostrado en el Medio Oriente, en la Republica Dominicana, en Granada y en Panamá, ante la cual nada podrán hacer esos militares chavistas, salvo rendirse y ya se especula hacia donde huira el actual Presidente Maduro.
Desde La Habana en donde vivo y en donde viví experiencias semejantes hace ya más de medio siglo sin que nada pudiera interrumpir el proceso revolucionario cubano, toda esta algarabía antichavista me parece un episodio “deja vu” sobre el cual opinan los políticos chilenos desde posiciones académicas y de principios formales para analizar algo de lo cual nada saben salvo el haber sido traumatizados por las propias fuerzas políticas y militares fascistas chilenas hace ya 46 años atrás cuando pretendieron hacer “un proceso revolucionario con empanadas y vino tinto” y lo pagaron con 20 años de sangre, torturas, sufrimientos, desarraigo y opresión.
Los chavistas llevan ya 20 años en el poder político en Venezuela, han ganado todas las elecciones celebradas en ese tiempo salvo dos, un plebiscito para cambiar la Constitución y las elecciones legislativas del 2015, lo cual indica objetivamente que tienen al menos a la mitad del pueblo con ellos, han re ideologizado sus fuerzas armadas y se han muy bien armado con tecnología militar rusa. En esas circunstancias, ¿quién va querer invadir a Venezuela y jugarse la vida en ello? ¿Qué fuerzas políticas latinoamericanas van a ordenarles a sus soldados que vayan a pelear a Venezuela y por qué causa en un continente que se proclamó hace poco tiempo como zona de paz?
Dejen a los venezolanos resolver sus propios problemas y no se metan en donde nadie los llama, salvo aquellos que son incapaces de hacer frente ellos mismos a las contingencias que deben enfrentar.
Carlos Romeo
La Habana, 8 de febrero del 2019