Por Aníbal Ricci
El título de la película alude a una separación matrimonial, un asunto bien concreto, y el espectador no se equivocará al respecto. Lo que jamás intuirá es la profundidad con que el director iraní Asghar Farhadi tratará el tema. No solo me refiero al magnífico guión sino además al tratamiento estético del conflicto.
La película se enfoca en las consecuencias que puede traer la separación de una pareja, con un detallismo que hace casi imposible no asociarla a una historia real.
Lo notable del guion es que a partir de una anécdota particular, que nos acerca a la religión y diversidad de clases existentes en Irán, el director logra una universalidad que va más allá de las fronteras geográficas, y nos pone a reflexionar en la importancia de las decisiones que tomamos en la vida. Como expone tan lúcidamente el escritor peruano Carlos Castaneda: “En un mundo donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para dudas ni lamentos… Solo hay tiempo para decisiones.” Somos seres tomadores de decisiones, unas más importantes que otras, pero todas, absolutamente todas, tendrán consecuencias para nuestro entorno.
Terminar una relación de pareja es definitivamente una decisión importante, y suele correlacionarse la importancia de una decisión con la cantidad de personas a quienes afecta. Simin (la mujer) prefiere vivir en el extranjero para ofrecer mejores oportunidades para su única hija (Termeh), sin importarle demasiado la opinión de Nader (el marido) quien debe cuidar a su padre que sufre de Alzheimer. No es una decisión trivial, y Simin prefiere separarse del marido porque no deja sacar a su hija del país. Al parecer, Simin le oculta algo, y a su vez, Nader no estará dispuesto a pedirle que recapacite debido a que se siente herido. La falta de comunicación entre los tres integrantes de la familia traerá consecuencias enormes no sólo para ellos, sino además para la familia de la mujer que contratan para cuidar al enfermo.
Hay un acertado uso de la cámara fija y del plano medio para darle perspectiva y objetividad al espectador. Sin embargo, el director se la juega, cuando es pertinente, con planos personales y mucho silencio, si es que la subjetividad de los personajes aportan a la historia.
La estructura narrativa es sobresaliente y el director envuelve perfectamente el relato al comenzar y terminar la película en el mismo lugar. En la oficina del Registro Civil, la hija de la pareja deberá tomar una decisión tan compleja como las que han adoptado sus padres, y quizás conlleve consecuencias tan extremas como las que ya le ha tocado experimentar: deberá elegir con cuál de sus padres se va a quedar. Una carga pesada para una adolescente. Mal que mal, sus padres son adultos y se supone que tomaron sus decisiones de manera equilibrada.
Al final, hay una toma en que los padres aparecen separados por un vidrio, y nos da una señal de que el origen de su distanciamiento no fue el supuesto viaje al extranjero.
Muy buena película.
Ficha Técnica
Título original Jodaeiye Nader az Simin (A Separation)
Año 2011
Duración 123 min.
País Irán
Dirección Asghar Farhadi
Guion Asghar Farhadi
Música Sattar Oraki
Fotografía Mahmoud Kalari
Reparto Peyman Moaadi, Leila Hatami, Sareh Bayat, Shahab Hosseini, Sarina Farhadi, Kimia Hosseini,
Babak Karimi, Ali-Asghar Shahbazi, Shirin Yazdanbakhsh