Por Carlos Romeo
Mañana 14 de junio empieza el campeonato mundial de futbol en Rusia y el mundo entero se concentrará en seguir de manera más o menos apasionada esta competencia. Todo lo demás pasará a un segundo plano independientemente de su verdadera trascendencia. Hace más de dos milenios atrás los griegos, cuando eran la vanguardia de la civilización humana, suspendían el estado de guerra entre las diferentes ciudades-estado para competir entre ellos en los juegos olímpicos de la época y la pacífica y reglamentada competencia deportiva sustituía durante un tiempo a las demás expresiones de sus conflictos. También en otras culturas la competencia entre seres humanos se expresaba circunstancialmente mediante juegos deportivos. Ahí está el “estadio” en que se competía en Chichén Itzá durante la civilización maya.
Parece que es innato del homo sapiens demostrar que es el mejor:” Citius, altius, fortius”, o sea el más rápido, el que salta más alto, el más fuerte.
Los Juegos Olímpicos son sin duda la máxima competencia deportiva mundial y habrá que agradecerle siempre al Barón Pierre de Coubertin el habernos devuelto esta bella expresión de humanidad creada por los antiguos griegos. Pero así y todo, no despiertan tanta abierta emoción entre los hombres (y mujeres) como el observar a 22 jugadores patear una pelota para introducirla en el arco contrario.
Los pueblos de los países cuyos equipos no lograron clasificar para disputar el mundial de futbol superaran su frustración transfiriendo su representación a otro equipo de su preferencia. En Cuba en donde vivo, que no participa en este campeonato y en donde empieza con furor el interés por el futbol y su práctica por la juventud, la identificación será con algún equipo latinoamericano o el español, toda vez que ya hay peñas del Barcelona y del Real Madrid en este país. También aquí el mundial tendrá preeminencia sobre todo y como “Vox Populi Vox Dei”, la televisión cubana transmitirá todos los días los partidos del campeonato.
¿Quién ganará? Los impávidos tetracampeones alemanes, los pentacampeones brasileños, los bicampeones argentinos con Messi a la cabeza o los uruguayos, ¿o repetirán España o Francia?
Desde mañana, yo al menos, estaré frente a mi televisor.
La Habana, 13 de junio del 2018