CUBA: NUEVA CONSTITUCIÓN

Por Carlos Romeo, desde La Habana

Hoy empieza en Cuba la tarea de redactar el proyecto de una nueva Constitución para Cuba por la Asamblea Nacional del Poder Popular que será presentada al pueblo cubano para su discusión y posterior aprobación en un referéndum.

Si yo fuera miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo que no es el caso, y si tuviera que participar en la tarea de redactar una nueva Constitución para Cuba, lo que tampoco es el caso, iniciaría mi labor partiendo de estas ideas del General Raúl Castro, expuestas por él en el 2011, cuando ya llevaba 58 de una muy destacada participación en el proceso revolucionario cubano. “La edificación de la nueva sociedad en el orden económico es, en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo ignoto- hacia lo desconocido-para lo cual cada paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes del próximo, donde los errores se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la solución al tiempo, que los acrecentara y al final nos pasaran la factura aún más costosa”.

Dirigirse hacia “lo ignoto, lo desconocido” no puede ni debe hacerse partiendo de ideas a priori consideradas inmutables toda vez que la exploración de lo desconocido niega por simple lógica prejuicios y caracterizaciones de lo que se sabe que se desconoce. Se debe dar un paso, tantear el terreno y después dar el siguiente para no tropezar o caerse en el trayecto. Porque a diferencia de lo que sucedió en la historia hasta noviembre de1917, a partir de esa fecha los hombres se atrevieron a inventar el futuro y no aceptarlo como un acontecimiento fruto de la espontaneidad del proceso histórico. Desentrañados por Marx tanto el motor como la energía que mueve el devenir histórico, el presente paso a ser considerado como un momento de la historia que ahora había que inventar, construir y recorrer conscientemente, pero atravesando un terreno desconocido que había que explorar para llegar a conocerlo. Así y todo, la historia de esta etapa del devenir humano, la del socialismo que ya lleva cien años, no ha estado desprovista de errores sino más bien estos han marcado el proceso hasta ahora recorrido. En algunos casos fueron superados, en otro no. Cuba es uno de esos caso en que se ha llegado hasta el presente, etapa recorrida no exenta de errores, y que se propone dar un nuevo paso hacia adelante en su proyecto de seguir construyendo su historia. Equivocarse de buena fe no es vergonzoso. Vergonzoso es no reconocerlo.

¿Qué se puede concluir de lo dicho? Que al diseñar el orden y la manera de funcionar de una sociedad no se deben considerar características definitorias como inmutables más allá de lo considerado transitoriamente necesario durante el nuevo paso que se quiere dar para establecer un nuevo momento del desarrollo histórico de Cuba. Una Constitución debe ser considerada como una solución histórica transitoria si aplicamos lo que nos dijo Fidel, que revolución es, entre otras cosas, cambiar todo lo que debe ser cambiado.

Cuba, 2 de junio del 2018