Por Cristian Cottet
Se observa a personas en actitud de espera, pasea, se sienta en los bancos aledaños. Parejas conversando. En la salida del Tren Metropolitano se instalan vendedores de golosinas, cigarrillos, pitos, una chela, algo para conversar, siete teléfonos públicos que permanecen ocupados. La actitud de espera de los usuarios se expresa en pasear lento de un lado a otro, manos en los bolsillos, miradas furtivas en varias direcciones, personas solas
Una mujer sola, se acerca, pregunta la hora, se pasea, fuma, se sienta a mi lado, vuelve a preguntar la hora, mira a su rededor. Se acerca un hombre de edad mediana (25 aprox), sonríe, ella le reconoce, él se inclina sobre ella, le besa, se excusa por «el atraso», conversan un poco. Ella se para, él le abraza y caminan así hacia el norte (lugar del Barrio).
Mario es un muchacho de 18 años, estudiante de enseñanza media, de orientación sexual masculina, él se define como punk, definición que ha ido pasando a tomar un lugar más conservador respecto al resto de su vida. Nos encontramos en la esquina de Alameda con Pío Nono donde existe una pequeña plaza, asientos, un par de árboles y un local de expendio de comida rápida. Ese día él esperaba la llegada de unos amigos, me acerqué a preguntarle por un par de conocidos míos que podía conocerlos, cuestión que así fue, cosa que ayudó a que cruzáramos un par de frases. Le explique mis intenciones de entrevistarlo sobre el Barrio, cuestión que aceptó. Como informante podemos decir a su favor que es un asiduo visitante del Barrio, por lo que le conoce “desde dentro”.
La conversación de ese día fue rápida ya que no podía en ese momento reunirse conmigo. Quedamos en reunirnos en un par de días.
-¿Por qué comenzaste a ir al Barrio Bellavista?
-Bueno, porque me invitaron. Esto pasó el año ‘97, nosotros con mi familia vivíamos en La Florida y yo iba al Liceo Benjamín Vicuña Mackenna, el Benjamín, yo iba todos los días al Benja, un día el Huaso y el Matías, el Huaso era compañero mío pero el Matías iba un curso más arriba, bueno ellos me dijeron que nos juntáramos el viernes en la noche pa’ ir a un carrete en “el barrio”. Yo creo que desde ese día no paré de ir.
-¿Y por qué específicamente el Barrio Bellavista?
– Bueno porque ahí tení más locales, hay carrete toda la noche y te encontrai con otros locos que están en la misma. Claro que cuando yo empecé a ir no había esa ley que obliga a cerrar temprano a las botillerías. Ahí había ambiente y llegaban los locos del Santa Lucía y de otras partes, entonces yo me metí más en la volá y seguí carreteando en el barrio.
-O sea que la razón es sólo carretear?
-Bueno, uno va a carretear pero se encuentra con amigos y se hace de otros amigos que son del carrete. Hay otras alternativas, pero yo iba al barrio porque me gustaba. Además que nosotros nos instalamos en el barrio y echamos a los locos que dejaban cagadas, a los nazis y esos giles.
-Es entonces, un centro de encuentro.
-Si tu querí llamarlo así, bueno. Pero lo que nos llevó al barrio fue el carrete y el resto viene solo. Además se hacían feroces tocatas, por ejemplo en El Galpón Dominica, que parece que lo cerraron, ese era un lugar piola, pero llegaron los pernos y lo cerraron. Yo ahora estoy un poco retirado, pero en ese tiempo se podía tomar un copete tranquilo y tu pasabai la noche con tus amigos.
-¿Y qué hizo que dejaras de ir al barrio?
-Ahora la gente actual está fea, el barrio cambió porque cerraron locales y mucha gente se fue pa’otro lado. Por ejemplo, los cuicos se fueron pa’ Suecia, ahí deben estar mejor, no los molestan los rotos y dejan sus cagadas cerquita de la casa. El barrio se llenó de policías de civil, tu ya no sabí si estai con un loco o con un paco. Todo eso funó al bella. Nosotros llegábamos, nos juntábamos y comprábamos unas cajitas donde La Maca y hacíamos nuestras vidas, pero llegaron los pacos y cagaron todo.
-¿Y al resto le pasó lo mismo?
-Bueno, yo digo que se fueron los de mi tiempo, pero si tu vai, siempre está lleno. No se, el bella siempre está lleno de gente, a lo mejor son otros locos, a lo mejor son los mismos, pero yo se que cambió y por eso me retiré su poco. al final cada grupo busca su espacio, nosotros nos cambiamos al Bustamante, pero también ahí llegaron los nazis y los pacos, al final la cola llega siempre. Uno va a esos lugares por estar con los que son como uno, los amigos y esas cosas, pero también puede que otros lleguen por otras razones, uno no sabe lo que pasa en otros grupos.
-¿Cómo es un día cualquiera de carrete?
-No todos los días son iguales, po’.
-Pero habrán algunas cosas que hacen siempre, por ejemplo, donde se juntan, donde van…
-Siempre uno se encuentra con los amigos en Plaza Italia. Si tu vai cualquier día y a cualquier hora a Plaza Italia, siempre vai a ver a alguien esperando a alguien. Puede ser el pololo, la minita, a un amigo… o lo que caiga po’. Al final el punto de partida siempre es la picería, ahí se hacen los piños y parten a recorrer el bella, porque el brillo no es sólo llegar y sentarse en un restaurant, eso es lo que hacen los pernos, uno no, uno va con su piño y se pasea mirando, hechando la talla, molestando su poco, qué se yo, hasta que llegamos a un local pa’ comprar una cajitas o unas cervezas y después se busca donde bajarlas. Uno puede pasar horas paseando, macheteando, eso también es importante, el machete, en el barrio siempre es más fácil el machete porque te encontrai con locos ya medios pikles, pasaitos y ahí la gente se pone más generosa, entonces uno se les acerca y le pide su colaboración y te dan su monedita de cien o hasta su billetito de luca. El machete en otras partes es más peligroso, por ejemplo si macheteai en Alameda te pueden llevar los pacos por vagancia, pero en el bella parece que eso es normal porque tu macheteai y nadie te mira raro, ahora si estai con tu minita y es ella la que pide, más le dan. Después de juntar las monedas partí a la botillería, y así pasai la noche y el otro día y la otra noche.
-¿O sea que el carrete no dura una noche?
-El carrete dura lo que dura. Podi estar una semana en carrete o estar un par de horas. Uno se junta con su piño, reúne sus monedas, va a una tocata, si es que hai, después te comprai el copete y podi partir al Forestal a sentarte en el pastito, o en el cerro, ahí te tomai el copete, te dormí tu siestecita, te recuperai, volví al bella y pasai la noche y el día en eso. En el barrio hay carrete todos los días.
-Hace un rato me hablaste de los nazi, ¿qué pasa con ellos?
-¡Esos güeones andan puro hablando güeas! Cuando yo llegú al barrio los locos estaban en la campaña de correrlos del bella. Se fueron, pero se instalaron en el Santa Lucía y ahora que nos fuimos del bella, llegaron de nuevo. Esos güeones fascistas se pasean por el barrio hablando contra los loscos punk y provocando, y si pillan a uno le sacan la cresta, por eso es mejor darles jugo antes que digan nada porque si les dai un poquito de cuerda se suben por el chorro y te sacan la cresta. Esos güeones son lo peor, son los carroñeros de los fachos, lo peor, son gomas de los pacos, trabajan con ellos, se pasean impunemente porque saben que los pacos no les van a hacer nada, estan protegidos, entonces para que ellos no te hagan nada tení que hacer lo que ellos quiera, si encuentran un peruano le sacan la cresta, si encuentran un rasta, que a mí me caen como las güevas pero no por eso les voi a pegar, bueno, los nazis les dan como tarro. Ahora son ellos los que se tomaron el bella con ayuda del gobierno y de los pacos, así mantienen ordenaito el rebaño. Esos son el peor perraje de los fachos.
-¿A ti te han pegado?
-Yo me he agarrado con ellos, me han dado un poco, pero yo les he dado y me he cobrado. Al final uno va a la aventura, uno sabe que en la picería se encuentra con los locos, pero nunca sabe dónde va a terminar ni lo que va a hacer en la noche. Claro que siempre depende de con quien estí, si son amigos, que no fallan, es mejor, pero al final uno se encuentra o se hace de amigos.
-¿Y se discute de estas cosas con los amigos?
-El barrio es pa’l carrete, ahí se carretea y punto, el parque es pa’ las reuniones y conversaciones más profundas, o el cerro, pero uno no va a discutir de política al Bella, no sé, a lo mejor otros van a eso, lo que es yo no voy a engrupir a nadie así que no dejo que me engrupan, pa’ eso está el resto de la vida. Si uno tiene ganas de carretear tiene que puro ir al Bella, pero si va a ir a mosquiar, mejor se queda en la casa.