Por Carlos Romeo, desde La Habana
Habló en las Naciones Unidas el nuevo “guapo” del mundo. Desde ahora países “irracionales” como la República Popular Democrática de Corea pueden ser “destruidos totalmente” por querer fabricar armas atómicas y cohetes balísticos portadores, o intervenidos como Venezuela en donde un gobierno “dictatorial” pretende construir una sociedad socialista, o Irán que además de su desarrollo militar apoyaría cuanto terrorista opera en el Medio Oriente, o como Cuba con un gobierno calificado de “corrupto y desestabilizador” y que seguirá víctima de un bloqueo económico, comercial y financiero por los EE.UU. hasta que no introduzca las reformas políticas que quieren en Washington. Y para que lo tomaran en serio dijo que su país gastara este año fiscal 700.000 millones de dólares “en temas militares y de defensa”.
Me enteré de todo ello y más al leer la traducción del discurso de Trump en la Asamblea General de la Naciones Unidas publicado íntegramente el pasado miércoles 20 de este mes en tres páginas del Granma, periódico oficial del Partido Comunista de Cuba. Sun Tzu, el teórico militar chino dijo “Conoce a tu enemigo como a ti mismo”.
En Cuba quedamos “choqueados” al enterarnos de lo dicho por el nuevo ocupante de la Casa Blanca. Durante los ultimo 57 años nos hemos acostumbrado a la existencia de presidentes estadounidenses, de hecho enemigos de Cuba, pero que son políticos profesionales y que, salvo posiblemente en los casos de Reagan y de Bush hijo, sabían de lo que estaban hablando, pero nunca habíamos comprobado como el pueblo norteamericano había elegido un “diletante” en política, tanto nacional como en particular internacional, mostrando en este caso una cultura política muy discutible, para decir lo menos.
Al leer lo dicho por Trump la imagen que de inmediato me vino a la mente fue la de un elefante en una cristalería, por lo cual cualquier movimiento, en este caso cualquier expresión verbal, provocaba roturas varias y en la realidad, agresiones a distintos interlocutores que representaban a sus respectivos países en la reunión.
Si hace años Chávez dijo que Bush hijo había hablado en las Naciones Unidas como si fuera el dueño del mundo, ahora Trump lo hizo como el temido “sheriff” de las películas de cowboy advirtiéndole a todos de su llegada al pueblo. Desde ahora ¡ay de quien se porte mal!
Pero en la realidad del dicho al hecho hay mucho trecho y en este mundo hay otros países que pueden enfrentar a uno que pretende ser el guapo. Y, además, por muy equivocados que hayan estado, los electores norteamericanos, no lo eligieron para que mandara a sus hijos a morir en suelo extranjero como soldados profesionales que así se ganan la vida.
Mientras no se le ocurra a Trump en su ignorancia de las consecuencias meter mano en la cajita que siempre lleva a su lado un cierto individuo y que lo dejen hacerlo, estaremos escuchando ladridos de un perro que impresiona por su tamaño pero que no se atreve a morder.
La Habana, 21 de septiembre del 2017