CHILE MEJOR SIN TPP

El canciller Heraldo Muñoz se encuentra en Nueva Zelanda, donde concurre a nombre de Chile para firmar el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica, conocido como TPP por sus siglas en inglés.

Muñoz suscribirá el acuerdo que ha sido promovido por Estados Unidos y que incluye  a otros once países: Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile. En nuestro país son muchas las voces que cuestionan y rechazan el acuerdo que debe ser ratificado por mayoría simple en el Congreso.

El TPP contiene condiciones y normativas que resguardan las patentes farmacéuticas- lo que es considerado un beneficio para los grandes laboratorios- y que significarán un alza en los precios de los medicamentos. De aprobarse este tratado, estaremos siendo condenados a la dependencia y supeditación de los laboratorios farmacéuticos internacionales que buscan mantener sus millonarias ganancias, poniendo trabas al acceso a medicamentos genéricos, los que son sustancialmente más económicos.

El Tratado, por otra parte, impone flexibilizar el registro para semillas y alimentos lo que permitiría ampliar la producción de alimentos transgénicos, perjudicando a los productores locales. De una u otra manera se introduce de contrabando la Ley Monsanto, al exigir a Chile ratifique el Convenio UPOV 91, que es la versión internacional de la Ley Monsanto de privatización de las semillas.

El TPP tiene consecuencias graves, aumentando la vulneración de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales como lo han hecho todos los tratados de libre comercio firmados por parte de nuestro país durante las últimas décadas. Los aspectos mencionados – entre muchos otros- constituyen argumentos y razones suficientes para rechazar un Tratado que no ha sido debatido y conocido en profundidad por la ciudadanía. Más aún cuando un acuerdo como éste tiene que ver nada más y nada menos que con la cesión de soberanía.