¿UN PAÍS FUERA DE LA OEA?

Por Carlos Romeo

Tal pareciera que no es posible, como si el país en cuestión se hubiera mudado a otro continente. Expulsado si, vale decir condenado a lo que los antiguos griegos denominaban ostracismo. Pero no decidirlo por sí mismo, lo cual parecería una falta de respeto hacia todos los demás que la integran.

“El castigo por ostracismo o, simplemente, ostracismo, era en la antigua Grecia, la decisión que permitía excluir de la comunidad durante un plazo de entre diez años o de forma permanente a las personas incómodas para las instituciones.” (Wikipedia)

Ya una vez la OEA aplico el ostracismo a un país que a su juicio había caído en manos de dirigentes que habían hecho suya una doctrina política extra continental, dejándolo aislado y a merced de una intervención por parte del país más fuerte que la integraba, para corregir el entuerto inaceptable.

Cuba soporto el ostracismo de la OEA y fue esta institución la que medio siglo después de que quedara demostrado de que si se puede existir en América fuera de la OEA, le ofreció “generosamente” volver a ella, a lo cual los cubanos respondieron ¿para qué? si podemos existir fuera y sin necesidad de ella.

La historia se repite nuevamente ahora con el caso de Venezuela, pero en este caso es Venezuela la que decide irse de la OEA toda vez que pagar anualmente 1,8 millones de dólares para pertenecer a una organización cuyo secretario general se dedica obsesivamente a organizar críticas y condenas contra su Gobierno, aglutinando para ello la mayor cantidad posible de países miembros, es una estupidez o indicación de padecer de masoquismo, lo que no es cierto en ninguno de los dos casos.

¿Y que podrá hacer ahora la OEA? Pues nada, como le sucede a quien le está dirigiendo improperios a alguien que se marcha y lo deja con las palabras en la boca. Porque si se puede vivir sin estar en la OEA y además ahorrarse 1,8 millones de dólares cada año. Seguirán criticando, invocando la violación de los derechos humanos, a su entender, y tratando de justificar cualquier tipo de acción interna o externa para acabar con la intolerable existencia de un gobierno revolucionario en Venezuela.

¡Bienvenida Venezuela al lado de quien hace ya tanto tiempo que no está en la OEA y a quienes, más temprano que tarde, se le unirán otros países!

La Habana, 29 de abril del 2017