LA SONRISA DEL DEMONIO, ¿QUIÉN GANÓ EL PLEBISCITO?

Por Cristian Cottet

Hoy es un día negro para los chilenos, para la izquierda política y los “progresistas” honestos. Literalmente, nos dieron paliza en las urnas. Cerca de 9,4 millones de afiliados, 5,4 millones de cotizantes y más de un millón de pensionados conforman el actual sistema de pensiones creado al alero del Decreto Ley 3.500, emitido en noviembre de 1980 (El Mercurio, 2/10/2017), más conocido como AFP.

El ejercicio democrático al que fuimos convocados por la organización No + AFP arroja escalofriantes resultados en cuanto a la participación, al contenido y a los resultados de la consulta. Porque, a pesar que se presentó como plebiscito, con voto y todo, funcionó más como una gestión ciudadana de rechazo a las AFP, pero también un rechazo a la derecha, un rechazo a las pensiones de hambre, y una medición de “como está la mano” para los procesos eleccionarios que se nos vienen encima.

No fuimos solo a votar SI o NO, fuimos a mostrar el rechazo a los Piñera de la derecha más recalcitrante, a la visibilidad de los deseos, a una movilización popular. No fuimos a votar por este o aquél candidato, pero, lo queramos o no, se puede leer también “cómo vamos”. Visto así, o sea como una consulta plebiscitaria, los resultados fueron dignos de revisar.

Las primeras cifras de los conteos arrojan una participación de 700 mil votantes, cifra entregada al término del proceso (El Desconcierto 1/10/2017). Por lo pronto, las AFP pueden dormir tranquilas. En los tres días de votación, la mayoría de los afiliados, los cotizantes y los pensionados de las AFP mayoritariamente no fueron a votar. Esa es la cifra dura. No llegamos al millón y esto sí que es serio, duro y triste. Debo confesar que personalmente participé activamente como gestor junto a una compañera de mesa y esperaba, por lo menos, una votación cercana a los dos millones de chilenos con edad para votar.

Visto así, pareciera que Chile o la mayoría de los chilenos han cambiado y se resignan a los caramelos de azufre, sean comunistas o de la UDI, lo cierto es que esa pasividad ya incrustada en el ADN nacional se alimenta de hechos como el resultado del plebiscito reciente. Se intentaron las marchas, los cacerolazos y otras formas de manifestar el descontento pero existe un “algo” que inmoviliza. ¿Qué pasa con Chile? La prensa no informa. El lunes los compañeros volvieron al Faceboock, retornaron los analistas de la situación venezolana y ahora los conflictos nacionalistas de España. Los “me gusta” vuelven en gloria y majestad.

¿Posee el ser humano un destino u direccionalidad en su desarrollo? Para Teilhard de Chardin el origen de su respuesta está instalado en la aceptación de la “expansión” del Universo, expansión que en verdad se manifiesta como un “enrollamiento orgánico” que deriva (de lo ínfimo a lo inmenso) en el “aumento correlativo de interiorización”. En otras palabras, un proceso infinito de interiorización y crecimiento en cuanto a estadios superiores que derivan (a su vez) en el ser humano.

Así, este proceso de implosión evolutiva podría caracterizarse por tres fenómenos: emergencia de la individualidad; generación de contradictorias fuerzas motoras que hacen de esto un movimiento infinito; y el despertar de la conciencia que empuja estos elementos a su impronta de pasar a otros estadios. Entonces, ¿qué pasa con el ser humano en Chile? “Desde el punto de vista estrictamente descriptivo -nos respondería Teilhard de Chardin-, el ser humano no representa en su origen más que una de las innumerables nervaturas…”

El despertar de estas “nervaturas” y desafiar nuevas formas (estadios) de vida, hace que sea el ser humano, por ubicación privilegiada o resguardo divino, quien logra concentrar energías para establecerse mucho antes, incluso, del “ser humano”, todavía en el vórtice cósmico de interiorización, en la primacía de la vida por sobre el Universo, para luego emerger (como segundo estadio) en la primacía de la reflexión por sobre la vida. En este punto es cuando ya podemos reconocer el ser humano, con todas las reflexiones y acercamientos que de él se puedan hacer, sea desde la Antropología, sea desde la Filosofía, sea desde la Biología.

Quizás esta reflexión de Teilhard de Chardin, pueda inducirnos a volver sobre el plebiscito de marras y que Dios nos ampare del aburrimiento, la soledad y el odio a nuestro vecino. El vórtice político se ha manifestado en este pequeño ejemplo de ciudadanía en Chile.

Al parecer este país querido solo está para temblores y para ejercicios de solidaridad instalado en frente del televisor. Visto así, espero que las cifras sean otras y podamos estar orgullosos de habitar este territorio.

Existe un pequeño texto del escritor Augusto Monterroso (Guatemala, 1921) que alumbra algo de lo que intento descifrar, dice así: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Dios mediante, esperamos que no sea más que una metáfora de Monterroso. Que la inmovilidad, lo pétreo y la abulia no nos dejen desarmados, sin lápiz ni papel, sin un poco de bencina o tirados al tacho de la basura por nuestras(os) nietas(os).