CUBA: HACIA UN NUEVO MODELO ECONÓMICO

Por Carlos Romeo

Lenin decía que en un proceso revolucionario lo fundamental es el poder político. Y en el caso de Cuba, si algo ha quedado demostrado durante los últimos 57 años es precisamente como el pueblo cubano ha considerado mayoritariamente estar debidamente representado por un partido político único y, por tanto, por tener el poder político en sus manos. Un pueblo sin burguesía en su interior, vale decir sin propietarios de los medios de producción. No hay otra explicación posible del hecho que, por ese motivo, Cuba haya resistido todo ese tiempo a todas las agresiones nada menos que de su vecino, la potencia más grande del mundo a solo 90 millas de distancia, que ha finalmente reconocido su fracaso para destruirla por la fuerza y propuesto pasar a una “entente cordiale”, basada en el mutuo reconocimiento diplomático de sus respectivas existencias.

Esta es la premisa a partir de la cual hay que interpretar lo que está sucediendo durante el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.

A partir del año 2011, Partido Comunista y pueblo cubano, después de haber expresado la insatisfacción generalizada con la organización y modo de funcionamiento existentes de su sistema económico que se fue conformando durante el proceso revolucionario, primeramente en un mundo bipolar y la existencia de lo que se llamaba el campo socialista al cual Cuba había integrado su economía, y después de su desaparición, en el mundo unipolar de hoy dentro del cual tuvo que pasar a construir paso a paso su vinculación durante los ultimo 25 años.

El Partido Comunista Cubano le propuso al pueblo más de doscientas ochenta modificaciones del sistema económico, que previa discusión a todos los niveles, se elevaron a 311 lineamientos correctivos. Al proponer el pueblo esas correcciones, precisó simultáneamente los objetivos que a su juicio debía lograr un sistema económico más eficiente para la asignación y distribución de los recursos sociales. Por consiguiente, los cubanos saben lo que quieren. De lo que se trata es de cómo lograrlo de la manera más eficiente posible. En eso consiste precisamente el tema denominado Conceptualización del nuevo modelo económico cubano, uno de los cuatro temas, y a mi juicio el más trascendente, a discutir y precisar durante este Congreso del Partido.

De lo que se trata es nada menos que establecer las bases sobre las cuales de reformaran tanto la estructura como el sistema correspondiente de la economía cubana, en el entendido de que a toda estructura le corresponden el sistema operativo que dicha estructura determina y exige.

Ante todo, se trata de una formidable tarea toda vez que, a pesar de contar los cubanos con 57 años de experiencia en materia de transformaciones revolucionarias, esta misma experiencia les ha enseñado como en este esfuerzo intelectual de diseño, han incidido tanto lo circunstancial, el voluntarismo idealista y el copiar soluciones ajenas ya establecidas y preconizadas como irrebatibles.

En cuanto a lo circunstancial, hay que reconocer que Cuba está en una situación mejor que cualquiera anterior, toda vez que ha logrado vencer, por no haber sido derrotada, en la prolongada confrontación con los EE.UU. Pero, al mismo tiempo, su propia experiencia histórica, desde 1898 hasta 1958, le ha permitido conocer las consecuencias de la enorme gravitación que en todos los aspectos tienen las relaciones con esa potencia del Norte.

La fuerza política del Gobierno Revolucionario por el apoyo recibido de su pueblo, los deseos de sus Dirigentes de crear un nuevo humanismo para un pequeño país del Tercer Mundo, y en su momento la independencia ideológica de ideas externas, los llevó a intentar soluciones sociales inoperantes y negativas, para no decir utópicas, pese a los buenos propósitos que conllevaban.

Hoy en día, en cuanto a cómo organizar el socialismo en un país, ya no hay experiencias a copiar porque cada uno de los países socialistas existentes ha logrado llegar al presente debido a cambios y reformas de su propia autoría. En otras palabras, ya no se piensa que toda experiencia revolucionaria debe ajustarse a un solo tipo de diseño si no que, al revés, cada país debe ser capaz de crear sus propias soluciones sobre la base de sus propias características.

Es la realización del lema de los estudiantes franceses en mayo de 1968, “La imaginación al poder”, o mejor dicho, “El poder exige imaginación”.

Lo alentador de las noticias que llegan del debate de la Comisión encargada de estudiar este tema de cómo rediseñar el sistema económico cubano, es como esos aspectos han sido tomados en cuenta por los diversos delegados que han intervenido en su discusión, lo cual revela tanto el nivel intelectual de sus integrantes como su madurez política. Los aspectos más relevantes de esta tarea y sus consecuencias han sido tratados. A mi juicio, estos son:
– Coexistencia de relaciones sociales de producción basadas en la propiedad privada con la estatal, siendo esta última necesariamente dominante y que caracteriza a toda la estructura
– Elevar la participación del pueblo, sus propietarios, en la administración de las empresas estatales
– Vigencia de relaciones mercantiles conjuntamente con la planificación nacional
– Reforma monetaria necesaria para lograr el realismo en la valoración de productos, servicios y de los medios de producción.
– Reconocimiento de que el Estado, con todo su poder, es un elemento constitutivo determinante de la estructura de la economía y condición de la planificación nacional
– Apertura al capital extranjero para radicarse en Cuba, pero según los intereses nacionales, y sometido a la legislación del país.
– Formación de una nueva cultura económica a partir de estas nuevas bases de la economía y de su manera de operar

Y finalmente, otra expresión de madurez política y de respeto al pueblo por parte de los comunistas cubanos: la decisión de que sus debates sobre este tema constituyan únicamente la base sobre la cual, no solamente militantes del partido y de la juventud, sino que también todo el pueblo cubano, participen en su elaboración final a ser decidida durante una futura reunión para ello.

La Habana, 18 de abril del 2016