VERDE OLIVO Y HURACANES

Por Carlos Romeo

El huracán Irma, un monstruo que ha reducido su intensidad de fuerza 5 a 4, de 600 kilómetros de ancho y con vientos de 240 kilómetros por hora, se acerca y pasará bordeando la isla de Cuba durante casi mil kilómetros.

Súbitamente, a lo largo del país aparecen por la televisión los dirigentes políticos nacionales, provinciales y municipales, pero todos ellos vestidos con un uniforma militar verde olivo. No es que las fuerzas armadas cubanas entren en acción y asuman la dirección de las medidas de defensa ante el meteoro si no que todo lo contrario. Son los civiles quienes se militarizan y se organizan transitoriamente en un ejército disciplinado que acomete las acciones programadas en planes ya preparados por la Defensa Civil para afrontar circunstancias catastróficas, sean estas naturales o producto de una agresión.

Dirigen las acciones entre las cuales la más importante es la reubicación de la población que vive en áreas de peligro en lugares seguros. Abarca a cientos de miles de personas quienes deben ser transportadas, llevadas a lugares previamente seleccionados en donde se han concentrado alimentos y bebidas, camas, cocinas, teléfonos, receptores de televisión, medicinas y personal médico.

Libres de publicidad y de programas pagados por intereses comerciales, la televisión dedica un canal de alcance nacional exclusivamente a cubrir permanentemente lo que sucede en todo el país en contacto permanente con el Instituto de Meteorología en donde se sigue continuamente la evolución del meteoro y su probable movimiento futuro, información que determina minuto a minuto las directivas tácticas que deba tomar la Defensa Civil.

El paso de huracanes es ya parte de la vida “normal” en Cuba. Por su ubicación geográfica está de por medio entre el océano Atlántico en donde nacen estos meteoros y el Golfo de México en el mar Caribe, en donde terminan su existencia chocando con la costa americana desde los Estados Unidos hasta Centroamérica. Acaba de pasar el pasado mes el huracán Mathew que, por suerte para Cuba, se desplazo muy al sur pero que destrozo finalmente con sus lluvias al estado de Texas en donde ocasiono más de una decena de muertos y unos 160.000 millones de dólares en destrozos. Esta vez los daños serán inevitables para Cuba e Irma va a chocar después de frente con la ciudad de Miami con vientos de 240 kilómetros por hora, subir por el estado de La Florida y morir más al norte.

La doctrina cubana sobre estos fenómenos catastróficos descansa en tres ideas centrales: ante todo proteger a la población, reducir al mínimo posible los destrozos de los recursos económicos y estar preparados para iniciar la reconstrucción desde el momento en que se pueda.

La vida diaria en Cuba presenta dificultades y limitaciones en lo material. Pero hay momentos, como la llegada de un huracán o la necesidad de una intervención quirúrgica inmediata y gratuita a raíz de experimentar un infarto masivo del miocardio, como me sucedió un tiempo atrás, en que se hacen evidentes ciertas características muy ventajosas del socialismo a la cubana.

Foto: www.cubadebate.cu
La Habana, 8 de septiembre del 2017