CLINTON GANÓ EN VOTOS: TRUMP SERÁ PRESIDENTE

Por Fernando A. Torres, desde EEUU.

«Los Estados Unidos fallecieron el 8 de noviembre del 2016, no por un golpe o un gemido, sino por su propia mano a través de un suicidio electoral. Nosotros, el pueblo, eligió a un hombre que ha triturado nuestros valores, nuestra moral, nuestra compasión, nuestra tolerancia, nuestra decencia, nuestro sentido común, nuestra propia identidad y todas las cosas que, aunque tenues, hicieron de un país, una nación».

Neal Gabler.-

La mañana del 9 de noviembre del 2016, en el único país donde los perdedores ganan, muchos despertamos del sueño para caer en una sorprendente pesadilla:

El primer presidente negro es reemplazado por un retrógrado blanco que nunca rechazó el apoyo de un líder nacional del Ku Klux Klan, que se burla de las personas con discapacidad, que quiere deportar a mas de 10 millones de personas, que se jacta de sus ataques sexuales e insulta a las mujeres, que no cree en los cambios climáticos. Un xenófobo nacido en una cuna de oro, que no se ganó sus millones sino que los heredó y que piensa que las personas inteligente son aquellas que evaden los impuestos.

A pesar de que ya tuvimos a otro idiota como presidente y que le costó la vida y el desplazamiento a millones de seres humanos alrededor del mundo, esta nueva situación no deja de ser realmente aterradora.

Los dedos apuntan a muchos, las razones abundan, las cabezas parlanchines mojan los micrófonos con la saliva incongruente pero lo cierto es que la última línea de defensa, donde el poder se une creando una muralla de contención: el anti-democrático sistema denominado Colegio Electoral ha funcionado. Clinton ganó el voto popular con 60.467.245 votos y Trump perdió con 60.071.650. Sin embargo Clinton obtuvo 228 electores y el magnate 290.

El poder ordena. Cuanto estos electores decidan por todos nosotros, el próximo 19 de diciembre, sin duda lo harán por Trump (ojalá me equivoque). Pero también hay que entender que estos pueden votar a su antojo, es decir podrían votar a favor de Clinton en contra del mandato de sus respectivos Estados pagando una pequeña multa. Resumiendo, Trump será un presidente designado no elegido tal como lo fue el desgraciado Bush en las elecciones del 2000.
Los ciudadanos no tienen el derecho a votar directamente por el presidente del país. Cuando lo hacen lo están haciendo por delegados o electores que se han comprometido a sufragar por el mismo candidato, aunque no están obligados constitucionalmente. Establecido en el Artículo #1 de la Constitución y modificado por la reforma constitucional #12 de 1804, el Colegio Electoral es un grupo al cual se le delega a través del voto popular la elección del presidente. Este sistema es el sustento de la dictadura de dos partidos – la principal barrera para el establecimiento de una tercera o cuarta opción política.

Basado en la desconfianza hacia el hombre común, trabajadores «ignorantes», este arcaico sistema que los padres de la patria idearon en la Constitución política de 1787, encomienda las decisiones políticas a hombres blancos con intereses económicos, dueños de esclavos, y por consiguiente con motivaciones “fundadas” para el progreso de la unión y sus Estados; el ciudadano común, el pueblo, no está apto para participar en el proceso político porque no esta informado.

Cada Estado tiene tantos electores como tiene senadores y diputados. La Cámara Baja o la Casa de Representantes tiene 435 miembros y la Cámara Alta o el Senado otros 100. El Distrito de Columbia en donde se asienta el gobierno cuenta con otros tres delegados lo que hace que el número de electores sea de 538. Se necesitan la mitad mas uno, 270 votos electorales, para ganar.

Este sistema no refleja el sentimiento popular de las grandes mayorías regalándole al ganador los votos del perdedor sin importar el margen del triunfo. Por ejemplo, el vencedor puede ganar grandes Estados por un pequeño margen de votos populares, pero este pequeño margen le puede dar todos los votos electorales, mientras que su contrincante puede ganar grandes mayorías en varios estados pequeños pero con pocos votos electorales. Los presidentes Rutherford B. Hayes, en 1876, Benjamin Harrison en 1888 fueron elegidos por el voto delegado y perdieron el voto popular. Lo mismo ocurrió en las elecciones del 2000. Al Gore ganó el voto popular por más de medio millón pero perdió el Colegio Electoral por un voto de 266 contra los 271 de Bush. Un elector se abstuvo. Es decir Bush ganó por 5 votos electorales.

Una reciente campaña lanzada hace pocos días para abolir este sistema dice «… Es injusto, no democrático y debemos eliminar el Colegio Electoral. Su eliminación ni siquiera requiere una enmienda constitucional. Un esfuerzo conocido como El Pacto Inter-estatal Popular y Nacional es un acuerdo entre varios Estados… para otorgar todos sus respectivos votos electorales a cualquier candidato presidencial que gane el voto popular… Una vez que los Estados, que totalizan 270 votos electorales, se unan al pacto – que sólo requiere ser aprobado por leyes estatales – la próxima elección presidencial se determinará por el voto popular, no por el Colegio Electoral. A partir del 9 de noviembre de 2016, diez estados y el Distrito de Columbia han firmado el pacto, totalizando 165 votos electorales. Por lo tanto, ya estamos a más del 60%. Si convertimos esto un tema nacional, y si a los demócratas les va bien a nivel estatal en las elecciones del 2018 (bajo el Presidente Delegado Trump), entonces el ganador de las elecciones presidenciales de 2020 será determinado por el voto popular.

Clinton fue la peor candidata que los demócratas pudieron haber elegido. Para muchos su presencia significó más de lo de siempre, el status quo. Pero sin lugar a dudas que la deserción y el abandono de Bernie Sanders a sus seguidores fue el duro y decisivo golpe que selló la derrota.

El aliento lo puso el cineasta Michael Moore en una carta que todavía se distribuye profusamente en los medios sociales electrónicos: «La mayoría de nuestros compatriotas estadounidenses prefirieron a Hillary Clinton, punto… Si despertaste esta mañana pensando que vives en un país destartalado, no es así. La mayoría de tus compatriotas querían a Hillary, No Trump. La única razón por lo que él es presidente es a causa de una arcana e insana idea del Siglo 18 llamada Colegio Electoral. Hasta que no lo cambiemos, seguiremos teniendo presidentes que no elegimos… Usted vive en un país donde la mayoría de los ciudadanos han dicho creer que el cambio climático esta aquí, que las mujeres deben ser remuneradas igual que los hombres, que quieren una educación universitaria libre de deudas, que no quieren que invadamos países, que aumentemos el salario mínimo y que quieren un verdadero sistema de salud universal. Nada de eso ha cambiado. Vivimos en un país donde la mayoría está de acuerdo con la posición «liberal». Simplemente nos falta el liderazgo liberal para que esto eso suceda».

Después de escuchar a Clinton y Obama decir en numerosas ocasiones que Trump no es apto para asumir la presidencia, cuesta creer que esas mismas bocas ahora lo aprueben. El poder de un sistema y casta dominante es más fuerte que los principios. Pero lo pagarán muy caro: Trump ya se encuentra organizado su gabinete con su primera orden de borrar, cancelar y/o suspender todo lo que más se pueda del «legado» de Obama.

Al cierre de este comentario miles de personas en especial jóvenes se vuelcan a las calles en protestas diarias por el todo el país. Leo en las murallas y escucho las voces; dos consignas me llamaron la atención: «No es Nuestro Presidente» y «El Movimiento de Resistencia ha Nacido».