POR UN SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL

Desde que se creó en dictadura el sistema previsional, basado en la capitalización individual y que administran las AFPs, ha sido cuestionado. Múltiples sectores sociales y políticos y especialmente nuestros jubilados que reciben míseras pensiones han manifestado su rechazo. Así ocurrió en tiempos de dictadura y así acontece hoy. Es el descontento y la indignación por la prácticamente nula seguridad social lo que explica las masivas manifestaciones exigiendo No + AFPs. Con el tiempo se evidenció una crisis previsional que se profundiza año tras años.

Entre los pocos, pero poderosos, defensores del actual sistema se encuentran las propias Afps, las compañías de seguro, el sector financiero de la economía y los sectores políticos más conservadores. Es decir, quienes sostienen el sistema neoliberal: el capital y sus representantes.

Ante la exigencia social, el gobierno de Sebastián Piñera ha presentado una reforma previsional que, tras una supuesta mejoría de pensiones lo que busca es mantener el sistema de capitalización individual. Más que reforma es un reforzamiento del modelo que genera las bajas pensiones. Algo hay que ofrecer para que todo siga igual.

En un reciente seminario internacional de especialistas, organizado por la Fundación Sol y realizado en la Universidad de Santiago se demostró “que efectivamente lo que ocurre en Chile con la capitalización individual no es más que un beneficio para el capital, y requiere urgente una modificación estructural del actual sistema de pensiones”. Así de claro.

Es en este contexto que, la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados le dio el pase a la reforma previsional de Piñera con los votos de la DC y el PS, por lo que ahora la iniciativa será revisada en la Comisión de Hacienda. Como era de esperar, el gobierno salió eufórico a celebrar el triunfo destacando las mejorías probables de las pensiones. Cuestión que aún no se clarifica en cuanto a monto, tiempos y edades y todo indica que serán aumentos marginales que se aplicarán en forma calendarizada, por edades y que contempla solo a los actuales jubilados sin considerar en toda su magnitud los desafíos futuros de la previsión. No olvidemos que cuando se instauró el actual modelo, en plena dictadura militar-empresarial, no hubo debate público y consulta a los afectados. Sólo hubo publicidad, propaganda. alabanzas y encendidas justificaciones de los poderosos y sus funcionarios, incluido José Piñera que aseguraban que las pensiones alcanzarían alrededor del 70% de la última remuneración. Cuestión que ha sido una falsedad.

Tras el voto favorable de diputados oficialistas, democratacristianos y socialistas en la Comisión de Trabajo de la Cámara, el economista Andras Uthoff, ex miembro del Consejo Asesor para la Reforma Previsional criticó la forma en que el Gobierno ha avanzado con la reforma propuesta. “Estamos – dijo- haciendo las cosas en forma horrible en Chile y todos tenemos culpa (…) Creo que una reforma de pensiones seria no se discute en la forma en que lo estamos haciendo». «Este es un proyecto que está saliendo entre cuatro paredes en La Moneda, que trata de cumplir con ciertos titulares como que va a tener un ente público que va a administrar ciertos recursos para los trabajadores, pero que no ha tenido un debate como ha sido en las otras comisiones». «Hay una suerte de chantaje en que te dicen ‘o todo o nada'» remarcó el especialista. O sea el debate ha sido poco serio y se hace entre cuatro paredes.

Con razón en el Seminario Internacional se destacó que el debate en Chile sobre pensiones es de baja calidad y se ha centrado en los efectos beneficiosos sobre los mercados financieros más que en el monto de las pensiones, que debería ser el objetivo central de cualquier sistema previsional. Conscientes de que un sistema de seguridad social debe mejorar la calidad de vida de los jubilados y disminuir las brechas de desigualdad social existentes en el país.

La actual crisis previsional y el futuro de la seguridad social en Chile debiera colocar a la orden del día ampliar los debates al conjunto de la sociedad y no llegar a acuerdos entre cuatro paredes. Desarrollar y extender la movilización social de todo el mundo en tanto gesto solidario y colectivo. Exigir participación popular en las decisiones de tal manera que se profundice la democracia y no limitarla. Escuchar a los actores y movimientos sociales que se han manifestado persistentemente por No +AFPs y comenzar a discutir sobre Seguridad Social.

Chile y los chilenos necesitamos transformaciones estructurales, incluida una nueva Constitución. Como también necesitamos un verdadero sistema previsional que devuelva dignidad a los pensionados, mejore sus pensiones y disminuya la desigualdad social.

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