LOS ROMÁNTICOS AÑOS QUE PORTÁBAMOS PISTOLA

Por Cristian Cottet

Mezcla de Woodstock y Festival de Viña
la marcha puede ser el fuego artificial o una bomba de tiempo
las mujeres que atienden la panadería
no fueron a la marcha es más algunas siquiera ni se enteraron
ellas usan uniforme que las identifica
una de ellas me preguntó “¿Usted qué opina de esa marcha?”
no supe qué decir tomé la bolsa del pan
pagué dos panes
saludé la vecina
y preparé el desayuno
entonces no puedo abandonar esos pequeños
momentos donde se duerme y se descansa
a esta edad solo descanso
las ansiedades y la cordura me indican el silencio

asisto a un centro comercial para ver el correr de
los clientes ese falso y solitario devenir no me dejaba
soñar la música que me retrae que me instala en el corredor
de los fantasmas
finalmente sea cualquiera la fecha que escribo
estas palabras lo cierto es que estamos donde mismo
salimos a jugar a escondernos entre las ramas
que distribuye una prima
que me observa sonriendo

las hormigas una tras otra también marchan
confiando en la anterior las hormigas
no vuelan ni mutan ni se alimentan de sangre
ni carne de otra hormiga
eso se dice pero de a ratos veo un festín de otros cuerpos
que son hormigas consumiendo
un empleado fiscal que debe reunir dinero para consumir
los pelos de un caballo

entonces un hombre saluda a otro que lo busca para llorar
para descansar entre heridas que suturan
otro se sienta en la vereda para saludar al que llora
pero nada es una gota de verdad porque los poetas escriben
en Paris se desnuda un sacerdote
el techo se derrumba y el siglo veinte llora
mientras el sacerdote se declara marxista

eran otros los tiempos que portábamos pistola.