FERNANDO MARTÍNEZ HEREDIA

Por Carlos Romeo

Se nos fue anoche, antes de tiempo, toda vez que su pensamiento seguía siendo valiente y creativo cuando otra vez lo necesitábamos.

Lo conocí durante los años sesenta del pasado siglo y conservo en mi memoria su presencia física de un joven intelectual de gran personalidad pese a su corta edad, respondiéndome a una pregunta burlona que le hice sobre si tenía confianza en los hombres y me contesto “Tengo confianza en el hombre, pero no en los hombres”.

Dirigía en ese tiempo la revista Pensamiento Crítico creada como espacio propio del pensamiento revolucionario cubano al margen de cualquier tendencia, doctrina o esquema, tal como lo estaba haciendo Fidel Castro, para mi sin lugar a dudas el “sponsor” discreto de la revista.

Empezando la década de los años setenta la revista dejo de aparecer. Recuerdo que me entere de una entrevista por aquella época de Fernando Martinez con el entonces Presidente de Cuba Osvaldo Dorticos sobre cuyo contenido le pregunté más de una vez a Fernando sin que él me diera respuesta alguna. Deduje por mi cuenta, que fue para comunicarle que el “sponsor” se retiraba del proyecto, tema muy delicado toda vez que, en esa época Cuba debió reconocer por boca del propio Fidel, que la variante cubana del socialismo practicada durante la década de los años sesenta había conducido al país a una situación casi insostenible y dependiente de la ayuda que recibía del campo socialista, principalmente de la URSS.

Si había en Cuba un intelectual capaz de comprender la situación y su impacto en la vida intelectual del país, ese era Fernando. Así, el equipo y colaboradores de ´Pensamiento Crítico pasaron a desempeñar disciplinadamente las funciones que les asignaron.

Pasaron los años, muchos años durante los cuales trate de pasar de la vida intelectual a las acciones, para finalmente volverme a encontrar con Fernando y otros compañeros de antaño, nuevamente dedicados a pensar la problemática revolucionaria tanto cubana como latinoamericana, a la luz de las nuevas circunstancias de tener que vivir en un mundo unipolar y de las experiencias ya vividas. Por ello, hace apenas unos días le envié un artículo mío esperando sus comentarios que mucho aprecio y que ya sé que no recibiré.

Es triste pero inevitable, mientras más pasa “mi” tiempo, más debo vivir experiencias de este tipo.

Adiós, Fernando.

La Habana, 12 de junio del 2017