VENEZUELA EN DÍAS CLAVES

La derecha venezolana acelera los tiempos de la confrontación política. Aspira a impedir las elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente, que debiera culminar con una nueva Constitución que profundice la “revolución bolivariana” y provocar con ello una derrota consistente al gobierno de Nicolás Maduro

Venezuela vive días y semanas claves y efectivamente el tiempo se acaba. La “insurrección de la burguesía” sostenida en los últimos cien días -que cuenta con apoyo de sectores medios enardecidos, grupos paramilitares y el respaldo de la derecha, gobiernos conservadores y medios de comunicación internacionales- busca impedir el rearme del campo popular que pudiera generar una contraofensiva popular que rectifique errores y profundice el proceso popular venezolano.

De allí que la derecha esté haciendo uso de todas las formas de lucha y las fuerzas sociales y políticas que la puedan respaldar. Ataca con granadas y disparos desde un helicóptero estatal -operado por un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas- contra el Tribunal de Justicia y el Ministerio de Relaciones Interiores. Promueve las protestas callejeras en la cual se despliegan los grupos paramilitares de derecha con la finalidad de sembrar el miedo, atacan cuarteles, llegando al asesinato de un candidato a la Asamblea Constituyente. Convocan a un plebiscito el fin de semana recién pasado, el cual no puede considerarse un triunfo para la derecha, tanto por el número que ellos afirman haber movilizado como por la forma en que señalan que alcanzaron los 7 millones de participantes siendo que el padrón electoral venezolano supera los 19 millones. Agréguese la permanente difusión de los grandes medios y agencias noticiosas internacionales que alientan la idea de desgobierno y autoritarismo, destacando el lamentable número de muertos en los últimos días sin especificar mayores detalles – casi cien víctimas de la violencia política- generando la idea que todas son resultado de la acción represiva de las fuerzas policiales. Por último, la derecha sabe que cuenta con la injerencia estadounidense, como lo ratifican las recientes declaraciones del gobierno de Trump.

De aquí al 30 de julio la derecha intentará por todos los medios desplegar el conjunto de las fuerzas acumuladas: intentarán desconocer el gobierno de Maduro nombrando un “gobierno de unidad nacional” y nombrar nuevos miembros del Tribunal de Justicia. Para ambas tareas requieren de la legitimidad que eventualmente les otorgue los gobiernos extranjeros, dado que la cifra inventada para el reciente plebiscito – artificiosa, dado que no se puede tener certeza alguna de ella- no les es suficiente y lo que es peor, no demuestra ser la mayoritaria fuerza que la derecha dice ser.

El curso de los acontecimientos, por experiencia histórica incluida la experiencia del Gobierno Popular en nuestro país anuncia nuevas oleadas de violencia derechista. En Venezuela, la derecha busca cambiar aceleradamente la correlación de fuerzas. Por eso reaparece fugazmente, en los últimos días, el responsable del ataque con helicóptero a las instalaciones del Estado, por ello los ataques a cuarteles y otros atentados, la ofensiva diplomática y comunicacional, la idea de gestar un gobierno paralelo y las convocatorias a nuevos paros. La derecha política y empresarial quiere recuperar todo el poder. Ese es su objetivo principal y en función de él despliega sus fuerzas confrontando al campo popular en todos los terrenos.

Desde aquí, esperamos que el campo popular, recupere su protagonismo, despligue su iniciativa, ejerza su crítica y acción contra los errores y debilidades propias y del gobierno. La convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente ha sido una iniciativa que apunta a retomar la iniciativa, pues pone en tensión a los sectores populares, los obliga a generar diversas formas de organización, a debatir acerca de la política y el quehacer ante la ofensiva reaccionaria. En esa dinámica, aprenden de su experiencia, aprenden y conocen los desafíos que enfrentan y también, visualizan las amenazas de una derecha que será, con toda certeza, revanchista.

Estos días claves son momentos en que el pueblo venezolano, la izquierda, el chavismo, el bolivarianismo requiere dotarse de una fuerza social que se asuma en movilización permanente y dispuesto a asumir los desafíos que la agresividad derechista les imponga. Habida cuenta que,  las historias de otros procesos de cambios estructurales en nuestra América nos enseñan que el poder es una relación de fuerzas que siempre debiera  ejercerse con y desde el pueblo organizado.

RFC
19 de julio de 2017