CUBA: YA SON 59 AÑOS

Por Carlos Romeo

Se inicia el día 1 de enero del 2018. Me viene a la memoria el estado de ánimo 57 años atrás, en 1961, cuando empezamos a preparar el primer plan anual de la economía cubana conjuntamente con el llamado Plan Perspectivo hasta 1965, periodo de tiempo que nos parecía de un futuro casi remoto cuando vivíamos con una increíble intensidad el día a día, después de haber vencido una invasión militar por Playa Girón y convencidos de que más temprano que tarde deberíamos enfrentar otra, esta vez con todo el poderío del gigante estadounidense. Como tituló García Márquez su autobiografía, “hay que vivirla para contarla”. Calculábamos inversiones en nuevas industrias pensando, yo al menos, que de producirse ese ataque todo lo que estábamos tratando de construir seria destruido y que habría que volverlo a hacer. A pesar de ese pensamiento catastrófico, en nuestra conciencia imperaba la decisión de proseguir como fuera la construcción de nuestro futuro.

Lo que sucedió hace 57 años es hoy día historia para la gran mayoría, pero para los pocos sobrevivientes recuerdos aún vivos de sucesos y de estados de ánimo que fueron conformando nuestra vida hasta el presente al que hemos llegado y que reiteradamente me hace pensar en cómo fue posible que lo lográramos. Porque fue hacer posible lo que para muchos se consideraba imposible, porque “si se puede” y por que como nos dijo una día Fidel Castro, habíamos hecho “una Revolución más grande que nosotros mismos”.

Pero con el tiempo también descubrimos que lo que se había logrado en Cuba no era tan fácil reproducirlo en otras partes como llegamos a creer. No se ha vuelto a reproducir en América y mucho menos en África, en donde los cubanos descubrieron que, de hacerse las cosas, debían ser hechas por ellos mismos para así lograr ayudar efectivamente a quienes se lo solicitaran. No es que no hayan ocurrido acontecimientos trascendentes, pero los que han sucedido ocurrieron de otra manera tanto en la América Latina como en África. Al parecer la historia no repite calcos de lo que ha sucedido si no que se abre paso de manera original en donde transcurre, siendo también parte de esa originalidad los casos de reproducción reiterada de lo mismo, a lo cual están ya acostumbrados los chilenos desde hace unos 28 años después de haber experimentado una “transformación”, pero en este caso contrarrevolucionaria.

No es nuestro propósito cantar loas a lo hecho en Cuba durante 59 años, fuera de subrayar que se ha logrado lo más difícil que es mantener vivo el proyecto revolucionario, habiendo aprendido por experiencia propia, además de lo que ha sido posible por observar lo sucedido al respecto en el mundo, que inventar otra manera de establecer las relaciones de existencia de los hombres en una sociedad conlleva inevitablemente aprenderlo mediante una sucesión de éxitos y de errores. Y eso, de por si es ya una gran descubrimiento.

La Habana, 1 de enero del 2018